El ultimo shinigami

XI

Había conseguido convencer a mis padres para que Reika se quedara en casa a cenar y dormir, y no fue difícil porque a mis padres no les importo el tema seguían ocupados sin importar lo que hiciera. Subí a la habitación para avisarla y viniera, bajamos las escaleras y nos sentamos para empezar la cena.

-¿a tus padres no les importa que te quedes a cenar con nosotros?- pregunto mi madre cuando Reika se sentó

-No, saben que me gusta comer fuera-

Mis padres pusieron la comida en el centro de la mesa y comenzamos a servirnos.

Al acabar la cena me ofrecí acompañar a Reika a su casa. La calle estaba desierta y era lo mismo en el centro, no parecía que alguien estuviese vivo.

-Gracias por acompañarme-

-No pasa nada Reika, tú me has ayudado-

-¿te topaste con alguna raida fuera?-

-No, para ser sincero me esperaba muchos combates por la ciudad como en plan apocalipsis o con policías y cosas así-

-Shen…-

-¿si, Reika?-

-La gente no es tan simple como tú crees, la gente que fue elegida como Raida seguro que se habrá escondido y tendrán su manera de luchar para no ser descubiertos y fastidiar el juego o ser eliminados en pocos días-

-Vaya…no lo había pensado…pero ¿si te vuelves más fuerte con tu akuma o acumulando varios, porque nadie se enfrenta contra mí? No es que quiera-

Reika se quedó en blanco mientras seguíamos caminando

-Eso no puedo responder-

Era la primera vez que veía, no, la segunda vez que veía a Reika asustada y eso que tiene una actitud de luchadora…más que yo.

Seguíamos caminando por el centro de la ciudad, ya estaba anocheciendo desde que salimos de mi casa y Reika se pasó todo el resto del camino callada y yo intentaba buscar una razón para seguir hablando, pero no la encontraba así que me pase todo el camino callado.

Al final, después de mucho caminar llegamos a nuestro destino, un edificio de viviendas de alquiler que tenía las paredes como destrozadas y las ventanas de los vecinos no se habían limpiado un tiempo, que a juzgar por lo que caminamos estaba en el otro extremo de la ciudad, la pinta del edificio no mostraba que fuese agradable, pero al menos no era un sitio caro.

-Bueno…aquí me quedo yo- dijo Reika mirando el edificio y luego a mi

-Vale, nos vemos en el colegio-

Sin decir adiós, ni nada, me fui de allí dejándola para que subiera las escaleras de aquel solitario edificio. Antes de que hubiera abandonado la calle oí unos pasos de una persona corriente y me gire, era Reika que se me acercaba.

-Shen… ¿quieres quedarte en mi casa?-

-¿Queee yo? me pilló de sorpresa la noticia-

-Se hace tarde y a esta hora pueden venir enemigos, por tu bien insisto que te quedes por esta noche-

Me parece que Reika no sabía que el juego dejaba de estar activo en el momento en que el sol dejaba de ser visible, pero parecía que a pesar ser una chica dura ella quería que me quedara. Además que tenía razón y se estaba haciendo tarde, así que aproveche la oportunidad.

-Vale, pero deja que llame a mis padres por si me dejan-

Reika agacho la espalda y luego dio las gracias.

Era la primera vez que entraba en la habitación o piso de una persona ajena, de una chica nada menos y se me ponían los pelos de punta de manera hipotética.

Tenía un televisor en el centro de una de las paredes, sostenida por una cajonera enorme de casi mí misma altura, el piso no era ni la mitad que mi casa, pero al menos puede vivir una persona en él, la cocina no era que digamos cómoda, pero tampoco era estrecha.

-¿no está mal el piso? ¿a qué no?- apareció bokune como si hubiera estado siempre, pero estaba desvanecido para no verse-no me importaría vivir aquí si pudiera-

-Pero, tu no trabajas- dije de forma sarcástica

-En un futuro-

Cuando Raika termino de cambiarse en privado los dos nos sentamos al lado de una mesa que había en la sala y empezamos a ver la tele, estaban las noticias locales y solo decían terremotos, atracos y nada más. Ojalá hablaran de algo acerca de los shinigami así sabríamos quien va ganando o perdiendo.

Reika no decía nada, solo tomaba té como si fuera una abuelita. A la media hora ambos sacamos los futones para dormir y nos metimos dentro del suyo.

-Buenas noches, shen-

-Buenas noches, Reika-



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En el texto hay: adolescentes, japon, combate

Editado: 24.07.2019

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