San:
¿Crees en Dios?
Lucas:
¿Cuál es esa clase de pregunta?
San:
Sólo una pregunta, puedes contestarla si sabes las respuesta.
Lucas:
Mi madre no lo hace, ella me dijo que dejo de creer cuando tenía 15 y una monja le dijo que para comprender a Dios sólo tenia que tener fe, ella me dice que nunca tuvo fé así que dejo de creer, pienso lo mismo que ella, realmente nunca he tenido esa fe divina que todos profesan.
San:
Tu madre parece una mujer muy sabia, quisiera conocerla algún día.
Lucas:
Yo quisiera conocerte a ti.
San:
Tengo miedo de que exista.
Lucas:
¿Qué cosa? ¿Por qué cambias el tema?
San:
Dios.
Escucho a diario que iré al infierno sólo por mis gustos y me parece algo tan injusto, ¿acaso esta mal querer a alguien? ¿acaso esta tan mal quererte?, tan mal que me voy al infierno sólo por permitirme amar, si es Dios quien da esas clases de condena, tengo miedo que alguien tan injusto sea nuestro “Salvador”.
Lucas:
Quererme no está mal, quererte yo a ti tampoco lo está, la culpa es la sociedad que le encanta lo simple, lo monótono, es de ellos que juzga sin detenerse a pensar que tanto afecta a esa persona, todos es su culpa y después ponen a un ser inexistente para justificar sus atrocidades.
San, amar no está mal, la sociedad está mal y nos hace pensar que nosotros somos el culpable, pero los único que merecen ir al infierno son ellos.