El templo de los caídos.

Capítulo 8.

  ─¿Estás seguro de que es aquí?─Connor miró a Kyle con el ceño fruncido.

  ─Si, estoy seguro.

Alissa miro hacía el campo vacío que se hallaba frente a ellos, sus ojos vieron el mapa de nuevo.

El miedo comenzó a invadirla.

¿Y si se había equivocado? ¿Y si el mapa no era real?.

Suspiró y cerró los ojos.

Sintió como su corazón empezaba a latir más fuerte y una sensación extraña le recorría el cuerpo.

Abrió los ojos y sus piernas comenzaron a moverse por si solas, era como si no fuera dueña de sus movimientos.

  ─¿Lissa?─escuchó decir a Leyla─, ¿qué sucede?.

  ─¿Ali?─Kyle parecía preocupado─¡Ali!.

Ella quiso responderles, pero sus labios no se movieron.

Cerró los ojos e intentó respirar profundo, pero su cuerpo no se detuvo.

Cuando sus ojos volvieron a abrirse se encontraba parada en un bosque, miró hacia los lados volviendo a ser dueña de sí misma.

No había ni rastro de los demás.

Inhaló y exhaló un par de veces.

Bien, sólo debo encontrar la forma de salir de aquí─pensó.

Caminó insegura hacia donde creía que era el norte esquivando ramas o mirando el suelo de vez en cuando para no caer.

No había ningún sonido más que el de las hojas secas siendo pisadas por ella y eso le daba una sensación extraña.

De pronto sus sentidos se pusieron alerta, se tiró al suelo justo antes de que una bola de fuego verde la impactara, se levantó y comenzó a correr al oír pasos detrás de ella.

Miró hacia atrás, pero no veía a nadie, agudizó el oído, podía escuchar los pasos, pero no veía a nadie.

Es diferente, Lucifer juega con tu mente─recordó las palabras de Kyle.

¿Y sí no era real?.

Caminó en la misma dirección, seguía distinguiendo los pasos, pero lo ignoró.

Está jugando conmigo─se dijo─, no te alarmes, no es real.

Los pasos se detuvieron.

  ─¡Alissa, ayudame!─la voz de Leyla llegó hasta ella─, ¡NO, DEJAME!─su piel se erizó─, ¡POR FAVOR, AYUDAME!.

Sus piernas reaccionaron antes que su cabeza, corrió lo más rápido que pudo hacia dónde creía que sonaba la voz de su mejor amiga.

Se detuvo y respiró profundo.

Él conoce tus miedos y los usa en tu contra─pasó por su mente─, no es real.

  ─AYUDAME─se tapó los oídos para no seguir atormentándose y cayó de rodillas al suelo.

No supo cuánto tiempo estuvo en esa posición, pero no se levantó hasta que los gritos cesaron.

  ─Bueno, ¿pero qué tenemos aquí?─Alissa miró hacia la copa de un árbol donde se encontraba un hombre sentado─, otra Maintless, pero que sorpresa.

El hombre bajó de un salto quedando frente a Alissa, fue hasta ese momento que ella pudo detallarlo mejor.

Estaba vestido con un traje gris de tres piezas que le quedaba a la perfección, como si lo hubiesen cosido sobre él, era bastante atractivo, pero había algo en su sonrisa que te hacía sentir incómodo, como si estuviera burlándose de ti.

  ─Tú eres... eres...

  ─Oh, claro─se acercó un poco─, Lucifer─le tendió la mano─, aunque apuesto que ya lo sabías─ella asintió─, era una pregunta retórica, querida, pero no importa.

  ─Yo quería... es que usted... porque yo─él la interrumpió.

  ─No te preocupes, suelo causar ese efecto en las personas─comenzó a caminar en círculo alrededor de ella, como un depredador acechando a su presa─, me impresiona que hayas podido pasar la prueba, Sayle no pudo hacerlo─Alissa sintió un escalofrío al reconocer el nombre de su abuela.

  ─Necesito de... de tu ayuda.

  ─Oh, querida─sonrió─, sé que lo necesitas, pero, ¿qué voy a obtener a cambio?.

  ─¿Qué?.

  ─¿Qué tienes que ofrecerme?, mi ayuda no es gratuita.

  ─¿Te refieres a algo como... como mi alma?.

Lucifer soltó una carcajada que hizo que a Alissa se le helará la sangre.

  ─¿Para que quiero tu alma?, yo me refiero a algo más.

  ─¿Cómo qué?.

  ─Digamos que a pesar de ser quien soy, no tengo... tanto poder, no como el viejo Gabriel─su sonrisa se borró─, Padre no pensó que necesitara de eso, pero es obvio que se equivoca, ¿cómo espera que controle el inframundo sin poder?.

  ─No entiendo.

  ─Sé que no querida─la sonrisa volvió─, por eso lo diré claro─la miró─, ¿estarías dispuesta a darme la mitad de tus poderes?.

Alissa ni siquiera lo pensó.

  ─Ni hablar.

  ─Entonces, me temo que no hay trato─y desapareció.

Miró hacia todas partes, pero se hallaba de nuevo sola en medio del bosque.

  ─LUCIFER─nada ocurrió─, LUCIFER.

Corrió y corrió hasta que sus piernas no pudieron más y calló al suelo, de pronto sus ojos comenzaron a pasarle, cada vez se le hacía más difícil mantenerlos abiertos.



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En el texto hay: brujos, angelescaidos, kayrells

Editado: 20.03.2018

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