Capítulo 12
Despierto con mucha hambre, abro mis ojos, el fuego ya no estaba, trato de ver en donde estoy, siento como los brazos de Adán me rodean, bostezo trato de levantarme, pero él no me deja.
- No… no te vayas
- Adán- me giro hacia él acaricio su cara
- Que pasa
- Tengo hambre
- Enserió – Adán se sienta, toma mi cabeza, empieza a besarme siento como me vuelve a colocar debajo de él empieza a besar mi cuello
- Adán… espera
- Tranquila, yo también tengo hambre
Sin poder aguantar escucha mu pansa que ruge
- Te lo dije lo empujo sonriente me coloco de pie
- Jajaja está bien vámonos
Toma las cobijas y salimos de la cueva el sol ya salió
- Espérame afuera dejaré esto e iremos a pescar
- Está bien
- Iré por las lanzas
- Si
Corro hacia la entrada para que nadie me viera seré a Adán, pero no llegaba
- Donde estabas en la noche
La voz de Adolfo me espanto
- Eso no te interesa
- Claro que si – Alejo se acerca a mí pero trato de alejarme
- ¡Vete!
- Ada tú me importas – lo dice mientras me acariciaba la cara y trataba de besarme, pero lo empujo
- Adolfo entiende yo decidí estar con Adán déjame en paz
- Y ya sabe Adán que primero te avías decidido por mí.
- Que estás diciendo Adolfo
Me espanté... No, no, quería que él se enterara así, me giro para ver de quien se trataba y puedo ver al papá de Adán
- Ada que significa esto
- No, no es que, no es lo que piensa
- Adolfo
- Lo siento
- No quiero volverlos a ver cercas de mi hijo
- No por favor espere yo amo a Adán
- ¡No mientas! tú nunca amaste a mi hijo
- Si… si lo ….
- ¡Cállate!
Empiezo a llorar
- No es verdad, yo no soy pareja de Alejo
- No te quiero ver en la cueva, lárgate de aquí, vete con tu familia
Al Escuchar que mencionan a mi familia, tengo ganas de llorar, pero no lloraré enfrente de Adolfo.
- Déjeme explicarle
- ¡No! No puedo creer que tú seas así, tu familia debe de ser igual a ti, deberían estar muertos.
- Usted no puede hablar así de mi familia, no la conoce
- Mejor, no puedo creer que tengan una hija como tú.
Nunca avía escuchado enojado al papá de Adán
- No te quiero ver en la cueva ¡lárgate!
- Ada
- Suéltame Adolfo
Salgo corriendo no puedo dejar de llorar, voy a los árboles donde Adán me enseño a treparlos, sigo llorando, pero veo fruta tirada empiezo a comerla. Me quedé mucho tiempo llorando…
Nunca debí de aceptar a Adolfo como pareja, no tenía que hacerle eso a Adán, yo, de verdad lo amo, amo a Adán.
No me pueden alejar de él, tengo que hablar con Adán, antes de que su padre le digas cosas que nunca fueron.
Bajo del árbol y corro hacia la cueva al momento de llegar a la mitad del clan estaba buscando a Adán, no está ni sus cosas… Adán…
- Se fue… te dije que se iría, te dije que te iba a dejar – habla Adolfo
- No es cierto
- Si, se enteró que eras mi pareja y decido dejarte, conmigo.
- No es verdad claro que no
- Él no te amaba de verdad, te dije que a todas las neandertales las dejaba
- Y donde están ellas
- Se fueron
- Pero, en ton ces él regresará
- Jajaja no
- Ada puedes ser mi pareja él no regresará
Si él va a regresar…