Contamos, formamos ideas, las cuales ningunas nos sería útil. Solo nos pondría en peligro, o peor, en ridículo, porque el no nos iba a hablar, tampoco me contaría que o quien le hizo eso.
Después de hablar más de una hora Ema tuvo que irse, porque su madre la regañaría.
Después de eso me quedé en mi cuarto sentada en la gran ventan, la tenía abierta, quería sentir la brisa fría que soplaba cada vez más fuerte, amenazando con una tormenta.
__Me enceñaron que para ganar hay que saber perder, solo no te rindas tan fácil así, mejor intenta cada vez más intenso, sin miedo a nada temer no será una opción cuando pierdes la batalla, es seguir intentado.
Ese recuerdo, de mi difunto abuelo aún rondaba en mi cabeza, ese recuerdo me hace sentir mejor, cuando pienso que todo esta perdido.
Yo lo amaba.
__Lana, ¿estas ahí?__Preguntó mamá de el otro lado de la puerta.
Si, mamá, me fui por la ventana porque puedo volar y lo sabes. Lo pensé pero no lo dije.
_Lana, eres tan sarcastica. Si yo fuera Ema te odiara.
_No te pregunte conciencia.
_Sabes que opino sola.
_Me da igual.
_Sabes que no.
_Cállate.
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__Si, pasa.__le dije, a lo que ella asomó la cabeza por la puerta y yo me giré aún sentada con mis pues cruzados.
Ella me miró con preocupación en los ojos y entró cerrando la puerta detrás de ella, respiro y pasó las manos por sus piernas aún parada.
_Sólo quiero decirte que te amo.
_ Ay callate por dios, era tan intensa.
_ Tu igual, no puedes decir nada.
_Cállate ya.
_Te amo.
_Te odio, conciencia.
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Terminé mi charla mental y me enfoqué en que quería mi madre.
__Cariño, ¿estarás bien?.
Ya sabía a que se refería con esa pregunta, no tenía ni que decir nada.
__Madre, ya sabes la respuesta, así que no me preguntes, será más difícil__le dije sin apartar la mirada hacia afuera.
__Llamé a Herodes, se quedará contigo durante todo este tiempo.__ dijo mirándome fijamente.
__Mamá, no es necesario yo me puedo cuidar sola, y lo sabes.__Le dije.__ hice las artes marciales y el Karate, puedo defenderme... no es necesario.
__Hija, hay cosas que tu ni te imaginas, es mejor prevenir...__dijo en un tono de voz más bajo.__ y ya está decidido, Herodes se quedará aquí, solo será un més.
__Lo que me duele es que casi no podemos pasar tiempo juntas, eso de el restaurante fuera de aquí, pero no hay otra manera para yo poder trabajar.__le dije, cuando ella se va por mucho tiempo así, es por unos eventos realizados en el restaurante y sus servicios...
__Pronto estaremos juntas.__dijo con un tono de voz preocupado.
__¿Pinki promise?__ Le pregunté. Siempre nos preguntámos eso cuando nos hacemos una promesa.
__Pinki promise__dijo mi madre, con una risita triste, y se acercó a mí, y me abrazó, no tarde en responderlo, ninguna dijo nada al respecto u nos quedamos así no se sabe ni cuanto tiempo.
Después de la desaparición de mi hermana yo y mi madre somos mas unidas.
Aunque no tengo ni el nombre de mi padre, cuando lo pronuncio mi mamá se comporta extraño, por eso prefiero no hacer preguntas así por así, tal vez un día me lo diga.
Nos separamos y mamá no dijo nada, solo salió de mi cuarto dejándome ahí.
Di un suspiro y tome mi computador en mis piernas, oí que tocaron el timbre, seguro era Herodes.
Herodes es un chico muy callado que mi madre conoció y se ha encariñado mucho con el, a parte es muy guapo. Pelo rubio, tez blanca, ojos verdes intensos y un cuerpo bien formado, tiene 18 dos años mayor que yó.
Me levanté de la ventana y caminé a la planta baja, para dirigirme a la puerta.
Estaba bajando la escaleras y encontré un papel doblado en dos en la mesa.
Primero terminé de bajar las escaleras y después tomé el sobre, luego abrí la puerta y era nada más y nada menos que...
__¿Que haces aquí?__ Preguntó, estaba parado en la puerta de mi casa, y pregunta ¿que, que hago aquí?.
__Eso te iba a preguntar yo a tí.__dije yo cruzada de brazos.
__Vi a tu mamá salir de aquí con tres maletas y un bolso, y vine aver si te estabas mudando.__dijo el con el ceño un poco frunsido..
_Jaja... que gran excusa para verte, ¿verdad Lana?.
_ Haré como que no dijiste nada.
_Siempre lo haces.
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__Espera__lo callé de un golpe__ ¡Marica!.__Le dije mirándolo con la cara hinchada de la rabia.
__¡¿pero porqué me dices marica?!__me reclamó el.
__¡Tu no hablabas!, ¡ahora resulta que si hablas!.
__Haces muchas preguntas, no me quedaba otra opción._ recalcó él.
Pero que mierda, no habíamos cruzado palabra alguna y apenas hablamos hoy en la escuela.
__¿No habíamos hablado nunca, y ahora me saltas con eso...?__Le dije moviendo mis pies aún cruzada de brazos.__entra.__ le dije.
__Vamos.
Entramos a la casa, mi casa no es lujosa, es echa en madera, menos las ventanas, pero la madera le da un tono más a una casa parecida a una cabaña.
Lo guíe a la sala y nos sentamos en un sillón grande..
De verdad, estoy hasta echando humo por las orejas, me mintió, porque pregunto mucho.
_El tiene razón.
_Y tu de metiche.
_Para eso estoy.
_Estas para las ideas, no para juzgarme.
_Para ambas cosas.
_No me jodas.
_No lo hago.
_Puta madre conciencia
_Tu eres mi mamá... sin ti no soy nada. O mi motor.
_ pos sí, tienes razón.
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__¿En que piensas?__me pregunto.
__Una charla mental.
__¿Una charla mental, es en serio? ...__dijo el.