¿Cómo te enteras cuándo alguien es un mal mentiroso?, Solo por su mala interpretación o por su acciones. La verdad ni siquiera lo sé, pero no me gustan o me gustaban las mentiras y tenía que ver quién me estaba ocultando algo.
Narrado por Carlos (tiempo pasado)
No entendía lo que había pasado, cuando pregunté qué si le habían dicho sobre mí no pensé que así era, no tengo idea de lo que pasó pero de verdad me sentía mal es horrible cuando eres feliz con alguien y tan solo un comentario puede arruinar las cosas.
No sé que pasa a mi alrededor camino con mis audífonos escuchando Zero de Imagine Dragons, buscando respuestas o tal vez buscando a alguien, camine unas cuantas cuadras hasta llegar al parque enfrente de la casa de Lucia, esperando a que llegara para hablar sin ella siento que le falta algo a mi día, no sé si su sonrisa o sus ojos tan llenos de alegría. Espere 4 horas sentado frente a su casa y no llegaba, cuando me iba a ir noté que un carro se estacionó en la entrada, ahí estaba ella pero no estaba sola, iba con un estudiante de la universidad sinceramente me sentí furioso y no entiendo el porqué, ni siquiera estaba haciendo nada malo, pero el que ella bajará de su auto me hizo sentir una punzada en el pecho.
Me fuí corriendo de ahí, con el corazón partido y quién dice que un hombre no puede llorar por una mujer, ¿has llorado alguna vez en un bar escuchando Labios Compartidos? ¿No?, Pues yo sí y con tanto alcohol en mí, no podía moverme absolutamente nada... Sabes tal vez me veía tonto, pero no aguantaba ese dolor en mi pecho.
Pues literal desperté en mi casa sin recordar cómo, fui a tomar un vaso de agua porque no aguantaba mi cabeza y como ya sabiendo lo que iba a pasar tomé un respiro.
-Mira quién se despertó
- Hola, mamá
- Me sorprende que te despertarás temprano, el hablarles a tus amigos a las 3:00 a.m no pensé que podría levantar a las 6:00 para ir a la escuela.
- Pues ya ves que sí.
- Ni siquiera te gusta el alcohol, ¿Porqué tomaste tanto?
- Es algo de lo que prefiero no hablar.
- Mmm, nada merece la pena para destruirte así, Carlos.
-Lo sé, me iré a preparar.
- Sí, está bien.
El sentir el agua fría caer por tu cuerpo te hace contraerte, pero aún así las cosas o personas no. Es raro como seguimos dejando que las personas nos hagan daño, como si cometieramos el error mil veces.
Entre a la universidad, la buscaba por todas partes y no había ningún rastro de ella, pero si ví al chico de ayer, aquel que la llevó a su casa, así que fui a preguntar por ella.
- Hola, soy Carlos.
- Hola soy Kevin y ya te conocía- Sonríe como si me hubiese ganado algo mío.
-Kevin busco a Lucia, ¿Sabes dónde está?.
-Si, pero creeme no te quiere ver y te voy a decir algo, ¡No te vuelvas a acercar a ella!
- ¿O quién me lo va a impedir?
-¿Acaso quieres qué te lo demuestre?- cierra sus puños.
- No estaría mal.
En ese momento ví pasar a Lucia, de verdad ni siquiera me importo el problema que están teniendo que este tip, me importaba ella quería saber que estaba pasando.
Corrí hasta que la alcance.
- ¡Lucia! - grité.
- oh, demonios, ¿Qué quieres?
-No te pido otra cosa, solo hablar.
- ¿Hablar, hablar de qué?
- Exacto, ni siquiera sé de vamos hablar, porque ni siquiera entiendo el porque te fuiste y ni siquiera me quisiste hablar ni nada.
- ¿Si no sabes porqué estoy enojada, por qué preguntaste si me habían dicho algo de tí?
- porque fue lo primero que se me ocurrió.
- Sí, claro.
- Sabes, no te voy a obligar a que me creas ni me escuches solo quería contarte mi verdad, pero ni siquiera me quieres escuchando un poco y no es tu obligación.
- Gracias igual no me importa tu opinión.
Se supone que un hombre debe llorar, pero que hago entonces si ella no me quiere escuchar, si estoy clavado, si estoy herido. Así que lo mejor que se me ocurrió fue sentarme en el suelo, poner Clavado en un bar de mana, esperaba que todo esto pasara rápido, de verdad lo más rápido posible, me acosté en mi cama con el corazón roto hasta que me dormí.
Son las 6:00 a.m, hoy llegará a la universidad una nueva estudiante, nuestra universidad es de prestigio por lo tanto hacen intercambios muy seguido, así que bueno, como de los mejores estudiantes del instituto y el más guapo por supuesto le enseñaré el instituto. Sé es que tengo el corazón destrozado pero no me puedo tirar a llorar todo el día, aparte no estoy de humor para llorar por una persona. Bueno, empecemos el día bien, sin sentirte mal contigo mismo, apresar que en los ojos de otras personas seas perfecto.
-Hola, ¿Eres Carlos?
- Sí, debes de ser Sol.
- Sí, mucho gusto vengo de NY.
- Oh, genial
Sin duda alguna parecía una estudiante radiante, con una sonrisa contagiosa, con una mirada clara, era muy linda pero no te puedes olvidar de alguien tan fácilmente.
- Entonces, ¿Empezamos el recorrido?- me tomó del brazo, como lo haría una pareja en pleno baile.
- Claro- la verdad me sentía un poco incómodo, pero no quería hacerla sentir mal y creo que al final no es nada malo.
- Bueno, te enseñaré las aulas de nuestras clases, los baños y la cafetería.
- ¿Y te puedo invitar a tomar algo?
- Mmm... Supongo que sí.
La verdad en el recorrido me la pasé bien, es una joven muy divertida y extrovertida, te contagia su alegría y a pesar de que es perfecta no lo es tanto como Lucía
- Bueno, está es la cafetería.
- Muy limpia y agradable.
- Sí, de algo sirve que nos cobre unm dineral por mes.
- Jajaja, tienes razón.
- Oh, no.
- ¿Qué pasa?

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Editado: 05.05.2022