Dorothy
La suave melodía de la música inunda el espacio de mi habitación, después de clases y culminar con mis tareas ocupo tiempo en practicar los ejercicios vocales que la instructora de la academia nos enseñó.
Desde pequeña veía en los programas de televisión los canales de música, cuando mi mamá encendía el equipo de sonido una sensación electrificante recorría mi cuerpo, así que empezaba a buscar programas de karaoke para cantar, descubrí que tenía una linda voz, mi familia me incentivaba para seguir haciendo esto que lo tomaba como pasatiempo, para ser sincera no me veo como una cantante profesional, no es algo que quiera realizar como meta de vida, sino que es una parte de mi ser que me gusta explorar.
No tengo un género en específico solo podría decir que me gustan canciones que tengan esa combinación que hace que te desconectes del mundo y creas que nada a tu alrededor importa.
Christina Aguilera, Beyoncé, Cher, son de las cantantes que admiro por esa voz tan armoniosa que te llegan a erizar la piel.
“Pero me acuerdo de ti
Y se borra mi sonrisa
Pero me acuerdo de ti
Y mi mundo se hace trizas”
Interpreto una estrofa de la canción y luego una sonrisa se forma en mis labios al sentirme afortunada por tener el privilegio de hacer esto, no mentiré al decir que tengo un pánico al imaginarme si un día no pudiera emitir palabras, sé de personas que perdieron la voz por traumas o accidentes y ruego que yo nunca tenga que sufrir algo así.
Bajo a la cocina para poder merendar algo, no se encuentra nadie busco en el refrigerador que puedo preparar y en eso entra mi madre.
—Cariño, te hacía ensayando tus canciones—dice mi madre.
—Estaba practicando, pero me dio hambre y vine a preparar algo—contesto—. Además, no quiero forzar la voz en dos semanas es la presentación y quiero estar bien.
Mi madre asiente con una sonrisa.
—Espero que papá no esté muy ocupado y nos acompañe—digo.
—Hará un esfuerzo cielo, sabes que la empresa absorbe mucho de su tiempo.
—A mis amigos ya los invité y le dije a Adam que también hiciera lo mismo con los suyos—informo.
—Me parece bien hija.
Durante un tiempo seguimos platicando sobre los últimos acontecimientos, lo que pasó con Adam, a mi madre le preocupa cómo va actuar mi padre puesto que él y mi hermano siempre han tenido sus choques y con lo sucedido no se sabe cómo estará el ambiente en la casa.
De repente la chica que se encarga del aseo entra a la cocina entregándole a mi madre correspondencia, supongo que son las facturas y trámites que como esposa de mi padre ella se encarga directamente.
Les da una ojeada rápida a los sobres, cuando su atención se queda por unos minutos de más en un sobre de colores brillantes y arruga las cejas como señal de confusión.
—¿Todo está bien? —le preguntó.
—Creo que sí, solo que me parece extraño este—dice.
Me muestra el sobre y no tiene algún sello distintivo solo aparece su nombre Aria Acosta.
Procede abrir el sobre y en el solo está una hoja con unas letras las lee y luego me pasa la hoja para que haga lo mismo.
Belleza inigualable que es bendecida con dos joyas, afortunada en el amor y en el dinero, una maravilla sin duda. Con esto supongo que te sientes afortunada al creer que ya tienes una vida de película y que si has tenido obstáculos en el camino para conseguirlo crees que no lo perderás.
El mundo está lleno de personas que han sufrido, han cometido errores y pagan por ellos buscando encajar nuevamente en la sociedad olvidando el pasado… Pero hay otras que no el rencor los pudre y buscarán multiplicar el daño de la peor forma que les sea posible.
S.
En mi vida había visto cosa parecida, al parecer esto lo envió alguien que quiere llamar la atención, son palabras que sin duda sacaron de un libro.
Aunque la expresión de mi madre es de preocupación y confusión al mismo tiempo, cuando nota que la estoy observando solo me brinda una sonrisa, toma los otros sobres y se va para su habitación.
La sigo para decirle que no le tome mucha importancia, pero cuando llego a su puerta escucho que está hablando por teléfono supongo le está informando a mi padre de la situación.
Mejor me iré a mi cuarto a ver una película y platicaré con ella después sobre el asunto.