─¿Estás seguro de que es aquí?─Connor miró a Kyle con el ceño fruncido.
─Si, estoy seguro.
Alissa miro hacía el campo vacío que se hallaba frente a ellos, sus ojos vieron el mapa de nuevo.
El miedo comenzó a invadirla.
¿Y si se había equivocado? ¿Y si el mapa no era real?.
Suspiró y cerró los ojos.
Sintió como su corazón empezaba a latir más fuerte y una sensación extraña le recorría el cuerpo.
Abrió los ojos y sus piernas comenzaron a moverse por si solas, era como si no fuera dueña de sus movimientos.
─¿Lissa?─escuchó decir a Leyla─, ¿qué sucede?.
─¿Ali?─Kyle parecía preocupado─¡Ali!.
Ella quiso responderles, pero sus labios no se movieron.
Cerró los ojos e intentó respirar profundo, pero su cuerpo no se detuvo.
Cuando sus ojos volvieron a abrirse se encontraba parada en un bosque, miró hacia los lados volviendo a ser dueña de sí misma.
No había ni rastro de los demás.
Inhaló y exhaló un par de veces.
Bien, sólo debo encontrar la forma de salir de aquí─pensó.
Caminó insegura hacia donde creía que era el norte esquivando ramas o mirando el suelo de vez en cuando para no caer.
No había ningún sonido más que el de las hojas secas siendo pisadas por ella y eso le daba una sensación extraña.
De pronto sus sentidos se pusieron alerta, se tiró al suelo justo antes de que una bola de fuego verde la impactara, se levantó y comenzó a correr al oír pasos detrás de ella.
Miró hacia atrás, pero no veía a nadie, agudizó el oído, podía escuchar los pasos, pero no veía a nadie.
Es diferente, Lucifer juega con tu mente─recordó las palabras de Kyle.
¿Y sí no era real?.
Caminó en la misma dirección, seguía distinguiendo los pasos, pero lo ignoró.
Está jugando conmigo─se dijo─, no te alarmes, no es real.
Los pasos se detuvieron.
─¡Alissa, ayudame!─la voz de Leyla llegó hasta ella─, ¡NO, DEJAME!─su piel se erizó─, ¡POR FAVOR, AYUDAME!.
Sus piernas reaccionaron antes que su cabeza, corrió lo más rápido que pudo hacia dónde creía que sonaba la voz de su mejor amiga.
Se detuvo y respiró profundo.
Él conoce tus miedos y los usa en tu contra─pasó por su mente─, no es real.
─AYUDAME─se tapó los oídos para no seguir atormentándose y cayó de rodillas al suelo.
No supo cuánto tiempo estuvo en esa posición, pero no se levantó hasta que los gritos cesaron.
─Bueno, ¿pero qué tenemos aquí?─Alissa miró hacia la copa de un árbol donde se encontraba un hombre sentado─, otra Maintless, pero que sorpresa.
El hombre bajó de un salto quedando frente a Alissa, fue hasta ese momento que ella pudo detallarlo mejor.
Estaba vestido con un traje gris de tres piezas que le quedaba a la perfección, como si lo hubiesen cosido sobre él, era bastante atractivo, pero había algo en su sonrisa que te hacía sentir incómodo, como si estuviera burlándose de ti.
─Tú eres... eres...
─Oh, claro─se acercó un poco─, Lucifer─le tendió la mano─, aunque apuesto que ya lo sabías─ella asintió─, era una pregunta retórica, querida, pero no importa.
─Yo quería... es que usted... porque yo─él la interrumpió.
─No te preocupes, suelo causar ese efecto en las personas─comenzó a caminar en círculo alrededor de ella, como un depredador acechando a su presa─, me impresiona que hayas podido pasar la prueba, Sayle no pudo hacerlo─Alissa sintió un escalofrío al reconocer el nombre de su abuela.
─Necesito de... de tu ayuda.
─Oh, querida─sonrió─, sé que lo necesitas, pero, ¿qué voy a obtener a cambio?.
─¿Qué?.
─¿Qué tienes que ofrecerme?, mi ayuda no es gratuita.
─¿Te refieres a algo como... como mi alma?.
Lucifer soltó una carcajada que hizo que a Alissa se le helará la sangre.
─¿Para que quiero tu alma?, yo me refiero a algo más.
─¿Cómo qué?.
─Digamos que a pesar de ser quien soy, no tengo... tanto poder, no como el viejo Gabriel─su sonrisa se borró─, Padre no pensó que necesitara de eso, pero es obvio que se equivoca, ¿cómo espera que controle el inframundo sin poder?.
─No entiendo.
─Sé que no querida─la sonrisa volvió─, por eso lo diré claro─la miró─, ¿estarías dispuesta a darme la mitad de tus poderes?.
Alissa ni siquiera lo pensó.
─Ni hablar.
─Entonces, me temo que no hay trato─y desapareció.
Miró hacia todas partes, pero se hallaba de nuevo sola en medio del bosque.
─LUCIFER─nada ocurrió─, LUCIFER.
Corrió y corrió hasta que sus piernas no pudieron más y calló al suelo, de pronto sus ojos comenzaron a pasarle, cada vez se le hacía más difícil mantenerlos abiertos.