El universo en tus ojos.

Capítulo 6

Esa mañana en particular, Oliver era Oliver.   

Si, eso es normal para algunos, pero no para alguien que siempre que despierta en otra faceta; como su faceta zombie, por ejemplo.   

Oliver no había podido dormir nada desde las 3:42 de la mañana, que había escuchado el suave maullido de un gatito y se había despertado de golpe. Esto era raro; Oliver siempre había sido de aquellos que tienen el sueño pesado, así que él hecho de que se haya levantado de esa manera tan ligera era señal de que algo lo estaba preocupando.   

Dio varias vueltas en la cama sin saber que más podía hacer a esa hora, imaginó toda una película él solo e incluso compuso una pequeña melodía en su mente. Al final se olvidó de ella, claro, pero se aseguró que hubiera sido un gran éxito.   

Cuando dieron las 6:30 y el cielo ya estaba casi completamente claro, se puso de pie ya arto de estar acostado y bajó en pijama e incluso sin cepillarse los dientes, pero bueno; tenía planes de volver a dormir. Dio una vuelta por la cocina y revisó en la nevera a ver si no había algo para hacerle el desayuno a la tía Ida. Aunque faltaban un par de horas para que ella se levantara, así que hacerlo 2 horas antes era un desperdicio.   

Decidió ponerse los zapatos que menos le gustaban para salir al recinto a darle una vuelta a los animales.   

El cielo estaba completamente despejado, estaba fresco afuera, lo suficiente para hacerlo regresar por una franela.   

Cuando salió nuevamente, recorrió con prosa la caseta de las gallinas, aprovechando para saludar a Clotilde de por medio. Pasó por el pequeño establo para ver a alguno de los caballos dormidos e incluso se dignó a visitar a los cerdos, a pesar de que él odiaba como olían.   

Dejó lo mejor para el final, claro.   

Se acercó a paso vacilante hacia el hábitat improvisado e incrustó los dedos en la malla.   

Almendra se levantó de su puesto, estirándose un poco en el proceso y se acercó con firmeza hacia el lugar donde Oliver se encontraba, como si el castaño lo hubiera llamado.   

-¿Qué haces despierto tan temprano? – le preguntó Oliver.   

Almendra cerró los ojos con pereza, luego los volvió a abrir y repitió el proceso.   

<<Yo me despierto cuando tu te despiertas>>   

Esta vez Oliver no se sorprendió de que el felino le respondiera; de hecho, él había venido con las expectativas de que fuera posible.   

-Que mala noche de desvelo, entonces.   

Almendra ladeó la cabeza, como si le estuviera diciendo que no pasaba nada y que, de hecho, a él le gustaba despertarse en la madrugada para poder ver las estrellas en su punto más brillante.   

<<Algo está preocupándote, lo siento>>   

-Me imagina que lo sentías – suspiró el castaño. - ¿Qué piensas del matrimonio a temprana edad para evitar un matrimonio concertado?   

Almendra se mantuvo inexpresivo y Oliver rio, sabiendo que eso era demasiado para la comprensión de un tigre, aunque, para empezar, el hecho de que un tigre se comunique con él era demasiado para la compresión de un humano.   

-¿Qué piensas de Annie? – reformuló.   

<<Ojalá fuera una tigresa>>   

Oliver soltó una fuerte carcajada y almendra meneo la cola; ambos estaban riendo.   

-¿te gusta mucho?   

<<Me gusta tanto como a ti>>  

-¿Cómo sabes que tanto me gusta? – inquirió con diversión.  

<<puedo sentirlo>>   

-¿y es mucho?   

<<Es más que mucho>> le contestó Almendra, dejando caer todo su peso sobre sus patas traseras. << ¿Vas a hacerla tuya? >>  

Oliver abrió los ojos de par en par y a pesar de la situación terminó sonrojándose como una niñita, pero bueno, en pleno siglo 21 nadie le había avisado a Almendra que ese comentario a veces tenía doble significado.   

-¿te… te refieres a…?   

<<A hacerla tu mujer>>   

Más sonrojo de parte de Oliver. Tragó fuerte.   

-Tu… ya sabes… primero es el matrimonio y eso… además… Annie es como una niña… aunque si, es muy bonita… pero yo no podría… si, si podría… pero…   

Oliver dejó la frase incompleta, sintiendo sus mejillas calentarse aun más. ¿Por qué rayos estaba teniendo conversaciones de ese tipo con un tigre?   

<<No hablo de apareamiento>> soltó de golpe <<Me refería a hacerla tu pareja y alejar a otros machos>>   

La mandíbula de Oliver se desencajó, y si antes el sonrojo era de timidez, ahora estaba irremediablemente avergonzado.   

-Lo hubieras dejado claro – suspiró. – sí, en mis planes estaba ``hacerla mía´´ pero ¿ella no quiere?   

<<Annie no quiere hacerte daño>> corrigió. <<Ella no siente que estés totalmente convencido de la decisión que estás tomando>>   



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En el texto hay: comedia, clases sociales, romance

Editado: 17.10.2021

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