Los mellizos Záitsev son realmente conocidos en su universidad, no solo por su forma de andar que detona seguridad con cada paso que dan, ni esa forma en las que sus movimientos son sutilmente seductores, ni esa mirada penetrante que te hacia retroceder sin poder apartar la vista de ellos, sino su gran inteligencia y astucia, ganándose la admiración de los profesores y el respeto de los alumnos, Barhett y Kendrya, esos eran sus nombres, tez oscura, labios carnosos, nariz pequeña, pero lo que más podría hipnotizarte de su mirada eran sus ojos color caramelo derivado del marrón que parecía que brillaban tal como dos esferas de luz en la oscuridad.
Pero lo que más atraía a la gente era su aura misteriosa, el querer saber más de ellos, eso hacia que los alumnos a su alrededor se pegaran a ellos como si fueran imanes, pero ellos no tardaban en apartarlos a todos, a todos salvo a Nick, según los rumores otro chico misterioso y con grandes problemas.
Eso despertaba la curiosidad de Halles, el chico nuevo de la universidad, queriendo saber que es lo que esconden, saber cual es el secreto de los mellizos Záitsev.