Mosquera, Cundinamarca
ANTONY
"Estás en tu casa" dijo aquel hombre "cuéntame de tu familia" lo fulminé con la mirada
"¿Quiere que le cuente de mi familia? Primero dígame donde tiene a mi hermanito" solté furioso, éste hombre estaba ganando tiempo quien sabe para que.
"Igualitico a tu padre" ¿Qué? Él no conocía a mi padre, si hubiera estado aquí, ya lo hubiera golpeado. "Primero saca las garras y después pide comida" que estúpida comparación, nada de eso era mi padre.
"Ya no diga estupideces, ¿dónde está mi hermanito?" Pregunté una vez más sin tener respuesta. Y en ese momento salió una mujer que, supongo debía ser mi abuela
"¿Qué es todo éste alboroto?" Dice y yo estoy tratando de controlarme "oh, cariño" se acerca para darme un abrazo que rechazo "no seas necio con tu abuela, tantos años y nunca nos conocimos. ¿sabes porque fue, verdad?" Ya odiaba a esa mujer
"Ustedes no conocen nada, denme a mi hermano, yo se que ustedes lo tienen" la mujer asintió y entramos a un salón oscuro.
Yo intentaba memorizar el lugar aún en la oscuridad, nunca se sabía que podría ocurrir. Y de repente escucho la voz de Andrey que apenas balbuceaba
"Cállate" le dijo ella y luego encendió una luz. Tardé poco menos de un minuto en acostumbrarme a la luz, y ahí lo vi. Mi bebé estaba sentado dentro de una cuna, con una venda en sus ojos. Había algo que no dejaba que el niño pudiera salir. Pero ya estaba yo allí para salvarlo.
"Primero hay dos cosas que debes hacer" dice el hombre "tienes que llamar y quitar la demanda contra Sofia" no iba a hacerlo, cumpliría la promesa que le hice "y la segunda, tienes que decirle a tu padre que nos visite más seguido" asentí ante las condiciones aún sabiendo que no cumpliría ninguna. Tomé el arma y le apunté ala hombre
"Liberen a mi hermanito" la mujer empieza a reírse y yo me giro a ella "dije que lo liberen" ninguno se inmutó
"No serías capaz de dispararle a tu familia, ¿o si?" Dice éste hombre que ya empieza a molestarme cada vez más
"No se secuestra a un familiar tan pequeño por venganza, y miren aquí." Señalé a Andrey "así que si, si sería capaz de hacerlo" la mujer quita aquello que se encontraba sobre la cuna e intenta alzarlo
"Creíste que ésto sería más fácil, ¿no?" Dice en tono burlón. "A ver, hay una cadena que está atada a la pierna del niño, y no voy a darte la llave." Yo ya estaba respirando muy fuerte "consigue la forma de soltarlo y dejo que te lo lleves" mi paciencia se acababa así que le apunté una vez más
"¿dónde está la llave?" Me iba acercando poco a poco "dígame o le disparo" seguía con su repugnante sonrisa
"Antony" dijo ella "no hagas algo de lo que puedas arrepentirte" sin quitar el arma en dirección al abuelo, la miré
"No vas a decirme que hacer ahora, cuando ni siquiera pudiste guiar a tu hija por el mejor camino" volví a ver al hombre y le disparé.
Le di justo donde era porque cayó al suelo muerto de inmediato, su esposa gritaba de dolor, sabía yo que no era fingido. Pero yo aún no había logrado mi objetivo, así que le apunté a ella
"Ya viste que si soy capaz de disparar" ella volteó a verme y con miedo en sus ojos salió corriendo de aquel salón volviendo rápidamente
"Llévatelo, no vuelvas." Dijo llorando "por favor, piensa en lo que dijo mi esposo" suspiró derrotada "tu padre ha hecho un buen trabajo contigo, fui yo quien nunca hizo nada bueno por él. Dame el arma, limpiaré tus huellas y diré que fue un ajuste de cuentas. Haz lo correcto, pero dile a tu padre que estoy arrepentida de haberlo perdido." Me abrazó y yo le correspondi de inmediato, ya tenía al pequeño, pero sabía que no iba a ser el final de todo ésto.
Salí corriendo de allí con el niño en brazos y sólo en la esquina de la catedral le quité la venda. Lo llené de besos y caminamos más despacio. Cuando llegamos al almacén donde me habían ayudado, aquella señora se puso a llorar.
"Lo lograste" me dice ella mientras me abraza "es hermoso" admira al pequeño como si de un ángel se tratara.
"Así es, logré salvarlo. Creo que vendré a visitarte cada que pueda, eres una persona especial" abrió sus ojos con miedo "no te preocupes, todo va a estar bien" asintió no muy convencida. Luego de eso nos despedimos y yo salí rumbo a casa. Se que voy a permanecer castigado un buen tiempo por hacer esto, pero habrá valido la pena.