Universo: Desconocido
Ubicación: Gran Biblioteca Espacio Tiempo
Año: 2034
Mientras que los problemas comienzan a surgir en el universo prohibido, por otro lado, en el año dos mil treinta y cuatro; se logra apreciar que Orwald abre dos grandes puertas siendo acompañado por la Deidad Única (*), Hastur y Azathot por detrás.
Pudiendo ver todos que, la habitación es de tamaños inimaginables e infinitos, al igual que posee millones de estantes de madera con pergaminos y libros.
Todos se dan cuenta que, se encuentran en un gran puente y que enfrente de ellos; existen dos grandes estatuas de piedra que miden un poco más de diez metros de altura en medio del gran puente. Pudiendo identificar que una estatua tiene forma de minotauro y la otra; tiene forma de un dragón guerrero. Ambos bastante fornidos, ya que su armadura ha sido bastante bien elaborada y detallada, lográndose apreciar que la estatua del guerrero minotauro carga una gran espada y el guerrero draconiano carga una gran lanza. Ambas armas elaboradas de piedra completamente y ambos poseen armaduras bastante bien definidas para protegerse.
Comenzando Hastur a avanzar hacia ellos, pero Orwald lo detiene con su mano, ya que Azathot decide cerrar la puerta de dicha habitación.
—¡No, ellos son los guardianes! —grita Orwald, comenzando la Deidad Única a avanzar hacia las estatuas; seriamente.
Llamando él la atención de ambas estatuas mientras que los demás; se dan cuenta que es imposible volar por los lados, gracias al gran agujero negro que existe por debajo.
—Necesito entrar a la habitación, es una ord… —dice la Deidad, siendo interrumpido por la estatua de Dragón.
—¿Y tú quién eres para darnos ordenes? —inquiere la estatua de dragón, comenzando la Deidad Única a retroceder.
—Es imposible, ninguna criatura se atreve a cuestionar a su majestad, ellos no saben contra quién se están enfrentando —informa Hastur, comenzando a invocar varios hechizos junto con su hermano que invoca una gran hacha doble.
—¡¿Acaso no saben quién soy?! —pregunta la Deidad Única con su voz dual mientras que la estatua del Minotauro se acerca un poco hacia él.
—No, ni me interesa saber. Solamente existe un encargado que puede entrar al control principal del Universo Pintado de Aneos y no son ustedes. Si fueras una deidad bastante importante como las Sagradas Ancestras, te reconoceríamos rápidamente —responde la estatua de Minotauro, comenzando la Deidad Única a retroceder de poco en poco.
Decidiendo la Deidad Única dirigirse hacia Hastur y Azathot para poder hablar, ya que Orwald se acerca hacia ellos.
—Esas estatuas no saben respetar a sus superiores, pero… —informa la Deidad Única, quedándose callado por unos momentos, añadiendo—. Ya se acerca.
Comenzando todos a verlo confuso, ya que no saben que está sucediendo.
Abriéndose más tarde las puertas para entrar Yahvé (*) seriamente.
—¿Qué ha sucedido? —inquiere Yahvé mientras que Orwald, Hastur y Azathot; se arrodillan rápidamente a excepción de las estatuas y la Deidad Única que no se mueven de su lugar.
—No podemos entrar a cierta habitación, gracias a que estas estatuas prohíben el acceso —responde la Deidad Única mientras que Yahvé se acerca un poco hacia ellos.
—Este lugar está prohibido para todos nosotros, recuerden que el Supremo Creador Definitivo del Norte dio muy bien las instrucciones cuando hacíamos el trato. Simplemente se nos permite entrar a la Gran biblioteca espacio tiempo para cualquier suceso o problema —informa Yahvé, dirigiendo su mirada hacia la Deidad Única; completamente serio.
—Lo sé, pero Orwald acaba de mencionar que algo extraño acaba de ver en la habitación que protegen ambas estatuas —dice la Deidad Única mientras que Yahvé se acerca con el pintor.
—¿Qué observaste, Orwald? —pregunta Yahvé, dirigiendo Orwald su mirada hacia él con mucho respeto.
—Un mensaje extraño, parece que decía acerca del año dos mil ochenta, pero con varias alteraciones del tiempo, hablaba de una criatura que está tratando de venir hacia nosotros —responde Orwald mientras que Yahvé; observa seriamente a las grandes estatuas.
—Hmm —suena la voz de Yahvé, comenzando a dirigirse hacia ambas estatuas para pararse enfrente de ellas.
Dándose cuenta todos que ambas estatuas dirigen sus armas para impactarlas fuertemente contra el suelo sin soltarlas, obligando estas a que Yahvé; se detenga.
—Quisiera tener la oportunidad de poder entrar a la habitación —dice Yahvé no queriendo tener problemas.
—Gran Dios Yahvé, respetamos las intenciones que usted quiere hacer, pero eso no lo podemos permitir, ya que usted estaría violando un acuerdo que traerían grandes consecuencias a futuro —informa la estatua del minotauro, quedándose Yahvé pensativo por unos momentos, tal parece que; sabe acerca de las consecuencias que puede ocasionar.
—¿Cuáles serían las consecuencias? —inquiere en voz baja Orwald no sabiendo a qué se refieren.
—El trato de antes fue claro por parte del Creador Supremo Definitivo del Norte, Tsubaki. No meternos nunca a este edificio sagrado a cambio de poder usar la Gran biblioteca espacio tiempo, el día en que nosotros interviniéramos y violáramos ese acuerdo, la gran biblioteca cerraría sus puertas y nunca más tendríamos acceso a ella sin importar quienes sean los que la administren. Un acontecimiento que estamos haciendo en este momento, ya que estamos violando un acuerdo importante —argumenta la voz dual de la Deidad Única, añadiendo—. Las dos estatuas están dando una oportunidad para que nosotros nos larguemos de este lugar, pero el daño ya está hecho contra la gran biblioteca espacio tiempo.
Pudiendo ver todos que Yahvé, decide dirigirse a un lado de ambas estatuas para observar miles de libros y pergaminos a lo lejos, actualmente la situación es bastante critica, ya que por un lado, la Gran Biblioteca espacio Tiempo está inservible y por el otro… La violación al trato puede costar bastante caro a futuro.