La Confesión

Colaboración especial con Maresah Plasturgos

Titulo: La confesión

ELLA

Fui un libro con páginas ilustradas para que me entendieras mejor, te inventé cuentos de hadas y te protegía del dolor como el dragón de una torre encantada, te di cada uno de mis latidos y hasta los extras que me causan taquicardia.

Rebusqué en cada basurero piezas de alas rotas para reparar las tuyas, te hice las más fuertes y te ofrecí mi cielo para que alzaras el vuelo. Con pedazos de mis cristales quebrados te armé un portal hacia un universo paralelo, hice lo imposible por dibujar una sonrisa en tu rostro aunque mis pinceles se habían destrozado en el intento.

Pero tu hoy te paras  frente a mi con el revolver cargado, dime ¿por qué no has disparado?

Dime que ya no me quieres en tu vida, que fui tan insignificante que ni para pasar el tiempo llegué a interesarte.

Dime que tus labios han borrado mi sabor, que no queda en tu cama ni el recuerdo de mi olor cuando yo te acompañaba en tus horas más tristes.

Dime que a tus ojos no les quedan espacios donde pueda entrar yo, dime que solo quedan los abrazos rotos que nunca salieron del cajón.

Dime que para ti nunca existió un nosotros, dime que tus letras ya dejaron de escribirme y que ahora a su lado te da igual que hoy pueda morirme.

Dime que en tus desvelo nunca has pronunciado mi nombre, mientras yo te desdibujaba en el rostro de cada hombre.

Dime que no queda nada de mi ilusión barata, que has borrado mi presencia y te da igual mi ausencia.

Dispara y llévate mis recuerdos, ya no puedo vivir con ellos.

Perdí mi sonrisa mientras te buscaba en la brisa una razón para seguir viviendo. Hice lo imposible por hacerte feliz, aunque yo muriera en el intento, pero hoy te juro que no lo lamento, el problema no es tu arma en mi pecho, el problema es el hecho, me he enamorado de tus balas.

Mi vida se desvanece con el paso de los días mientras que la tuya a su lado florece, me hice cenizas.

Me conformaba con tu silencio con tal de envolverme en tu sombra, y al final, terminé perdiendo.

No te diste cuenta que ella te amaba por tu apariencia exterior, no supiste valorarme cuando yo amaba tu vacío e incomprensible corazón, por ello entré al salón de operaciones y te dí el mío, más hoy soy yo quien no tiene reparación.

Maresah Plasrurgos

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El

Existen tantas cosas que siento, entre ellas tú fuiste una, y pensar que te perdí en el intento de bajarte del cielo la Luna. Yo firmé el juramento sabiendo que no lo sabías, sabiendo que un día te iba a terminar mintiendo. Hoy me parte el corazón observar como estas sufriendo, y todo por amar a quién de ti se estaba riendo. Aunque nunca fue mi intención dañarte, es muy tarde para reparar lo hecho, dime ahora: ¿cómo lleno el vacío de tu pecho sin lastimarte?

Tú me obligas a odiarme y torturarme en mis pecados,

a vivir con los demonios que yo mismo he creado.

Me convertí en la referencia del mal,

para que justificarme si al final,

ya no hay Dios que por mi sea engañado.

Quizás pienses que de ti me he olvidado, pero como olvidar esos besos que decifraban cada código encriptado en la puerta de mi alma. Esas tiernas caricias que provocaban las delicias de mi mente viajando por accidente a  tu jardín prohibido. Como olvidar cada impulso electromagnético de tus latidos adheriendose a los míos como polos diferentes.

 Si lo deseas, tortura la psiquis de mi subconsciente y encontrarás las mismas respuestas... Puede que fragmentos corrompidos por el vino consumido en tantas fiestas.

De que sirven estas palabras mezcladas con mis lágrimas goteando sobre tu tumba, sin con ellas no voy a limpiar toda la sangre derramada en tu nombre.

De que sirve proteger lo que terminas dañando como a nadie, lo que derrites y construye a tu antojo, hasta que no rinde más, y acabas haciéndola incompleta.

De ti, ya nada me queda en este planeta,

solo tus recuerdos grises

 y todas esas cicatrices

 anotadas en la libreta.

Ofni Lobaina