Gabriela le dice al señor Pablo (es el nombre del padre de Gabriela): padre disculpa por irme sin avisarte, pero, tenía algo muy importante que hacer. – el señor Pablo le pregunta: ¿algo importante cómo qué? – Gabriela le responde: tenía que ver mi casa de luna de miel. – él le pregunta: ¿estás segura que era para eso? – ella un poco nerviosa le responde: si padre estoy segura que era para eso. – el señor Pablo le pregunta otra vez: ¿y no te encontraste con tus amigos de la infancia? – ella le responde: no padre, no me encontré a ninguno. – él le pregunta: ¿ni siquiera el cantante te conseguiste? – ella le responde: ya sabía que me preguntabas tanto era porque querías saber si lo vi, pero, no lo vi y menos mal porque si me lo hubiese conseguido, seguro que no hubiese pensado en hablar con él. – él le dice: ¿pero de verdad era para tu casa de la luna de miel? – ella le responde: si, fui para eso – él le dice: que bueno (y le pregunta) ¿eso quiere decir que si aceptas casarte con Ismael? Me siento feliz. – ella le responde: si padre, después de pensarlo mucho, decidí que casarme con Ismael sería lo mejor (todo eso se lo había dicho para que su padre se sintiera feliz).
Al rato llegó su madre, su padre se retira (la madre de Gabriela se llamaba Mónica). Mónica le dice: hija me alegro de que hayas vuelto a casa, sana, salva y como siempre bella. – Gabriela la abraza y le responde: yo también me alegro de haber vuelto junto a mi madre bella y junto a mi padre. – la señora Mónica le pregunta: ¿cómo te fue en tu viaje? – Gabriela le responde: ay madre me fue de maravilla, hice compras, fui para el parque, comí helados, dulces y muchas otras comidas. – la señora Mónica le dice: hija me alegro que la hayas pasado bien. La señora Mónica se levanta del sofá y le dice: bueno hija, me voy para que te eches un baño y te cambies de ropa. – Gabriela le responde: si madre me tengo que bañar, porque, Rosa me viene a buscar más tarde para ir a la mansión de Ismael (la vuelve a abrazar, le da un beso en la frente y le dice): te quiero mucho madre, hasta más tarde.
Doña Mónica se va y Gabriela se fue a bañar, se cambió de ropa, se sentó en una silla enfrente de la ventana para esperar a que llegara Rosa a buscarla, Rosa llegó a la hora, entonces, se fueron para la mansión de Ismael, cuando llegaron, una de las empleadas las atendió, les sirvió unas rodajas de pan sin gluten con jugo de manzana para que esperaran a que fuera a buscar al señor Ismael, de repente, la empleada le dice a Gabriela y a Rosa: esperen aquí, el señor Ismael ya viene para atenderlas.