No tuve más opción que dejarlo dormir, aun sabiendo que al otro día iba a estar como loco diciendo que durmió en mi habitación, mientras yo lo miraría sin decir nada. En serio, me parece exagerado.
A la mañana siguiente, Saurs aun dormía plácidamente cuando me desperté. Su rostro estaba relajado y parecía tan tranquilo. Hay una calidez que emana muy particular. Su barba parece haber crecido un poco y unos mechones negros juegan en el la punta de su nariz. Es hermoso y un buen hombre, desearía poder enamorarme de él.
Estire mi mano y deje que mis dedos se deslizaran por su mejilla. Tibio, muy tibio. Parece un niño cuando duerme.
Poco a poco empieza a abrir los ojos. Su cara de asombro cuando me vio fue realmente graciosa. Pero fue más el salto que dio para salir de la cama.
— ¿Eileen?— mira a su alrededor y sé que se ha dado cuenta recién de que esta en mi cuarto — ¿Qué sucedió?
—Anoche mientras dormía apareciste y te quedaste dormido aquí, no pude despertarte, estabas en un sueño muy profundo— paso su mano por su cabello.
Esa es una clara señal de que está nervioso, conozco esa parte de él. El parecía molesto, por mi parte me daba risa ¿Cómo es que termino aquí?
—Habías bebido ¿no es así?
—Lo siento, no quería entrometerme en tu cuarto. Yo...
—No hay problema Saurs
—Fui a beber algo con Gebra y luego...— parece incomodo —recuerdo que estaba yendo al cuarto...
—Estabas yendo al cuarto de ella— desvió la mirada y sí, me sentí incomoda.
—Yo... lo siento.
No supe que decir, la verdad es que no me gustaba saber que se estaba yendo con ella sabiendo para qué. Pero no tenía derecho a recriminarle nada, no. Porque después de todo lo que había pasado con Diamen y sin que pase nada entre nosotros, ese no era mi derecho
—Yo... me sentía mal... fui a la cocina y tome las botellas de alcohol.
—Saurs, no tienes que darme explicaciones.
—Es que quiero dártelas, por favor...— no sé si quiero escucharlo —Fui a la torre de alquimia y comencé a beber. Lo último que recuerdo es No tuve más opción que dejarlo dormir, aun sabiendo que al otro día iba a estar como loco diciendo que durmió en mi habitación, mientras yo lo miraría sin decir nada. En serio, me parece exagerado.
A la mañana siguiente, Saurs aun dormía plácidamente cuando me desperté. Su rostro estaba relajado y parecía tan tranquilo. Hay una calidez que emana muy particular. Su barba parece haber crecido un poco y unos mechones negros juegan en el la punta de su nariz. Es hermoso y un buen hombre, desearía poder enamorarme de él.
Estire mi mano y deje que mis dedos se deslizaran por su mejilla. Tibio, muy tibio. Parece un niño cuando duerme.
Poco a poco empieza a abrir los ojos. Su cara de asombro cuando me vio fue realmente graciosa. Pero fue más el salto que dio para salir de la cama.
— ¿Eileen?— mira a su alrededor y sé que se ha dado cuenta recién de que esta en mi cuarto — ¿Qué sucedió?
—Anoche mientras dormía apareciste y te quedaste dormido aquí, no pude despertarte, estabas en un sueño muy profundo— paso su mano por su cabello.
Esa es una clara señal de que está nervioso, conozco esa parte de él. El parecía molesto, por mi parte me daba risa ¿Cómo es que termino aquí?
—Habías bebido ¿no es así?
—Lo siento, no quería entrometerme en tu cuarto. Yo...
—No hay problema Saurs
—Fui a beber algo con Gebra y luego...— parece incomodo —recuerdo que estaba yendo al cuarto...
—Estabas yendo al cuarto de ella— desvió la mirada y sí, me sentí incomoda.
—Yo... lo siento.
No supe que decir, la verdad es que no me gustaba saber que se estaba yendo con ella sabiendo para qué. Pero no tenía derecho a recriminarle nada, no. Porque después de todo lo que había pasado con Diamen y sin que pase nada entre nosotros, ese no era mi derecho
Saurs estaba inquieto caminando por la habitación y no me miraba, no sé porque. En un momento se quedó apoyado en el respaldo del sofá mientras se frotaba la cara con las manos. Ahí levanto la mirada hacia mí.
—Yo recuerdo que me sentía mal y fui a la cocina por algo de beber. Me lo lleve a la sala de alquimia, pero no pensé que era tan fuerte, tal vez puede ser el hecho de que hace mucho que no bebo...
—Saurs, de verdad no hace falta...— no tiene por qué darme explicaciones.
—Pero quiero hacerlo— definitivamente no sé si quiero escucharlo.
—Está bien, puedes decirme porque te sentías mal— desvió la mirada y reo que esa parte no la quería decir —por favor, Saurs, ¿Por qué eres tan cerrado conmigo?
—Tengo mucha presión por parte de dónde venimos, no me dejan contarte todo lo que se— sabía que había una pregunta que me olvide de hacerle ¡Dios!
—Entiendo...