M E G A N
-Calvin muévete. No siento mi pierna- pide Deb moviendo a un dormido Cal de sus piernas- ¡Calvin! - grita esta vez despertándolo.
- ¿Qué?, ¿Qué paso?
-Debby no ha podido mover su pierna en todo el viaje, la pobre chica. Ahora solo caminará con una-bromea Chad asomándose desde el asiento de atrás.
- ¿Ya llegamos? - pregunta su gemelo.
-No- el autobús se detiene-ahora sí.
Calvin se levanta del asiento quitando su cabeza de mi regazo, se levanta por completo dejando a la pierna de Debby respirar. Chad, Calvin y Michael se encargan de bajar los equipajes. Olivia baja ella con el suyo. Todo esto mientras que Adrien y yo estamos tratando de "despertar" la pierna de Debby.
-Ah- gime con dolor. -Duele, duele. DUELE.
-Creo que lo mejor será que tú la bajes cargada para que yo pueda estacionar esto-Adrien concuerda conmigo y carga a Deb de la manera "matrimonial" bajándola del autobús.
Mi tío está encargado de las reservaciones por lo que yo aparco el autobús. Me encantaría decir que aprendí a manejar autobuses de la manera tradicional. Aprendiendo por curiosidad y debido a eso alguien con experiencia me enseñó. Yo no aprendí de esa manera. Aprendí para hacer una broma, solo para arruinar el día de alguien.
Me aseguro de que no haya otro equipaje que no sea el mío y me pongo delante del volante para aparcar. Al terminar de aparcar entrego las llaves en la recepción para luego acercarme a los chicos.
-Debby, Megan y Olivia a la 307- entrega la llave y el botones me hace un ademan de mano para que lo siga. Olivia y Deb nos siguen dejando a los chicos atrás.
Luego de agradecer al botones entro a mi habitación para lanzarme a la que será mi cama y la de Debby debido a un recorte de presupuesto. Igual no me molesta. Deb y yo ya hemos alcanzado la confianza suficiente para búrlanos de los ronquidos de la otra, de hecho, hasta para hervir la copa menstrual de la otra.
Situación que la primera vez que pasó Calvin nos acompañó orgulloso de nosotras por usarlas. Con el grupo de "los abreviados" situaciones como esas pasan.
Deb interrumpe mis "profundos" pensamientos tirándose a mi lado, Olivia también los interrumpe hablándome.
-Megan, necesito decirte algo. - ella nunca me dice Meg.
-Okay- respondo sentada en la orilla de la cama matrimonial - te escucho.
-Debby y yo estábamos pensando...
- ¿Debby? -interrumpe mi amiga.
-Yo estaba pensando- corrige. - Ha pasado ya algunos meses desde que llegaste a la ciudad y no has conseguido ni una conquista- recalca con intensidad. Su mirada se torna en una de lástima. - Sé que es porque tu personalidad puede ser...un poco volátil- intenta exponer mis defectos de manera sutil. Ella se sienta a mi lado y toma mi mano- como tu amiga entendí que pedías a gritos mi ayuda y ¡Te conseguí una cita!
- ¿Una cita?, no quiero una...-Me alejo de la señorita entusiasta.
- Espera- ella prosigue siguiéndome por la habitación- no has escuchado la mejor parte. - Ni quiero escucharla. - Es en dos horas y con un chico de esta ciudad que se mudará a una residencia cerca de la universidad de nuestra ciudad, ¿No es maravilloso? - dice con una efusiva sonrisa dibujada en su cara.
-Ella ya tiene planes conmigo- miente Deb entrelazando su mano en la separación de mi codo y cuerpo. Obviamente salvándome de una cita hecha por alguien que a veces parece querer desaparecerme con su mirada.
"Se mudará a una residencia de la universidad de nuestra ciudad"
¿Por qué esa información suena conocida?, ¿A dónde vi eso?
-De hecho, tendré que cancelarte Deb. La cita que agendó Olivia suena maravillosa- miento y al instante Olivia suelta un chillido de verdadera felicidad.
- ¡Lo llamaré para avisarle que dijiste que sí! – exclama saliendo corriendo de la habitación con su teléfono, creo que salió dando saltitos de felicidad.
- ¿Algo que explicar? - cuestiona mi amiga. - Si sales con ese chico le deberás una explicación a los dos chicos que rechazaste en química con la excusa de que no estabas lista para salir con nadie.
Excusa que es mentira. La verdadera excusa es mucho peor.
-Debby, estoy muy segura de que ella me agendó una cita con Joseph Ritz Sheppard.
-Espera...- la dejo procesar la información, sus ojos se abren cuando entiende- ¡¿Ella te organizó una cita con tu primo segundo?! –grita, pues eso necesita para que su mente lo digiera.
-Shh. Solo nos separa una fina pared del pasillo donde esta Olivia terminando los detalles de mi cita- señalo haciéndola callar.
Algo no muy fácil de lograr.
- ¿Cómo lo sabes?
-Yo lo investigue.
-Oh cierto, cierto. Quitando el hecho de que otros miles de jóvenes pueden tener la misma característica ¿Qué hacemos?
-Prepararme para una cita con mi primo.
M I C H A E L
-...por eso creemos que Megan saldrá en una cita con su primo-concluye mi amiga pelirroja.
Salimos de nuestra habitación y bajamos al piso de las chicas. Olivia saltó hacia mí para depositar un beso en mi mejilla e irse por el ascensor. Después al tocar la puerta Debby abrió y nos cerró la puerta de inmediato. En unos diez minutos salió a decirnos que estaba ocupada arreglando a Megan para su cita. Lo que nos confundió y a mí personalmente me revolvió el estómago. Supongamos que fue el almuerzo.
- ¿Y dónde está Megan?
-Adentro terminando de ponerse los zapatos. La cita es en una hora- responde Debby con obviedad olvidando que nosotros no contábamos con esa información. - Esperen aquí- ordena y vuelve a la habitación.
Nosotros aun procesando la información, no decimos nada. Para cuando Debby sale a informarnos que solo le faltan unos retoques todos comprendemos mejor la situación y lo que se va a hacer.
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Editado: 22.12.2020