Capítulo 3 - Confianza

Vacio: Si me lo cuentas,  lo sabre,  pero por el momento no lo se.

Soledad: ¿porqué deseas saber?

Vacio: para poder comprender, supongo.

Soledad: esta bien,  es bajo tú propia decisión,  luego no me juzgues de mi pasado.

Vacio: (se mantuvo atento a cada palabra que soledad mencionaba con sus labios)  

(Soledad le informo a vacio de lo que había sido de su vida, llena de maltrato, sintiendose menos, por siempre estar en una esquina sin compañía, callada como de costumbre, llena de una mala fama, juzgada por traer males para los que se juntaban con ella.)

Vacio: Hay querida Soledad parece que eres compañera de mi enorme sufrimiento, yo como tú,  fuí mal juzgado,  despreciado y olvidado,  convirtiéndome en la pesadilla de todo aquel que tiene felicidad,  soy capaz de convertir el todo en nada, llegue a un punto de sólo manipular,  me sentía un titiritero de las personas,  los hacia entrar en mi inmenso vacio y atrapados en la oscuridad,  los comenzaba a deborar,  hasta que su última esperanza se terminara de opacar,  comprendo que soy como un demonio,  pero no deseo que te conviertas en algo similar.

Soledad: (Miro a vacio,  con una mirada frágil,  mirada que decia más que mil palabras.)

Soledad: ( en silencio)

* Como un sonido suave se comienza a escuchar,  se empieza a escuchar un llanto en lo profundo,  se va haciendo más y más fuerte,  se ven rodar por los ojos de Vacio,  gotas de tristeza y felicidad.

 Vacio sujeta la mano de Soledad

Vacio: Nunca había dicho algo acerca de mi pasado,  te estaré agradecido soledad.

Soledad: Agradezco tu sinceridad,  así mismo,  yo jamás habia contado algo acerca de mi intimidad.

Vacio:(le miro)

Vacio: Que ojos más  intensos tienes soledad,  me siento que cada vez me estoy atrapando más.

Soledad: ¿Atrapando?

Vacio: Si.  
Ojos grandes e inmensos,  que bellos ojos posees soledad.

*Soledad se sonroja

Vacio: Sabes no me había dado cuenta de esos labios color escarlata.

Me atrevo a profesar : Labios rojizos,  Labios fragantes como rosas,  Labios Preciosos y valiosos como rubis,  Zafiros que me dejan inmovilizado,  labios que queman sin tener fuego entre ellos.  

Soledad: ( se desulta del agarre de manos y se voltea ocultando el rostro.)

Vacio: Es cierto,  perdona,  tú siendo tan bella,  y yo tan oscuramente cubierto con un pasado,  mis ojos vacios,  sin vida,  indignos de poder contemplar tal belleza.