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Una vez estaban preparados, todos los de la élite Macapa, incluido Agnis, estaban encaminándose hacia el rito elitista que queda a las afueras de la ciudad mágica.

Agnis iba detrás con Katie. Los demás iban adelante de ellos dos.

—¿Puedes explicarme otra vez lo del rito elitista? —le preguntó Agnis con pucheros.

Katie se resignó una vez más a explicar.

—El rito elitista es la tradición de las élites de presentar sus integrantes delegados  a las demás élites—interrumpió Sebastián con un tono orgulloso, antes de que Katie hablara.

—¿Qué es un integrante delegado? —musitó Agnis cerca del oído de Katie para que los demás no escucharan.

Como siempre, Agnis estaba desviándose del tema. Katie se resignó otra vez más a explicarle.

—Son los seres mágicos acogidos por una élite para que se unan a ellos —intervino Ethan explicándole con una voz indiferente.

Agnis sintió un zumbido en su corazón al enterarse por enésima vez que haría parte de la élite Macapa.

—Pregunta técnica —Todos resoplaron—: ¿qué es exactamente una élite?

Katie se resignó por última vez a explicarle.

—Es un grupo mágico unido por magia… —interrumpió Emma antes de que Katie hablara.

Katie perdió los estribos.

—¿Alguien piensa dejarme hablar? —les gritó a todos ellos.

Los chicos, menos Agnis, echaron a reírse.

—La petición elitista es la clave para las élites —le explicó Katie recuperando la palabra.

Agnis había escuchado esas palabras, pero no las comprendía del todo bien.

—La petición elitista es un ritual mágico —continuó Katie— que se lleva a cabo en una élite para integrar a un ser mágico.

—Dependiendo de la función que desempeñe en la élite —precisó Emma con un bostezo.

—¿Funciones? —preguntó Agnis confundiéndose aún más.

—Si eres un líder… —dijo Sebastián.

—O un miliciano —interrumpió rápidamente Emma.

—O incluso un mentor —le dijo Katie con un tono afectuoso.

—¿Cuál es la diferencia? —les preguntó Agnis.

—Los líderes comandan al grupo —dijo Sebastián con un matiz de orgullo.

Tanto Ethan como Emma rechistaron.

—Los mentores son los maestros de las élites —le explicó Katie en pocas palabras.

—¿Y los milicianos? —le preguntó Agnis.

—Los milicianos son los guerreros de las élites —le explicó Ethan echándoselas a Sebastián.

Sebastián sintió un tris de furia.

—¿Ustedes qué son? —preguntó Agnis con un tono dejo de curiosidad.

—Miliciana —se presentó Katie toda orgullosa.

—Líder —se presentó Sebastián.

—Paladines —dijeron Emma e Ethan al unísono, aunque forzadamente.

Agnis se preguntaba qué era un paladín, pero no estaba dispuesto a preguntarles, quizá solamente a Katie.

—¿Qué es un paladín? —le preguntó Agnis a Katie en voz baja.

Katie miró hacia el firmamento.

—Son milicianos especializados en ser líderes o, incluso, ser mentores…

—¿Algo así como los segundos al mando? —le preguntó Agnis.

—Algo así —le respondió Katie con pocas palabras para que no los escucharan.

—Saben que podemos oírlos, ¿verdad? —les comentó Emma un poco molesta.

Ambos se tensaron.

—¿Y quién es el mentor? —se aventuró Agnis a preguntar.

—Se supone que tú —le dijo Ethan sin esperanza alguna.

—¿Por qué yo?

—Eso no lo sabemos aún —le objetó Sebastián.

—Depende de cómo encajes con nosotros —le dijo Emma en un tono bien amistoso.

—Esperemos que sí sea un mentor —confesó Katie en voz alta.

Todos la fulminaron con la mirada, excepto Ethan que estaba burlándose de todos ellos como era de costumbre.

Todos siguieron caminando hasta que llegaron a las afueras del rito elitista. Agnis logró visualizar un feriado de seres mágicos custodiado por símbolos rúnicos que lo protegían de la periferia monstruosa del mundo sobrenatural.

Agnis cogió de la mano a Katie antes de entrar.

—¿Quieres seguirme explicando? —le pidió Agnis una vez más con pucheros.

En un instante, Emma e Ethan se perdieron entre la multitud de seres mágicos.

—Manténgase unidos —les ordenó Sebastián sin darse cuenta que ya se habían marchado dos de su equipo.

Sebastián maldijo al cielo cuando se enteró.

—No se separen de mí… —les ordenó Sebastián al resto de su equipo.