Andrés sonríe antes la pregunta de Lucas y dice: -¿Quieres saber quien soy? Soy la ayuda que Dios envía... Hay mucho camino aún por recorrer, hay gente que necesita recuperar la esperanza, la tranquilidad, reflexionar sobre sus errores y creanme que me gusta ayudar, porque para mí no hay nada mejor que servir a Dios.
Lucas: -Ahora entiendo... Eres un misionero, trabajas para la iglesia... Seguro te enviaron para ayudar en este asilo.
Andrés: -No están lejos de la verdad... Bien, ya me despido de ustedes, no se rindan, con paciencia y fe pueden lograr lo que se propongan. Visiten a la señora Greta, que su felicidad no sea solo por hoy.
Ya me despedí de los ancianitos y de las ancianitas de aquí... Así como de las demás personas que trabajan en este lugar, de verdad no les agrada la idea de mi partida, pero es necesario...
Alana: -Gracias... De verdad, no te conozco pero oírte me dio ánimos y estoy conciente de la ayuda que le dio a la señora Greta...
Lucas: -Sí, gracias...
Andrés se retira.
Busca su mochila en la habitación donde estaba hospedado y en el pasillo se encuentra con el señor Pedro.
Sr Pedro: -Pense que te irías después de la fiesta...
Andrés: -Ya es tiempo de irme, gracias por la oportunidad de dejarme ayudar.
Sr Pedro: -Gracias a ti...
Andrés: -Antes de irme quiero pasar por la capilla...
Sr Pedro: -Claro... Puedes ir.
El joven se retira.
Al costado del jardín hay una pequeña capilla. Andrés entra y frente a un crucifijo se hace la señal de la cruz y luego dice: -Gracias Señor por ayudarme a cumplir esta misión. Bendice a Lucas, a su mujer y al bebé que esperan y que los padres del joven acepten a Alana, ella no es mala persona...
Dicho esto, el joven vuelve hacerse la señal de la cruz yéndose a una nueva misión.
Editado: 25.02.2021