Capítulo 7
El silencio reinaba sobre el lugar, ambos mirándose fijamente sin siquiera pestañear.
Gris contra luz y oscuridad. Antiguo contra demonio.
Mientras la criatura desprendía aquel chackra corrosivo y violento, capaz de quemar todo a su paso, el supuesto hombre desprendía un chackra indiferente como tranquilo pero violento, algo extraño, considerando su forma de ser.
Y entonces… sucedió.
Ambos seres se impulsaron hacia la batalla, con intenciones de matarse entre ellos, en el momento en que ambos enemigos chocaron puño, una onda expansiva se generó en el suelo, hundiéndolo profundamente debida a la colisión de los puños, seguido de eso, un rugido de batalla salió de la boca de la bestia, que lo ataco con sus tres y seguido de eso, creo una mini bijuudama y se lo lanzo sin importar las consecuencias.
—Has perdido la razón de vivir, humano… — murmuro sereno, observando a través de los ojos que llamo “Jogan”, percibiendo su tristeza y impotencia al ser manipulado por un enmascarado que muy bien sabía quién era, gracias a los reflejos que tenía, esquivaba los ataques del jinchuriki sin ninguna dificulta, sin contar que tenía mucha más experiencia que ese enano.
Yagura desesperado por no poder acertar ningún golpe, accedió a su forma final, asumiendo la forma original del sanbi y allí, de nuevo rugía esta vez de manera descontrolada, su tono de voz se había vuelto más demoniaco y enfurecido. Algo extraño, para un mizukage que muy bien controlaba sus emociones y entonces pensó, quizás no peleaba con el mizukage si no con la persona que lo controlaba.
Fue ahí que se dio cuenta, en los ojos del jinchuriki vio a través de su Jogan, un destello carmesí, sin perder el tiempo, en un rápido movimiento, agarro la cabeza del mizukage con ambas manos y lo hundió contra el suelo, luego de eso, susurro unas palabras mentalmente.
Sin previo aviso, la bestia comenzó a gritar del dolor mientras, por otro lado, Ronin estaba en el interior de la persona que se enfrentaba. Siendo consciente de las miradas incrédulas de dos personas.
No obstante, centro su atención en el objetivo, camino y camino entre el sendero oscuro, hasta encontrar tres entidades, 2 figuras encadenadas y una que brillaba de rojo carmesí poseyendo una máscara en su rostro y una capa de Akatsuki.
—¿Cómo entraste aquí? — pregunto el enmascarado — es imposible entrar aquí, a no ser que seas uchiha.
Ronin, suspiro con pereza, mirando fijamente sus ojos — Largo de aquí, falso madara — tras decir eso, hizo un movimiento con la mano derecha hacia la izquierda, eliminando el pedazo de alma que controlaba al mizukage, quien se liberó de las cadenas y viéndolo arrodillado con temor, arrepentimiento y, por último, agradecimiento hacia él —No temas, portador del sanbi, no estoy aquí para matarte, no es mi trabajo hacerlo, solo interfiero en el destino que has creado y has caído inconscientemente.
—¿Qué dices— expreso la entidad demoniaca con desconfianza y extrañamente, se sentía protegido por ese hombre, cosa que desbordo su desconfianza hacia su persona?
—Nada, cosas extrañas —respondió sin titubeo, Ronin, ignorando la mirada que le daba el bijuu —¿Cómo se sienten? Me imagino que se sienten libres
El sanbi no respondió, en cambio, Yagura se paró y se acercó a él, abrazándole en el proceso. A lo que, correspondió por educación. No era afectuoso, sin quererlo, sus emociones olvido sentir
—Gracias…. — agradeció el mizukage sin parar, hasta que, luego de un rato, dejo de abrazarlo y se alejó unos cuantos metros —He podido ver tus recuerdos, pero….
—Te he permitido ver mis recuerdos, no solo a ti, sino también al ser que te ha acompañado en vida — interrumpió, sorprendiendo al hombre —Considéralo empatía de mi parte — añadió fríamente.
—¿Cómo es posible que vivas tanto tiempo? — pregunto incrédulo el hombre.
—No tengo una repuesta aparente muchacho — pestañeo y observo a la entidad gigantesca—. Veo que has causado caos contra los humanos, rompiendo la creencia de tu padre, aunque no te culpo
—¿Qué?¿Cómo sabes de eso, humano? No te he visto nunca, ni padre hablo de ti — pregunto con un gruñido la bestia.
—¿Deseas saber quién soy, o lo que soy? —Devolvió Ronin con una sonrisa enigmática y perezosa.
—¡No juegues conmigo humano! Que hayas salvado nuestra vida no quiere decir que confié plenamente en ti, responde o te matare aquí mismo — amenazo la entidad, encendiendo el chackra por todo el lugar, con la intención de presiona y atemorizar a su salvador.
—Ten cuidado muchacho, no amenazas a cualquier persona —expreso sereno, inmutado por la acción del sanbi—. No olvides que existes por una razón, para prevenir la existencia de aquel ser—Lentamente se acercó, caminando hacia la entidad y a causa de eso, por cada paso que daba, incrementaba el chackra por el lugar, arrodillando despaciosamente al tres colas, debido la presión que este ejercía— Y soy lo que no debes saber, una anomalía de este mundo
—¿De que estas hablando? —pregunto yagura con dificultad, afectado por la presión.
Ronin lo miro en silencio y no respondió su duda, antes eso el sanbi se dio cuenta, no hablaría con cualquiera.
—De cosas del pasado — intervino la bestia, ignorando la mirada de su jinchuriki—. Cosas como humanos como tú, no deben saber…. Sin importar las consecuencias.
El antiguo, suspiro cansado y lleno de pereza, rompiendo el silencio incomodo que se armó en el lugar.
—Bien, ya he terminado mi misión — hablo en voz alta, lentamente su persona se fue desvaneciendo del lugar— Trata de enmendar los errores que has cometido, muchacho, no te mates. — finalizo, desapareciendo del lugar.
Minutos después.
Alli estaba Ronin, observando a una distancia que podría considerarse prudente, escondido del mundo y siendo el, que observa en silencio las acciones del resto contra un Yagura totalmente desconcertado y libre de cualquier manipulación.