Me levanté de la cama y era más que obvio que algo había ocurrido entre nosotros, Cristol me dió la espalda para que pudiera buscar mi ropa y vestirme.
-De verdad que no entiendo como pudieron hacer esto.
-Callate Cristol.
-No me digas que me calle Dóminic, no entiendo como después de haberse entregado a Jackes puede estar contigo que eres básicamente su asesino.
-Te dije que te calles, no es tu asunto. No importa ya si Verona fue antes de Jackes, esto está sucediendo y más te vale que..
Le solté un derechazo digno de campeón de boxeo.
-Eres un completo idiota, sé que piensas que soy una puta totalmente pero la ocasión contigo ha sido mi única vez imbécil. -No tiene precio, la expresión que puso Dóminic al verme no tiene precio alguno. Por una parte la sorpresa y después la total felicidad- ¿cómo en el mundo se te pudo ocurrir?, ¿acaso no te demostré muchas veces que no iba a romper mi palabra con ustedes? prometí que no lo iba a involucrar más de lo que me dejaban, que no lo dejaría en mi vida, y que creias. Jackes era un total y completo caballero, él me había prometido- me empezaba a hiperventilar de nuevo- me prometió… él me había prometido… que haría que lo amara… sería mi para siempre… él… él me pidió que nos casaramos… y yo, por ti…
-Cálmate, por favor, respira.
-yo no lo hice, no me entregue a él, íbamos a estar juntos, me quedaría con él. Yo ví el futuro, estaría con él. Tendríamos una hija, pero todo cambió cuando decidí tomarte a tí- dije viéndolo directamente- me decidí por tí.
Cristol nos veía con la boca abierta, sus puños se cerraron y terminaron nuevamente en la cara del otro. Ni siquiera sabía que le había pegado, tan molesto estaba que no pensó en usar mejor su poder, no sabía si agradecer y asustarme.
-Maldito malnacido, no se suponía que la tocaras, dijiste que podíamos confiar en tí. No puedo con esta frustración, no es lo mismo imaginarlo a saberlo… eres un completo...
-Cristol ¡basta!
-Golpéame todo lo que quieras si crees que eso te hará sentir mejor, pero por una maldita vez en tu vida dí la verdad y admite que lo que en realidad te molesta es que nunca has tomado lo que quieres sin permiso, sin ser algo que te piden, ¡Cobarde!- contraatacó Dóminic quitándose a Cristol de encima.
-¡No sabes nada!
-claro que lo sé, sé que jamás rompes una regla. Sé que solo te quedas viendo lo que deseas sin el valor para tomarlo.
-Se supone que tendrías que ser tú el que las siguiera, tú eras el líder como muchas veces recalcaste. Que si Allen te había elegido había sido por algo y terminó siendo nada. Todo nuestro trabajo y esfuerzo a la basura.
-Tengo y sé mis prioridades, siempre fue Verona- los intenté separar cuando Cristol se lanzó de nuevo sobre él.
-¡Cállate!
-¡Cobarde!
-¡ESTOY AQUÍ PORQUE ME VOLVÍ UN DESERTOR!- Dóminic paró de golpearlo y lo veía asombrado, Cristol también había parado, ambos respiraban agitadamente así como yo.
Dóminic se sentó a la orilla de la cama intentando tranquilizarse, su expresión me decía que no sabía qué hacer exactamente y yo no entendía nada, qué tan serio podía ser.
-Quiere decir que jamás va a poder regresar al coliseo, si lo atrapan le puede decir adiós a su vida.
-¿Creías que los iba a dejar solos? ¿Qué la iba a dejar a ELLA sola contigo? corren el mismo peligro que yo si los llegan a atrapar.
-¿Entonces por qué nos dijiste que fuéramos al coliseo?
-Tenía que saber qué era lo que pensaban y así tal vez alejarte de este imbécil.
-Paren ya esto- les dije con voz queda antes de que siquiera se les ocurriera volver a hablarse con los puños, no fue la mejor de las ideas el entrometerme en su riña, estaba enferma y el gastar más energía de la necesaria no ayudaba a mi causa. Sentí el bajón de mis fuerzas al límite cuando repentinamente se activó el campo de fuerzas como si fuera un sonar.