El secreto de tu sonrisa

5. El suceso

“Te di mi ser,

abriste tu alma fantasma

y pasaste de largo a través de mí,

partiéndome en pedazos.

Pero reuní todos los trozos,

formé una piedra

y te la puse delante.”

 

 

Los días posteriores no tuvieron mucha gracia. Ella no abría por la mañana, sino que estaba por la tarde y una buena tormenta me impidió salir de casa los dos días. Tampoco pude avanzar con el trabajo todo lo que yo quería, estaba tan distraído que acabé pasando el rato con Steve, menos cuando se iba con Naira.

El miércoles lo tenía todo planeado y nada ni nadie, ni siquiera el tiempo, iban a destrozarme los planes. Ese día fui a la universidad con mi amigo ya que el restaurante estaba cerrado y en el recreo me fui. Gracias al mapa que tenía de la ciudad, pude llegar sin problemas a la plaza, donde se iba a celebrar la charla de ese día.

Llegué justo a tiempo.

—A propósito del día que se conmemora, quiero invitar a Roxanne, voluntaria de una importante organización que ha tenido el placer de darnos un poco de su tiempo para venir.

¡Es que lo tenía todo! No sabía eso de la organización pero solo la hacía mejor persona de lo que ya demostraba ser. Subió al escenario mientras aplaudíamos y miró a toda la multitud, que al ser muchísimos, ni siquiera notó mi presencia.

—Buenos días. Primero quería agradecer a los organizadores del evento por invitarme y a vosotros por estar aquí. Tengo que confesar que nunca me ha gustado este día, nunca. Aún espero el momento en que este día desaparezca completamente del calendario. A pesar de todo, aquí estamos. Si este día se celebra es porque todavía, a estas alturas, hay desigualdad y eso no lo podemos permitir.

》Como una vez oí decir a un amigo: la mujer salió de la costilla del hombre, no de un pie para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior... Sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida y al lado del corazón para ser amada.

Presentía que esa frase no se me iba a olvidar. Nunca la había escuchado pero me parecía que tenía mucha razón. Ella siguió con su discurso hasta que suspiró, haciendo entender que no le quedaba mucho.

—Mi mensaje, resumiendo, es que no hay que retroceder. Cada vez somos más y aunque todo se vea muy lejano, tenemos que seguir luchando hasta que logremos que este día desaparezca... Gracias.

Toda la plaza se llenó de aplausos y una tonta sonrisa se formó en mi rostro.

Solo me quedé media hora más ya que solo me permití llegar tarde a la siguiente clase después del recreo. No era bueno que me perdiera ninguna pero ese día pude permitírmelo. Debía despejarme del trabajo que no me dejaba respirar.

Esa simple tarea me estaba volviendo loco.

Tuve examen la última hora pero eso no fue problema para mí. Salí contento por el resultado y esperé a Steve apoyado en una columna con el bolso del portátil en un hombro. Miré hacia las clases para ver si venía pero no le vi a él, sino a Naira que no estaba muy feliz.

—¿Dónde estabas en inglés? Teníamos exa...

—A tu lado —dije rodando los ojos. Ella solo tenía ojos para Steve y pocas veces sabía que existía, por eso no salía con él cuando estaba ella. Y por otras razones—. No soy invisible, aunque ya parece que para ti sí.

—¿Ah sí? No me...

—Mira, Naira, no sé a lo que quieres llegar con esta conversación pero no pienso ser tu pareja en ningún trabajo para que acabe yo haciéndolo todo y menos dejarte los deberes para alguna asignatura —suspiró poniéndose la bolsa de los libros en el hombro—. Era eso, ¿verdad? ¿Para qué iba a ser si no?

—No siempre lo haces todo tú. Necesito ayuda con el trabajo ese que han mandado de la descripción de una ciudad. Tú escogiste el fácil...

—Sí, muy fácil será para ti. No te entretengas conmigo, no vas a conseguir nada. Ya no.

—¿Sigues enfadado porque te enamoré haciendo un trabajo? Sacamos un nueve.

—Ilusa —negué la cabeza y saludé a Steve que estaba saliendo de clase—. Me utilizaste. Y ya que yo fui insignificante para ti, tu nota también es muy insignificante para mí. Así que, te deseo lo mejor... —sonreí—. Por cierto, dice el profesor que repitas el trabajo ese tú sola, ya que no ayudaste.




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