El sonido del silencio

Capitulo 1

11 septiembre, 2001


Hanna caminaba del brazo de Calum con una sonrisa. Ella amaba a su hermano mayor más que a ningún otro hombre. El por su parte aún seguía un poco molesto con ella, pero la amaba igual.


—Hanna, quédate aquí. Regreso enseguida.


—¿Me vas a dejar sola?— cuestionó ella con lágrimas en los ojos.


Calum suspiro, sabía que su hermana estaba sensible por el embarazo. Así que evitó rodar los ojos.


—No te pasará nada, Hanna.


—Calum, se movieron.— dijo feliz al tiempo que dirigía la mano de su hermano hacia su vientre.


—Es hermoso.— dijo maravillado para luego comenzar a hablar con sus sobrinas.— Soy su tío Calum, las amo, y a ti también Hanna.— completo viendo la sonrisa de su hermana extenderse.


—También te amo Calum, por cierto, ¿Me traes una barra de chocolate? Tus sobrinas favoritas quieren.— dijo ella con una sonrisa inocente.


—No te emociones, son las únicas sobrinas que tengo.— murmuró comenzando a caminar.


—Si quieres Liam y yo te fabricamos otra.— contestó con una sonrisa divertida.


—Si vuelves a salir embarazada dejaré sin pelotas a Liam.— comentó al tiempo que su hermana reía.
Sin saber que esa sería la última vez que vería su sonrisa.


Recriminandose a si mismo por no poder negarle nada a su hermana se encontraba pagando los chocolates casi una hora despues. A paso rapido se dirigio hasta donde lo esperaba su hermana, pero un sonido ensordecedor se abrio paso haciendo a todos guardar silencio por breves segundos.


Los gritos no tardaron en escucharse y con ello el tumulto de personas corriendo sin ir a un punto en especifico, dificultandole a Calum la rapida llegada hasta las torres gemelas. Grito de pavor cuando otro estruendoso sonido se escucho y pudo  ver a lo lejos como lo que parecia ser la unica torre gemela que quedaba intacta se convertia en nada mas que una gigantesca capa de polvo y escombros que llegaban a metros de distancia.


Sin importarle tener que empujar a todo aquel que se encontraba en frente corrio hacia el lugar del que todos parecian huir. Con apresura corrio contra el tumulto de personas que gritaban y corrian despavoridas del lugar, aunque muchas otras se aercaban mas al lugar. Tal vez buscando a alguien, al igual que el.


Hora y media despues sus ojos chocaron con una imagen paralizante. Su hermana, esa que habia defendido en la escuela por años, esa que robaba sus galletas, esa que lo obligaba a dormir a su lado en ocasiones, esa hermosa y tierna niña que sus ojos vieron crecer a la par suya; esa a la que consideraba su princesa estaba siendo cubierta de pies a cabeza con una sabana blanca por los paramedicos...


Ese fue el último recuerdo que pasó por la mente de Calum Blicthman antes de sumergirse en la oscuridad, de la que quizás y con suerte para él ya no despertaría.
 




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