El vecino de alado

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Gemma...

Había pasado un mes  que los Jones habitaban la casa de alado.

La señora Kiara se pasaba más tiempo con mi madre.

Me alegraba la idea de que mi madre tuviera una nueva amiga.

Ahora que mi padre no estaba, me alegraba que mi madre siguiera su vida y disfrutará de ella.

La señora Kiara era agradable. Al principio creía que solo era una fachada pero no era a si.

Su hijo Karim se mostraba insistente a la hora de hablar conmigo.

el chico me transmitía confianza haciéndome hablar más de lo que nunca había podido hablar con alguien más que fuera desconocido

El no le ponía importancia con tal de que pusiera atención a una de sus más interesante anécdotas de su vida en New York.

El chico era agradable y solo me llevaba por un año.

Axel también era agradable pero se caracterizaba más por ser un chico callado y hablar lo adecuado.

Para mí, eso no era de mayor importancia los dos me transmitían confianza.

Mi madre y Kiara discutían por quien iría a comprar el pan.

Axel, Karim y yo solo disfrutábamos de la escena.

Hasta que la voz de la señora Jones no se hizo esperar en la cocina con la cara llena de harina.

Mi madre al igual que ella tenía el pelo despeinado y con harina.

No entendía aún como esque terminaron a si.

- Chicos podrían ir al súper a comprar el pan y unas cosas más.

Los chicos asintieron no tuve más remedio acompañarlos.

Axel y Karim peleaban por quien iría tras el volante sin darse cuenta que no uno de los dos sabía dónde se encontraban.

Tras una batalla de palabras la que manejo al súper fui yo. 

Ni uno de los chicos dijo nada y caminaron hacia el auto sin rechistar.

Camino por los pasillos. Los chicos decidieron que lo mejor de buscar lo que nos encargaron. era cada un por su lado.

Había encontrado la mayor parte de las cosas en la primer pasillo y lo demás en la segunda.

Caminaba al pasillo de dulces que ahí donde nos íbamos encontrar.

Al llegar solo estaba Axel de espaldas eligiendo unas gomitas.

Decidí por tomar unas frituras y echarlas al Sesto.

- Sabías que comer tanta fritura podría hacerte daño - Axel había volteado y caminado a lado mío.

- Al igual que las gomitas hacen daño.

- Tal vez, pero no las como tan seguido.

Si claro, por eso son tus preferidas - pienso.

Toma las frituras y las vuelve a colocar dónde mismo. ahogó una exclamación y respiro ondo por no terminar de matarlo.

Hago lo primero que se me ocurre y es quitarle las gomitas. me mira sorprendido pero a la vez enojado.

Ahora sí estábamos a mano.

- Eso es mío. Reclama intentando quitarmelas

Apezar de que es un chico demasiado alto para una chica como yo, no hace el esfuerzo por tomarlas de mi manos.

- Enserio no veo tu nombre en ellas.

Se las muestro. cuando intenta tomarlas, alejo la mano.

- Hagamos un trato. tu dejas de comer tanta fritura y yo dejo de comer las gomitas.

Me lo pienso por un momento luego acepto. Regreso las gomitas dónde estaban.

Después de un rato llego Karim. Pagamos las cosas y nos marchamos de ahí.

Al llegar a casa nuestras madres nos corrieron a la sala con la excusa de que nomás íbamos a estorbar.

A mí madre le encantaba la idea de que pasará tiempo con los chicos y pudiera hablar un poco más.

Escogimos una película de romance por mayoría de votos habíamos ganado Karim y yo.

Axel no le quedó de otra que ver la película callado en el medio de nosotros.

Al terminar Axel exclamaba que no le había gustado para nada la película.

Por qué los protagonistas no debieron de a verse separado y que deberían a ver estado juntos.

Karim y yo nos mirábamos sonrientes

nuestras madres no llamaron para cenar al terminar nos despedimos y nos fuimos a mi casa.

 




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