Estando en un risco muy alto, vi muchas bolas luminosas que pasaban cerca de mi y subían al cielo. Yo me acerque a una de ellas, y la toque. Y me di de cuenta que era una persona. Y luego toque otra, y era otra persona. Todos subían al cielo de un solo golpe.
Al ver esto caí de rodillas al suelo, porque no podía subir.
De repente, alguien puso su mano en mi hombro derecho. Y miré que era Jesús, pero solo pude verlo de medio cuerpo. Estaba vestido con los atuendos cuando vino por primera vez.
En ese momento en que Jesús tocó mi hombro, sentí la fuerza suficiente para comenzar a subir...