El chirrido de la sirena se escuchaba en todos lados, la gente corría en varias direcciones, y el aire olía a hollín y carne chamuscada.
Me incorporé con el zumbido de la explosión todavía en mis oídos, vi una pierna y una parte de un cráneo, la puerta detrás mío estaba rota, vi a Lemmos correr a mi encuentro y gritarme, me gritaba algo que no escuchaba. Detrás de él veía a dos hombres de los trajes azules entrar a un tercero que le faltaba una pierna
-¡REACCIONA, RANSER, REACCIONA!- me gritó Richard.
Lo miré, mis ojos se estaban acomodando cuando un poco mas lejos se escuchó la segunda explosión, ahí me levanté del ensoñamiento.
La sirena seguía sonando a toda máquina mientras que por los altavoces decían: Estense dentro del recinto, estense dentro del recinto.
Sabia que vendrían por nosotros, decía un hombre sentado en el suelo agarrándose la cabeza y balanceándose de atrás a delante, es el día del juicio, pagaremos todos los que estamos en este pecaminoso camino.
¿Acaso estoy soñando? pensaba, esto no era posible.
Mientras trataba de recordar que había desayunado, Lemmos me dio un golpe en la cara con la palma de su mano.
-CON UN DEMONIO, ¿QUÉ CARAJOS TE PASA?- gritó.
Súbitamente lo recordé.
-Ve por ahí...- le dije y le señalé la escalera principal.
-¿Estás loco?-
-QUE VAYAS POR AHÍ, LEMMOS.- le grité, me obedeció y ambos fuimos, no subimos, pues recordaba un pasadizo detrás de la escalera.
Abrí la pequeña puerta, los gritos no cesaban y el altavoz no aportaba calma como intentaba.
-entra- dije y ambos entramos, luego cerramos la puerta.
Podía escuchar el latido de mi amigo y el mio y el de toda la sala, el pánico era inmenso, la adrenalina también
-¿Y qué haremos?- me dijo Richard
Lo miré, no lo sabia.
-Esperar a que cese el ruido, no aparqué muy lejos. Cuando no haya ruido tu y yo nos iremos-
-Viejo....esto está tan mal- comenzó diciendo entre sollozos -...vi a Eddie estallar en pedazos- decía mientras se agarraba la cabeza.
Al cabo de un rato, no se escuchó ningún sonido, ni gritos, ni bombas, ni sollozos, nada.
Salí yo primero y no vi mas que escombros, luces tintineantes y fuego. Le hice una seña a Lemmos y ambos salimos del escondite en cuclillas, sin hacer ruido por si había alguien en la zona.
Estamos cruzando el playón a medida que el sol artificial tenuemente salia.
La filas de cadáveres eran inmensas, infinitas. Casi podía ver mi auto en la lejanía, intacto, como si fuera del recinto hubiese una realidad alterna. Escuché unos pasos, eran muchos pasos, correr hacia nosotros, nos gritaron algo que no comprendimos y sentimos el disparo, pero no impactó en mi o en Richard, por el contrario, un hombre de traje azul recibió el disparo en la pierna y el otro que iba con él le disparó a los otros dos que habían disparado en primer lugar.
-A LA CAMIONETA AHORA- grité a los tres y con gran esfuerzo llevamos al herido a mi auto. Entramos y mientras se intentaban acomodar, puse primera y aceleré, miré por el retrovisor a X, sintiéndome extrañado, con miedo.
Conduje la media hora que nos separaba de la ciudad con una velocidad increíble.
El hombre de atrás se desangraba, pero le habíamos hecho un torniquete. Vi el hospital y doblé hecho una furia, muchas ambulancias iban y venían, toda la calle era un desquicie de personas, justo como en el momento de las explosiones en X.
Ayudamos a salir al herido y los cuatro entramos en urgencias. Solo el hombre de la pierna entró, nosotros tres nos quedamos en la puerta.
-¿Nombre?- me preguntó una enfermera.
-Freed Ranser.- respondí
-¿Ocupación?-
Mis compañeros me miraron con los ojos con miedo, si decíamos lo que hacíamos íbamos a terminar muertos en la puerta, pero a juzgar con lo que había pasado...
-al diablo... Físico Cuántico, trabajo en X mi matrícula es GP3Y37-
Descubrimos que el herido se llamaba George y que, luego de una hora y muy al pesar de la medica, no le quedaba mucho de vida, porque había perdido mucha sangre.
No comprendíamos que pasaba, ni Richard, ni la gente, ni yo, nadie.
Pero en mi cabeza razonaba algo que intentaba reprimir.
Entramos a ver a George cuando nos vendaron. El hombre temblaba.
Me miró y dijo -Mira la televisión-
Eso hicimos, y mientras el herido subía el volumen, comenzaron a aparecer las primeras respuestas.
Estamos en guerra como hace mucho tiempo no lo estamos, se confirma la sospecha luego que la base militar X haya sido destruida dejando un saldo de 13.000 muertos esta mañana.
Se recomienda no salir del hogar, no abrir las puertas a extraños y queda estricto toque de queda según lo ha dictado el gobierno de GingerRut.
Esto no es un juego, repito, esto no es un juego.
Seguía hablando de algo pero George había bajado el volumen.
-¿Saben lo que significa?
Todos ya sabíamos, pero el rectificó nuestras dudas.
-Alguien ganó la carrera del tiempo, evidentemente no fuimos nosotros, pero casi lo hicimos.
Mi nombre es George Tomlinson, soy parte del proyecto Z2K, mi área de especialización es la informática. Les cuento esto porque se que no me queda mucho de vida y porque allí están las claves del viaje en el tiempo.
No hay máquinas, eso es una mentira que nos impuso la televisión, los libros... son ideas absurdas, solo hay coordenadas que se usan en condiciones especiales.... búsquenla, destruyanla. Los viajeros se quedarán atrapados aquí....-
-Pero eso creará...- comenzó Lemmos.
-Una paradoja- dije yo.