El secreto de mi primo.

Capitulo 5

Días después.

Ya estoy en Miami, la verdad extraño mucho a José aunque hagamos videollamada no es lo mismo extraño mucho aquel momento en que sentí sus labios eso me dió algo de alegría a mi vida pero eso ya no va poder ser sentí feo cuando tuve ese choque de realidad, aún no entro a la escuela estoy en casa por el momento cuidando a Pablo, el es mi única distracción de todo lo que me está pasando en este momento, me quedé mirando la ventana un rato y decidí salir al balcón a tomar un poco de aire fresco, me puse a pensar en todo lo que había pasado en México y que en realidad mi mamá estaba devastada por hacerme venir con mi primo pero comprendí que ella también necesita algo de tiempo para pensar, para relajarse, la escuela no me fue bien y la estresa mucho cuando mentía que asistí, pero en realidad me iba a la playa a conseguir algo de paz necesitaba ese pequeño espacio y creo que ella por dentro sabía que mentía y por eso jamás me regaño, entre de nuevo cerrando la gran ventana, por qué Pablo puede salir y un accidente mortal puede pasar.

-Mamá, hay que comer camarones.

Pablo siempre me dice mamá, siempre estoy al pendiente de él, mi primo se fue a Puerto Rico de emergencia por qué tiene una escuela de basquetbol y tuvo que ir, va a regresar en unos días.

-Si cariño pero me vas ayudar a preparar- El niño me sonrió, me lleno de alegría ese gesto- Si, corre que ya tengo hambre.

Duramos 30 minutos en cocinar y finalmente comimos unos camarones al mojo de ajo, eso me hizo recordar cómo mi primo los hacía hace tiempo, y me puse triste por qué pasaron muchas cosas y eso lo hizo cambiar mucho, también hace pocos días antes de que se fuera queria entrar a una de las habitaciones se puso como loco gritando que no entrara a esa habitación, que si llegaba a entrar conocería mi verdadero castigo, yo por supuesto me quedé perpleja al escuchar eso me puse nerviosa.

-Mamá hay que jugar  a las escondidas- No tenía ganas de jugar pero no le podía decir que no- Está bien, escondete.

Pablo se fue a esconder y yo cerré mis ojos, imaginaba que estaba con José, caminando de la mano en la playa, sentí como salió una lágrima y dejé que el llanto fluyera.

-¿Mamá qué pasa?- Abrí los ojos como platos, al ver a Pablo en frente de mi llorando, sequé mis lágrimas rápidamente- No tengo nada pequeño, solo tengo algo de dolor de cabeza.

El solo corrió al baño y regresó con una caja de pastillas para el dolor de cabeza, las tome y el niño me sirvió un vaso de agua, me tomé la pastilla y el niño sonrió, no podía comentar nada de lo que pasó, esos pensamientos se me quedarían guardados para siempre, me fui a la habitación claro el niño también vino conmigo, prendí la televisión y le puse Netflix, el niño escogió su serie y se quedó entretenido, sentía mis ojos pesados así que los cerré y ya no supe que pasó.

***

Dos horas después.

Me levanté, el niño se había quedado dormido, apague la televisión y me puse a pensar en lo que estaría haciendo mi mamá en lo que ella sentía al sentir que ya no estaba con ella, eso siempre lo tendré en duda, no sé si le dió alegría o tristeza, pero algo se bien, ella es mi mamá y podré estar enojada, pero en ella siempre confiaré para cualquier cosa, estaba aburrida y me dispuse abrir la puerta de la habitación que Emma me había prohibido, no se daría cuenta camine hacia el pasillo hasta llegar a la última puerta, tomé el pomo y al momento de abrir alguien llamó a la puerta, trate de abrir la puerta antes de ir a ver quién era pero tenía seguro, eso me dejó claro que él sabía que iba a tener curiosidad, tocaron la puerta de nuevo y no me quedo de otra.

Me fijé por la mirilla de la puerta y ví que  era Fabián, abrí la puerta y lo deje entrar, pensé que se iría pronto pero al final entendí que ya no se iría y que pronto mi primo llegaría, la verdad, no tengo ganas de ir a la escuela aún yo solo quiero quedarme en casa, y no salir nunca de mi cuarto, Fabián estaba al teléfono con alguien, me dirijo a mi cuarto, cierro la puerta, y me acuesto boca arriba en mi cama, y pensando en todo lo que me pasó estos días, y en cómo me cambió la vida al último momento.




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