Rurouni Kenshin
El Tigre y El Dragón
Wingzemon X
Capitulo 13
Tuviste Razón
Shanghái, China
21 de Octubre de 1877 (4574 del Calendario Chino)
Esa mañana, o mínimo la noche anterior, los siete líderes del Feng Long recibieron un telegrama, que les extendía una cordial invitación a asistir a una pequeña reunión en casa de Hong-lian. ¿Los motivos?, comer y conversar sobre diversos asuntos; después de todo, siempre era bueno estar enterado de las novedades, aunque sólo había pasado una semana exactamente de su última reunión. Sin embargo, aunque el telegrama mencionaba "diversos asuntos", todos sabían de antemano cuál sería el principal, y el que saltaría de inmediato en la mesa, y que de seguro era el motivo real de esa repentina y misteriosa reunión: la cancelación de sus recién empezadas negociaciones con aquel grupo cristiano de Japón. Para ese entonces el rumor de lo sucedido en el Golden Swan, no sólo había llegado a oídos de los demás líderes, sino que prácticamente ya se había esparcido de arriba hacia abajo por toda la organización.
Era la noticia más insólita y extraña que habían oído en mucho tiempo. ¿Enishi?, ¿invitando a una chica a cenar para luego dispararle? La historia se fue distorsionando conforme se pasaba de una persona a otra, cambiando el lugar, la fecha, e incluso algunos comenzaron a esparcir el rumor de que había matado a la chica, cuando la versión oficial era que la bala ni siquiera la tocó. Todos parecían estar más de acuerdo con respecto a la identidad de la joven involucrada, aunque la mayoría la nombraban como "la chica con la que estaba bailando en la fiesta del maestro Hong-lian" al no conocer mayor detalle. Posteriormente se empezó a decir que los cristianos habían cancelado el trato que habían estado negociando con el Feng Long, y los motivos eran más que obvios para todos.
Los líderes querían una explicación de los labios de Enishi, así que ese día prácticamente la reunión sería para ponerlo en tela de juicio. No es que a la mayoría le molestara la cancelación del trato, sino que les perturbaba las acciones de Enishi, y les producía gran curiosidad saber cuáles fueron sus motivos para hacerlo.
Una hora antes del mediodía, Hei-shin, Ang y Zhuo ya habían arribado a la casa de Hong-lian; aún esperaban a que Ming-hu y Chang-zen aparecieran, y claro está, el invitado estrella en persona. En lo que esperaban, los cuatro líderes estaban sentados afuera, en el patio de la casa, tomando cada uno algo diferente: Hei-shin sólo una taza de té, Zhuo algo de vino tinto, Hong-lian whisky escocés, y Ang se quedó simplemente con un vaso de agua. Zhuo fumaba uno de sus cigarrillos occidentales, y Hong-lian lo acompañaba con un buen habano. Los cuatro estaban sentados alrededor de una mesa redonda y blanca del patio. El sol estaba brillante y el cielo despejado. Varios de los árboles del jardín ya habían perdido sus hojas por el golpe del otoño, pero no por eso el paisaje perdía su hermosura. Claro que, ninguno de ellos lo admiraba del todo.
- ¿Y cancelaron el trato así cómo así?, ¿sin más? – Cuestionó Zhuo con interés. No pudieron esperar a que los demás llegaran antes de empezar a hablar del tema; simplemente tenían que preguntar, aunque nadie en la mesa sabía mucho, ni siquiera Hei-shin.
- Enishi le disparó a su hermana en un lugar lleno de gente. – Contestó Ang, casi afirmando inconscientemente que de no haber sido en un lugar lleno de gente, hubiera sido menor la reacción. – ¿Realmente qué esperaban que hiciera?
- Oh vamos, la bala ni siquiera la tocó. – Comentó con tranquilidad Hong-lian, encogiéndose de hombros.
- No se trata de eso, Hong-lian. Me preocupa qué clase de imagen nos dejará este incidente. Vengan y cómprenle armas al Feng Long, pero no traigan a sus hermanas bonitas o nuestro jefe las apuntara con su arma.
Zhuo rió con algo de fuerza de golpe. El comentario de Ang no era nada parecido a un chiste, pero pareció no importarle; igual le había producido gracia, pues al parecer era el único en la mesa que había captado el posible doble sentido de "apuntar con tu arma" a una linda chica.
- He oído que algunos son algo agresivos con sus cortejos, pero eso fue excesivo. – Comentó divertido una vez que dejó de reír. Extendió su mano al frente y apagó lo que quedaba de su cigarrillo en el cenicero de la mesa. – ¿Qué llevó a Enishi a hacer algo como eso? Él nunca había hecho algo así.
Los ojos de todos se posaron en Hei-shin, como si esperaran que él diera algún tipo de respuesta. Lo primero que cruzó por la cabeza del mafioso al verse en esa situación fue: "¿acaso soy su niñera?", y ese sentimiento ciertamente no era nada nuevo para él.