Santiago trataba de entender las explicaciones de Quirón sobre lo sucedido.
-Santiago, tu arma tiene la capacidad de copiar las armas divinas por esto Hefesto vino, pero al parecer tu escudo también tiene habilidades que no vimos la primera vez que entrenamos.
Santiago miraba a Quirón aún con un descontento, no sabía si lo que había sucedido era algo bueno o algo malo, pero sabía que lo metió en un nuevo problema. Habían pasado ya dos días desde que lo aislaron del resto de chicos y el único que tenía permitido ver era Samuel, quien al parecer no tenía ningún interés en los sucesos de la batalla.
Samuel llegó una noche en la que Quirón había dejado a Santiago solo mientras practicaba con su escudo y espada, Samuel dio un salto hacia atrás cuando la espada de Santiago casi lo corta en dos, cayó sentado y gritando a Santiago que tenga más cuidado con sus movimientos, Santiago le reclamó que no podía verlo por su regalo y los dos muchachos comenzaron a sonreír. Santiago estaba un poco emocionado, su cumpleaños se acercaba, por primera vez su cumpleaños sería con una familia y dentro de un lugar mágico, sus 15 años iban a ser los mejores de todos. Santiago se sentó a hablar con Samuel de lo que esperaba hasta que llegó Quirón quien miro a Samuel con desconcierto, no le dio mucha importancia, sacudió la cabeza y dijo.
-En el templo del director los dioses te llaman Santiago, es hora de irnos.
Santiago se despidió de Samuel, quien se puso el brazalete para hacerse invisible y caminar junto a ellos.
Santiago y Quirón llegaron al templo donde se encontraban Zeus, Hades, Poseidón y Hefesto, los dioses saludaron a Quirón y al ver a Santiago, Zeus habló.
-Muestra tu arma como si fuera la mía.
Santiago le indicó a Zeus que no podía que, aunque lo había intentado, las armas de los tres grandes no estaba dentro de la capacidad de su espada. Hefesto tomó la espada en sus manos y pidió a Santiago que la transformara en su hacha martillo, el muchacho obedeció y la transformación comenzó, la espada ahora estaba transformada en un hacha martillo con llamas. Zeus, Hades y Poseidón vieron el arma con interés, luego de esto Hades preguntó si de verdad el muchacho había sido el herrero, a lo cual Agamenón indico que sí. Hades tomó una daga de su cinto y le pidió a Santiago que transformara su espada en esa daga, la espada tomó la forma de la daga para luego regresar a ser un anillo en el dedo de Santiago, los dioses hablaron entre sí, cada uno parecía emocionado, luego de un tiempo Hefesto habló para todos los presentes.
-Mi bendición fue mejor de lo que esperaba.
Zeus afirmó con la cabeza y dijo.
-Mientras no pueda copiar nuestras armas no veo cual es el problema.
Parecía que los otros dioses estaban de acuerdo con esto, Zeus llamó a las Moiras, quienes llegaron tranquilas como si el rey del olimpo no las intimidara, y preguntaron a Santiago como se sentía, el muchacho las miró y dijo que se sentía bien. Las tres ancianas lo miraron, sus ojos se pusieron blancos, sus cuerpos se tensaron mientras una niebla de color verde claro aparecía junto a ellas.
Santiago reconoció a la mujer que apareció, era la mujer del oráculo, las Moiras la vieron de forma extraña y como si en silencio se pusieran de acuerdo comenzaron a decir.
-El bendecido junto al hijo de la muerte deben vencer al héroe ofendido, la caza comienza desde ahora o los hijos de los grandes morirán a manos de quien no fue vencido.
Zeus miró a las Moiras quienes con una sonrisa le dijeron.
-Tu hija está perdida si los dos muchachos en esta sala fallan su consigna.
Zeus miró todo el Salón, sus ojos se enfurecieron cuando no vio a otro joven más que a Santiago, de pronto Hades miró sobre Santiago y dijo.
-Samuel, hijo de Tanatos, sal de tu velo y deja que te veamos.
Samuel dejó de ocultarse y Hades le dio un abrazo como un abuelo a un nieto, Samuel miraba a los dioses y a Santiago, Zeus soltó una carcajada y dijo.
-Hace mucho que nadie me engaña, es un truco que solo mi hermano mayor podía usar y engañarme, si estos son los muchachos que salvaran la vida de nuestros hijos, pues bien, que comiencen su misión cuanto antes.
Las Moiras negaron con la cabeza y explicaron que esto se debe realizar mientras Santiago cumpla las misiones de las casas, las cuales aún no están listas, Zeus hizo llamar a los líderes de las casas y les dijo que le dieran las siguientes misiones lo antes posible.
Anggie vio a su padre como si no le agradara verlo, mientras que David y Frank no podían ocultar su alegría al ver a los dioses, los líderes vieron a Santiago mientras Zeus les decía que debían dar las tres misiones que le tocaba a Santiago, y que para esto lo acompañaría Samuel a petición de las Moiras, Anggie pareció fastidiada con esto, pero aceptó sin reproches, los tres líderes se acercaron y hablaron por un momento, en eso David comenzó a hablar.