Capítulo 5
12 años pasaron, y como si nada, Ronin paseaba por la aldea, ignorando las miradas curiosas de los aldeanos sobre su apariencia.
—Que rápido ha pasado el tiempo — lanzo al aire, viendo de reojo a un niño de cabello dorado, quien derramaba lágrimas de tristeza sobre una hamaca de la cual estaba sentado, agarrando con sus manos aquellas cadenas—mmm…. ¿ese niño no será hijo de la mujer pelirroja? — tarareo preguntón consigo mismo.
Se encogió de hombre y se dispuso a acercarse al niño.
Cuando el muchacho noto su presencia pareció perturbado por la aparición de un extraño, sin embargo, aquella sensación de perturbación fue desvaneciéndose cuando sintió que la cálida y protectora energía que brotaba la presencia que se acercó, suavemente su cuerpo se tensó, aquel hombre lo abrazo cálidamente, instintivamente correspondió su abrazo, sintiéndose algo extrañado.
—Tranquilo muchacho, todo está bien, no hay porque temer — calmo Ronin al niño, acariciando su cabello dorado con delicadeza —Cuéntame chico, ¿Qué ha pasado que lloras?
El rubio pareció calmarse al escuchar su voz calmada y nada hostil. Tratando de calmar sus lágrimas, hablo. —N-no he aprobado el examen genin… — murmuro con tristeza en el oído de aquel hombre.
—— Oh — y dio paso el silencio, dejando de acariciar su cabello, bajando un poco su cabeza hasta la altura del niño, para seguidamente ver sus ojos azules zafiros.
—¿Te burlaras de mí y me alejaras del resto tan pronto cuando te diste cuenta que soy un fracaso como ninja?
—No.
La respuesta del hombre sorprendió al niño, no sabía que había alguien que lo viese como una persona normal aparte de sus conocidos.
—¿Por qué? — insistió el rubio.
—No hay motivos, chico. — contesto sereno, acariciando con salvajismo su cabello.
—¡hey! — grito el rubio — no soy un perro — gruño enojado.
—Oh… — susurro con pereza, Ronin — pareces un zorrito adorable con esos bigotitos.
—¡Tampoco soy adorable! — exclamo con un poco de vergüenza el rubio, que fue ignorado por el hombre que simplemente acariciaba su cabello, hasta que dejo de hacerlo para no molestarlo mucho.
—Me llamo Ronin, ¿Cómo te llamas chico? — pregunto el hombre peliblanco claro, ya habiendo perdido en su totalidad el cabello castaño, sin embargo, sus ojos seguían siendo del mismo color, avellana.
—¡Me llamo Uzumaki Naruto, el próximo hokage! — se presentó con mucho entusiasmo y alegría, abandonando la tristeza que lo carcomía hace un momento, causando un pequeño alivio en Ronin — ¡No lo olvides! — finalizo con una sonrisa radiante.
Antes que pudiese decir algo, una voz lo interrumpió.
—¡Naruto, ahí estas! — se acercó apresurado al chico, un hombre con cabello atado, revisando la condición de naruto con clara preocupación.
—Hola Iruka-sensei — saludo el rubio con aquella sonrisa radiante — te quiero presentar a un nuevo amigo, mira está aquí — apunto con un dedo el joven.
Cuando el hombre dirigió la mirada hacia donde apuntaba el hombre, vio que no había nada.
—Naruto, no hay nadie aquí — respondió el profesor con un suspiro, estaba empezándole a preocupar la salud mental de su estudiante favorito en secreto.
—¿Eh? — El rubio pareció anonadado, miro al costado y supo que su sensei tuvo la razón —Hace un momento estaba aquí…
Iruka suspiro y acaricio con cariño el cabello del rubio.
—No importa, quizás haya desaparecido a propósito, vamos a comer ramen — respondió iruka, causándole una sonrisa de completa felicidad en naruto, quien comenzó caminar con su sensei.
No obstante, sintió que alguien lo observaba, y entonces, allí pudo ver, escondido entre los árboles, al hombre lo acompaño, despidiéndose con una señal de mano, desapareciendo en el mismo momento que naruto lo vio.
Por otro lado, un hombre sentado en su propia oficina, tenía una expresión de preocupación y alivio tras ver lo sucedido en aquella bola de cristal, al parecer ese hombre no causaría daño a la hoja, pero a causa de eso, se acercó a naruto y lo calmo, cosa que le preocupo bastante, ¿Quién sabe que intenciones tenia? Quizás no tendría malas intenciones, aunque no significaba que se fiara en aquel hombre, no, ya no.
—¿Se encuentra bien, hokage-sama? — pregunto uno de sus guardias.
—Sí, estoy bien, agradezco tu preocupación — contesto sin dudar el anciano, el anbu asintió y regreso a su puesto, mientras tanto, Hiruzen pensó con seriedad. <<<Tendré que confrontarlo.>>>
Luego de eso, las horas pasaron y el anochecer llego. Entre las sombras, el samurái sempiterno seguía al rubio que escapaba de los anbu, ayudándole a esquivarlos discretamente, cuidando al pequeño zorro silenciosamente, no obstante, llego el momento en el rubio se enfrentó al hombre que lo convenció de robar el pergamino antiguo, derrotando con los clones, tras la necesidad de proteger a su figura paterna; iruka Umino, quien fue herido por el enemigo.
Antes de que llegaran los anbu, el peliblanco llego para poder revisar la condición del inconsciente Naruto y a su sensei, pero una presencia se interpuso en su camino de manera protectoramente hacia las dos personas, teniendo una pose de batalla, listo para atacarle a él.
Sus ojos avellanos divisaron el cabello plateado del hombre anbu, y disimuladamente observo como en las cuencas de su máscara había un pequeño destello carmesí brillando amenazadoramente.
Ronin lo reconoció enseguida, no había dudas de eso.
Era Hatake Kakashi, el ninja copia.
—Mantén distancia —ordeno murmuro con seriedad el chico, causando que Ronin suspirase amargadamente… en el momento que iba hablar, una voz anciana y autoritaria intervino.
—Tranquilo Inu, no es nuestro enemigo — tranquilizo el viejo líder, viendo de reojo al hombre, ignorando su apariencia joven — por ahora.