El Secreto Más Secreto

Sabes mi nombre?

Los latidos de mi corazón aún se podían escuchar a kilómetros de distancia en el día seguinte.

Yo lucía como un panda por haberme quedado leyendo La Naricita hasta poco antes del amanecer. Me enamoré de este libro! La niña de la  nariz atrevida, su abuela, su muñeca, el sabugo de maíz y el  cerdo, todos hablantes... Me encantaron! Tenía que encontrar los otros libros de sus aventuras.

Me miré en el espejo de mi habitación. Mí nariz está pequeña y talvez um poquito atrevida. Me sacudí mentalmente. "A maquillarse, Jane. Tienes que disfrazar etas ojeras enormes y irte a trabajar!"

 

Llegué más temprano que los demás en la biblioteca. Estaba bostezando demasiado. Tuve una idea para pasar el tiempo más deprisa.

En uno de los terminales de pesquisa procuré si había algún libros de La Naricita en el acervo de la biblioteca. Bingo! 

Me senté en una mesa en un canto y empecé a leer. Muchísimo interesante.

 

Desperté de la nada muy asustada. Dónde estaba?

Oí una risa de burla y noté que estaba siendo observada. Álvaro? Qué hacía él aquí? Oh. El trabajo. La risa burlona de ayer estaba en su rostro otra vez. No conocía este su lado. Por cierto, no lo conocía tanto cuanto pensaba. Estaba poniendose más guapo a cada día el muy...

Sentí una cosa pegada en mi rostro.

Una de las páginas del libro. Oh. Qué mala suerte. El despegó el libro de mi cara y miró la cubierta.

- Veo que te gustó el libro, Naricita.

- Cuando llegaste? - balbuceé cambiando de tema.

- No hace mucho.

- Dónde están los demás?

- Están un poco retrasados, pero pronto llegarán. - afirmó.

- Ya veo. - empecé a abrir mis libros y cuadernos para tener algo que hacer.

- Oye, Naricita. - Dijo con la mano apoyando la barbilla y el codo apoyado en la mesa.

_ Sí? - dije mirando mi pluma con atención exagerada.

- Sabes mi nombre? - preguntó con curiosidad

Qué rayo de pregunta es esa?

- Lo sé. - dije frunciendo las cejas para la pluma.

- Entonces por qué nunca te oí hablar mi nombre?

- Creo que talvez porque no nós hablenós hablemos a menudo. También nunca te oí decir el mío. - rebatí.

- Jane. 

Oh. Mí. Corazón.

- Hola, chicos. Disculpen el retraso. Había mucho tráfico.

Abrí la mayor sonrisa de que fui capaz. Nunca fui tan grata a alguien cuanto en este momento.

- No te preocupes, Carlos. Llegaste en buena hora. - dije yo. 

Luego llegaron los demás. Tuvimos que hacer mucho en poco tiempo y aún así no logramos hacer todo.

Eliana sugirió crearnos un grupo en WhatsApp, para hablarnos. Todos concordaron. Y se creó el grupo.

Álvaro movió  la pantalla de su teléfono en frente de mí ojos. Capturé la palabra "Naricita" por encima de mí número de teléfono.

Qué rayos estaba pasando? 

Fuimos al salón. Las clases ya empezaban.

 

 

 



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En el texto hay: amor inocente

Editado: 17.07.2018

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