El sueño esperado de una neandertal

Capítulo 2

No pude dormir bien sentía mucho frío y mi papá tuvo que hacer la guardia, ya que mi tío no la quiso hacer se la paso la mayoría de la noche gritándole a Abie para que le diga donde está el agua hasta que su mamá la defendió.

-        ¡Ya Alejo déjala en paz!.

-        Tú ni te metas, no estás viendo que nuestra hija es una inútil.

Podía escuchar su llanto decido ver como esta Abie, la veo abrasando a su mamá que la cubre de que mi tío no se le acerques, quisiera pararme para llevarme a Abie, pero puedo ver como esta a punto de acercarse hacia ellas creo que les quiere pegar pero mi papá lo empuja haciendo que se aleja de ellas y le grita.

-        Ya vasta, Alejo vete a dormir.

-        Tú no me vas a decir que hacer.

-        Vete a dormir a hora… vas a llamar a los animales y si eso pasa a ti va a ser al que voy a aventar para que puedan comer.

Mi padre tiene su lanza, pero todos los hombres del clan estaba alado de el para que Alden no se le acercara se miraron todos muy enojados.

-        Ya vasta, tío mi padre ha dicho que iremos cuando amanezca.

-        ¡No!

-        Alden sé que estás asustado, pero tienes que calmarte por favor, tenemos que ser fuertes.

Mi tío se soltó de los demás neandertales y se dirigió atrás de la cueva, pero antes de ir,  se detuvo en frente de mí y de mi mamá, me puso detrás de ella para que mi tío no se me acerque ni me toque.

No pude dormir bien escuché muchos ruidos que pienso que los provoco mi tío Alden…

Al salir el sol siento que algo me pego abro mis ojos muy rápido y me alejo de esa persona y quiero ver la cara de esa persona y era mi tío Alden.

-        Ya despiértate, tienes que llevarnos haya.

-        Aléjate de mi hija Alben mi madre se pone de pie poniéndole su cuchillo para que se aleje de mi.

-        Tu hija tiene que hacer algo es su obligación.

-        Tú no eres el que manda aquí.

-        Cállate y no te metas.

-        El que no se debe de meter en este sitio de la cueva menos que estés cercas de mi hija eres tú.

-        Tu hija tiene que llevarnos a…

-        ¡Lo sé!, pero eso no tienes por qué tocar a mi hija ni a mi mujer. 

Mi papá y mi hermano se ponen enfrente de nosotras mi papá le quita el cuchillo  ami mamá y se coloca enfrente de ella cuidándola mi hermano solo me revisa para ver si no tengo una herida y me abraza.

-        Aléjate de ellas cuando salga de la cueva nos llevara a donde está el agua.

-        ¡Todos estamos sedientos!

-        Lo sé, sé lo que todos siente porque yo también lo necesito, pero eso no te da ninguna razón de tocar a mi hija y a mi mujer.

-        Eres un… 

-        Ya le diré a Ada que nos lleve, así que sal de la cueva y no te acerques ami hija.

Mi tío salió de la cueva muy enojado.

-        Lo lamento papá otra vez soy la última en levantarme… perdón - lo digo con lágrimas me siento tan culpable.

-        Tranquila hija… cuando te sientas lista sal y llévanos para haya por favor.

-        Hija…

-        Mamá – mi madre me limpia mis lágrimas.

-        Tranquila tu tío estuvo despierto casi toda la noche y no más vio que salió el sol un poco y…

-        Te hizo daño hermana.

-        Solo sentí una patada creo…

-        No puede ser… que le pasa ami tío.

Solamente agacho mi cabeza de que no quiero que me vean llorar.

-        Vamos hermanita -mi hermano toma mi cara y limpia, mis lágrima que están escurriendo en mi cara.

-        No le des esa alegría a mi tío que te hizo daño.

-        Tienes razón hermano.

-        Muy bien así que sal de esta cueva con tu cara en alto y dinos como llegar.

-        Claro que sí.

Salí de la cueva mi mamá y mi hermano detrás de mí y decido caminar hacia donde hice las marcas con la cabeza en alto.

-        Muy bien hija dinos por donde.

-        Si papá hice una marca en  los árboles con unas piedras para no perder el camino.

-        Es en serio así de fácil – grita mi tío Alden.

-        Cállate por favor – grito mi madre.

-        Llévanos por favor hija – dijo mi papá.

Camine por donde hice las marca en los árboles y ahí estaba el pequeño charco de agua que encontramos.

-        Ahí esta.

Todos los adultos vieron y corrieron menos mis padres ellos sostenían a los pequeños junto con mi hermano, mi papá no me dejo que me acercara veíamos como se  pelean por el agua los adultos.




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