Capítulo 5 ~ Amistad verdadera.

24 de agosto.

Andrea me observa con unos ojos tiernos y mientras me aprieta de mi brazo. —Ándale... vamos al café. Charlamos un rato, bebemos café... comemos pan ¡qué rico! Y pasamos tiempo en amigos. La sanguijuela de Ángel sabes que se nos pega como chicle—se ríe mientras le señala con los ojos. Sabe que vendrá con nosotros.

Ángel le pega ligeramente en su hombro. —Oye, aquí estoy...—se defiende.

Ella voltea. —Lo sé, cariño. Sé que estás aquí...—sonríe inocentemente para después voltear de nuevo hacia mí. —¿Entonces?—insiste.

Yo comienzo a reír. Pues me planteo la salida al café y le dije que yo creía que sí podría ir, eso fue durante las clases. Estaba pensando en Ares y posibles escenarios donde no sepa algo sobre mí y se delaté, pero nah... sabe hablar y sobresalir de cualquier problema. Creo que por eso estaba tan distraída que dije que no sabría si iríamos.

—Yo nunca dije que no. Dije que creía que sí... así que sí, vamos. Si quiero—contestó.

Mi mejor amiga me toma de la mano junto a Angel y nos lleva tras de ella. —Vámonos caminando a nuestro café favorito—exclama mientras tomamos camino.

Yo no tengo ni la menor idea de ese café, tal vez alguna imagen vivida en mi mente que está divagando, momentos o algo fugaz... pero me cuesta ver o recordar.

—La primera vez que salimos temprano y vinimos a esta cafetería... fue lo mejor... esos momentos pequeños y simples de la vida, que se convierten en oro puro en nuestras memorias—dice Angel mientras caminamos y él cierra correctamente su mochila.

Yo suspiro mientras le escucho. Quiero sentir eso, al igual que él. Solo que yo no estaba espiritualmente cuando eso pasó. Aún así, intento escarbar en lo más profundo de mi mente en busca de momentos que me den energía y fuerza, o que sean hermosos... para así tener esos vividos recuerdos. Lo más reciente que tengo son de días anteriores, pero es equiparable a pequeñas historias que se guardan en mi mente, y creo que es como volver a nacer... así que se podría decir que no tengo ni el 1% de mi memoria llena.

Andrea nos envuelve con sus brazos mientras caminamos. Yo igual extiendo mi brazo derecho para abrazarle y sonreír. —Vaya, Angel... hasta que dices algo que vale la pena escuchar—bromea. Ángel rueda sus ojos. —Es mentira, sabes que te quiero—revuelve su cabello.

—En parte no se porque iremos a tomar café, si la temperatura cálida y el verano llegando a su fin me está haciendo que me bañe en sudor—bromeó.

Andrea ríe. —Por eso existe el café frío, mamacita...—contesta entre risas. —De hecho creí que pediríamos eso... pues no creo que nadie en pleno verano, bueno... casi finales de verano. Pida un café caliente, casi hirviendo... lo dudo—me voltea ver levantando su ceja y con seriedad.

Ángel ríe. —Como las personas que dicen que prefieren el calor, en ves del frío—comenta.

—Enserio que no comprendo esas personas. Deberíamos de sacrificarlas en nombre de la lluvia y de ese modo conseguir un clima frío y nublado todo el año—contesta ella mientras llegamos a la cafetería "Rinconcito". Un lugar moderno y minimalista, con colores predominando rosa claro y morado. La verdad es linda. Tomo mi iPhone y saco una fotografía del lugar, desde fuera. Para después tomar otra con Ángel y Andrea ya una vez que hemos tomado asiento dentro de la cafetería.

Solo una pareja de chicas, 2 chicas y un chico en otras mesas. Casi no hay gente, aunque con el paso de los minutos comienzan a llegar algunos conocidos que estudian junto a nosotros. Llegan por café o para comprar algún pan o pastel...

Ordenamos café helado Mocca y Caramelo para mí. Estoy observando al redor mientras escucho a Andrea y Ángel pedir rebanadas de pastel de frambuesa y de queso. En una de las paredes, con letras iluminadas de color morado, está la frase "Sonríe, la vida es corta. Un día en el que no reímos, es un día perdido". Vaya... es increíble que pesar de cómo está mi vida actualmente, puedo pasarla bien. Tal vez me consuela que todo esto será una pesadilla de la que debo despertar.

—Ya quiero que inicie septiembre, para después estar en la mejor época del año... octubre a diciembre—exclama Andrea de forma enérgica. De inmediato le doy la razón, pues es mi época favorita, y aún más lo es ahora... pues necesito saber el desenlace de esta historia.

Ángel ríe. —Ya se. ¿Qué haremos en octubre? ¿Iremos de fiesta en fiesta?—pregunta mientras nos observa a ambas. —Estaría bien que trajeras a tu nueva amiguita... con la que dices que crees tener una relación—agrega.

Mi mejor amiga le escucha y se sonroja. —Sí. Para ese entonces veré cómo va la relación con Diana. Espero que mis planes se hayan concluido y seamos novias... quién sabe, todo puede pasar y el mundo da muchas vueltas—responde mientras revisa sus mensajes. —De hecho voy a revisar su perfil de Instagram para resolver una duda.

Volteó con Ángel. —Bueno, creo que la perdimos por unos minutos. ¿Tú qué me cuentas? Alguna chica que te guste... o chico, no lo sé—le pregunto a mi mejor amigo.

Andrea levanta su mano. —Aquí sigo, solo quería revisar unas fotos y el chat—comenta.

Veo que Ángel se molesta un poco y me mira con obviedad. —¿Es en serio tu pregunta?—replica.

Yo me sorprendo. —¿Qué dije?... ¿por lo de los chicos? Quizás eres gay. O bisexual, da igual... eso está bien—respondo intentando zafarme de cualquier molestia de su parte.

Él rueda los ojos y niega con la cabeza. —No me refiero a eso. Ya te había dicho el nombre de la chica que me gusta, lo he mencionado muchas veces. ¿Apoco ya lo olvidaste?—

Andrea apaga la pantalla de su smarphone. —Recuerda que desde que volvió de su viaje en Canadá, nos olvidó. Las charlas y momentos desaparecieron y es una chica nueva... nos robaron a nuestra Alice, es como recibirla de fábrica—agrega de forma sarcástica.