El zorro amarillo y el ave herida

V: Ruido blanco

Cuando me dijiste que sentías que me estabas perdiendo, sin querer sonreí tristemente, y eso se está haciendo una costumbre, una que no me gusta para nada. Actualmente solo trato de no pensar, de distraerme con cualquier estupidez, como cuando alguien me dice algo que me duele, solo sonreírle.

Solo sonreír.

Que feas son las sonrisas forzadas, creo haber visto una tuya una vez, incluso una vez tú me hiciste saber que mi sonrisa era falsa. Quizás ese día algo cambió en nuestra relación, porque fuiste la primera persona en notar aquello, fuiste la primera persona en notarme, en ver más allá de lo que yo quería mostrar.

También me dijiste que era la persona con la que más te habías abierto en cuanto a conversación, y una parte de mi se alegró, mi parte humana, básica, pensó en él.

Me sentí superior a él por un momento, pero fue solo eso, un momento.

Y como olvidar cuando me dijiste que sabías como me sentía, me dio un mini paro cardíaco, pero le resté importancia y seguimos la conversación normalmente. Realmente espero que no te refirieses a lo que yo creo, o si no, no lo sé.

Ese día me dijiste muchas cosas, que calmaron más mi corazón y mi mente. Ya sé que no puedo tenerte, y estoy bien con ello, porque no es lo que quiero.

Quiero que seas tú, que digas lo que realmente sientes, no lo que piensas.

Quizás quiero verte expuesta por una vez en mi vida, porque tú siempre estás preparada, porque como me dijiste, tú siempre piensas lo que haces, por eso no te importa lo que venga después.

Y quizás yo soy todo lo contrario, esperando a que pasen las cosas, como si yo no pudiera hacer nada al respecto.

Patético.

Patético como esta carta quizás.

Empecé a publicar esto en la plataforma que tanto te gusta, que de alguna forma se convirtió en un tema de conversación, después de todo aquí está lleno de Larrie, lo que más amas.

Maldita loca.

Espero que nunca encuentres este almacén de cartas, sería mi perdición.

Tú debes leerlas en el momento adecuado.

Hoy es una de esas noches en donde te extraño un poco más de lo normal, aunque estoy tranquila, mañana es lunes.

Abrazarte se ha vuelto un poco más raro con el tiempo, quizás es por todo lo que pasó y está pasando. Quizás estoy más distante, porque quiero evitar herirme.

Pero no te confundas, no voy a irme.

No aún.



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En el texto hay: poesia, cartas, el primer amor

Editado: 21.02.2019

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