El Sello: La Rebelión De Los Caídos

Capitulo 12: Realidad y Mitos

Después de una semana desde la llegada de Mizarth y Alcorth a la hermandad, habían aprobado todas las pruebas casi sin esforzarse; era notable que el entrenamiento a lo que fueron sometido por Sagga tenía sus frutos.

 

— Veo que los nuevos han aprobado todas tus pruebas, sin problemas — Dijo Ron

 

— Si, no es para menos fueron entrenados por Sagga — respondió Markethe.

 

— Disculpa, ¿el mismo maestro que te rechazó? — pregunto Ron con una sonrisa en el rostro.

 

— Si ese mismo, y ya deja eso, sé por dónde vienes — espeto Markethe.

 

— Tranquilo, yo solo hacia la salvedad en que al gran maestro de combate Markethe lo habían rechazado. — dijo Ron con ironía y riendo un poco más.

 

— Recuerda que yo era más joven que ellos cuando fui a verlo — hizo una breve pausa y miro al techo pensativo — a no espera no lo puedes recordar porque en ese momento me habías dejado solo... — dijo Markethe.

 

— Esta bien ya no juego, no me gusto este juego — respondió Ron.

 

— ¿Algún día me contaras que hiciste? ¿Cómo llegaste a hacer tanta des...? — Pregunto Markethe, pero fue interrumpido por Ron.

 

— Ya para con esas preguntas son cosas que no quiero olvidar, para no volver a hacer eso jamás pero no es para estar conversándolas — respondió Ron cortante.

 

— Mmm ok, lo siento — Dijo Markethe colocando una mano en el hombro de Ron

 

— Aparte que no tienes estomago para escucharlas — dijo Ron.

 

— Después de encontrarte como te encontré lleno de mugre y sangre y con una mirada que parecías otra criatura ¿qué puede ser peor que eso? — Dijo Markethe.

 

— Cree lo que te digo, si hay cosas peores, cambiando de tema, ¿qué sabes de tío? — pregunto Ron.

 

— Esta bien aún no ha parado de hacer sus averiguaciones, quiere lograr tener evidencias de lo que hace Neipoy para poder convocar al consejo mundial y conducir un ataque contra ellos con ayuda de Cawdor — Respondió Markethe.

 

— Eso espero, ojalá el maestro nos permitiera intervenir, pero bueno eso no pasará, no podemos exponer a la hermandad, cuéntame más de tus nuevos reclutas — Dijo Ron.

 

— Bueno, ¿te conté que yo me topé con ellos hace unos años atrás? — Pregunto Markethe.

 

— No, ¿cómo que te topaste con ellos? — pregunto ron

 

— Si hace unos 30 Años fui al Epiro del Oeste y allí en uno de los pueblos me tropecé con ellos — Dijo Markethe.

 

— Pero ¿por qué recuerdas eso? — Pregunto Ron

 

— Es que la verdad me impresiono algo de ellos, no sabría decirte que es, pero tienen algo especial, y en aquel momento pensé que me gustaría quedarme a entrenarlos, sobre todo a Mizarth — Respondió Markethe.

 

— mmm ya veo, ¿si sabes que hace muchos siglos que la pedofilia fue quitada de nuestro ADN? — Dijo Ron con una sonrisa en el rostro.

 

— Sabes que no me refiero a eso, deberías de venir conmigo los voy a llevar al templo es su primera visita, y así podrás comprobar lo que te digo — Dijo Markethe.

 

— Ok iré contigo, mientras vamos conversando un poco más — dijo Ron.

 

Ron y Markethe partieron a encontrarse con los hermanos en el salón de entrenamiento, que se encontraba pasando el patio principal y este parecía un coliseo de combate, allí también se celebraban una vez cada cuatro años un encuentro de luchas de todos los peleadores que quisieran inscribirse, el cual Markethe había ganado dos veces, pero Ron no había querido participar, por temor a lo que pudiera hacer.

 

— Aja, ¿qué es lo que te impresiona tanto de ellos? — Pregunto Ron.

 

— Bueno Mizarth es sumamente veloz, y aplica su camuflaje y es casi imperceptible, mientras que Alcorth, es sumamente fuerte, creo que incluso más que mi padre en sus mejores tiempos — respondió Markethe.

 

— Cuando dices casi imperceptible ¿a qué te refieres?, ¿tú no lo encuentras? — pregunto Ron con una ceja levantada.

 

— En ocasiones no, creo que si me descuido puede llegar a mí — Respondió Markethe.

 

Mientras seguía la conversación llegaron al salón de combate, los hermanos estaban practicando entre ellos, mientras eran observados por Ron y Markethe.

 

— ¿Te importa si les hago una prueba yo? — pregunto Ron.

 

— ¿Tu? ¿estás seguro de que quieres hacerlo? — pregunto Markethe extrañado.

 

— Si, la verdad que si siento algo especial en ellos. — respondió Ron.

 

Markethe se encogió de hombro en señal que no lo desaprobaba. — pero no te extralimites —

 

— URU!!! — Dijo Ron haciendo a su vez que Mizarth empezara a quemarse, sin embargo, Mizarth se movió rápidamente y de un brinco con mucha velocidad pudo quitárselo, Mientras tanto Alcorth se preparó para recibir la llamarada con su espada montante usando la como si fuera un escudo.

 

— Solo vi hacer eso a mi padre, increíble que este muchacho pueda resistirlo — Dijo Markethe impresionado.

 

Ron seguía concentrado en la pelea que había iniciado sin dejar de escuchar a Markethe.

 

— TERRUERIT — Dijo Ron lanzando esa técnica a Mizarth que se dirigía a atacarlo, esto lo saco del combate brevemente pero inmediatamente siguió con el ataque; Ron al percatarse de esto encendió en llamas su alrededor al ver que Mizarth lo atacaría, haciendo que este se quemara y perdiera un poco de su energía, esto sin dejar de atacar a Alcorth.

 

— ¿Ron no te parece que te estas excediendo un poco? — Pregunto Markethe con una ceja levantada.

 

— No, aun no, pero puedo ver lo que dices de ellos, sin embargo, ¡veamos algo — hizo una pausa — CAOS IGNIS!! — Exclamo haciendo que salieran dos bolas de fuego de sus manos e impactando contra ambos hermanos tumbándolos al suelo.




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