La soledad es más que una habitación vacía, llegabas tarde todos los días, los "Te amo" se desvanecían.
Aquella noche cuando no llegabas por andar con ella, cuando escribiste que estabas en el trabajo y que probablemente no llegarías por una junta de última hora, aquella noche cuando vi la foto que les tomaron en el balcón de su casa, aquel video donde le ibas sacando el vestido y besabas su cuello y bajabas.
El vino parecía agua, la casa se me hacía fría. Te llamé, necesitaba explicación alguna, la cena estaba lista pero el café ya estaba frío, mis manos temblorosas rasgaban los momentos a tu lado y cortaban una a una nuestras fotos.
Tu llegada a las 2 de la madrugada iluminó la puerta, así como ver las calles una vez más en tanto tiempo, no era justo, yo esperaba cada día, esperaba que volvieras, te tenía todo listo, hasta yo me ponía en bandeja, preferiste un rato con ella a mi amor de por vida, la rabia, envuelta con el vino me hicieron sentir capaz, capaz de hacer que te quedarás y a tu entrada te esperaba, te tenía ganas y te hice mío mientras me despedía de ti porque no aceptaría que dañes mi corazón, tú no.