El Virus

El Virus

Ahora la niña feliz simula sonrisas.

Ahora a la niña que le gustaba hablar y exteriorizar sus sentimientos, ya no sabe ni lo que siente, ¿qué cambió en mí?, de una semana a otra siento que ya no existo, deje que el virus de la transgresión me invada.

Bueno aún me encanta comer. Mi mami es muy puntual en darnos la comida y a la hora de dormir, solo que yo cada noche... once de la noche, me despierto con la voz de mi papi. Llega de su trabajo y mi mami le sirve la cena, a la cual yo me incluyo. 

A mi mami le molesta mucho, siempre se enoja y me dice glotona, pero mi papi le pide que me de otra vez la cena.

Me voy feliz a dormir, con la satisfacción de haber comido con mi papi. No sin antes recordarles que mañana deben ir al día de los deportes en mi jardín.

Mi mami me despierta para ir a mi jardín y dice que mi papi va después. Lo voy a esperar con ansias, mi papi es muy fuerte, iba a ser boxeador, pero mi mami no lo dejó. Es tan fuerte que le hicieron firmar unos documentos donde le prohiben pelear en las calles, dicen que esa acción legal se llama sellarles los puños.

Las ansias que tenía de que mi papi llegara, acaban de esfumarce al verlo entrar vestido de esa forma... un short muy cortito rasgado color celeste y una susadera blanca. ¡Me avergüenza!, quiero que se vaya. 

No deseé que se acerque, me aleje llorando de él y cuando llegamos a casa no quise ni verlo. Me porte muy mal con mi papi, así que ahora en cuanto llegue le pediré que me perdone.

 

-Ana debes escucharme y recapacitar para que te divorcies

-lárguese metida, vino en taxi para llegar antes que yo

-sí, si vine en taxi porque mi hermana debe saber lo mal hombre que es usted. _Porque llegan todos alterados que está pasando.

-no la escuches Ana

-Ana tu esposo, éste maldito estaba en una piscina con otra mujer y los hijos de esa mujer

-cállese chismosa

-Marco como puede ser tan poco hombre, gastando en otra mientras sus hijos viven de lo peor, mire como los tiene con los zaptos rotos, ¡irresponsable!

-fuera de aquí maldita

-tú eres el maldito Marco, ¿cómo pudiste hacerme esto otra vez?

-adios Ana, es tu desición, ya no permitas que te siga haciendo esto. _Mi madre llora a gritos, mis hermanos también y yo estoy temblando de miedo, de dolor... porqué mi padre no nos habrá llevado a nosotros, nunca he hido a una, pero me han dicho que es hermoso.

Son varios días ya desde que mi tía vino y mis padres discuten cada que están juntos. Mi mami llora todo el tiempo y en cuanto mi papi se va... ella y mis hermanos lo siguen, al regresar dicen que se ha vuelto a ver con esa mujer... con esa Silvia Padilla, el peor nombre, la peor mujer del mundo.

Hoy es fin de semana, no nos fuimos al mercado porque mi padre está haciendo maletas, no entiendo que hace en realidad, pero mi mami le ruega que no se vaya..........

 

-Marco si ésta vez te vas, ya no iré a buscarte

-ni deseo que lo hagas, no quiero estar contigo

-no te vayas por favor, es la tercera vez y ya no voy a rogarte

-ja ja ja, me das lástima Ana, ten, que te sirva de trapeador_Le lanza una camiseta en la cara a mi mami y empieza a salir.

Mis hermanos también le ruegan a mi papi que no se vaya, yo a mis cinco años no entiendo bien que pasa y solo me quedo sentada al pie de su cama, en el mismo lugar que muchas veces me he quedado paralizada con las raras convulsiones que me dan y de la misma forma... quieta y perdida en mis pensamientos, solo con la mirada fija a la puerta por donde mi papi está saliendo.

Dos semanas después todos seguimos sufriendo, mi madre llora todo el tiempo y no tiene que darnos de comer, apenas hemos sobrevivido y eso no es lo mas doloroso, porque lo más doloroso es su ausencia. 

Mi madre no tiene trabajo ni profesión y debe sacarnos adelante a Bety de catorce años, Peter de 10 y yo que acabo de cumplir seis. Lo extraño tanto, le hago cartas pidiéndole que regrese y no lo hace.

Jamás olvides a tus hijos, no los cambies por nadie y cuida de ellos.

 

 

 

 

 




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