M I C H A E L
Tormenta. Arcoíris. Tormenta.
Así resumo los últimos sucesos del viaje. Puedo presumir que el arcoíris fue hermoso, precioso. Pero un arcoíris no es suficiente para detener la tormenta.
Estamos sentados todos en la mesa que el entrenador nos asignó. El entrenador aquel quien valora la puntualidad no ha llegado. Llevamos aquí treinta minutos esperando al señor puntualidad.
Tiempo que Debby y Adrien usan para hablar en el balcón del restaurante. Ver a mi mejor amigo besar a mi mejor amiga, en la cual él ha tenido un crush de más de diez años activó mi modo amigo orgulloso.
Megan también está feliz por ellos, pero no pudo abrazar a quien aún considera su amiga. Ella solo abrazó a Adrien quien le agradeció por la amenaza que le susurró.
Ellos vuelven con una sonrisa en sus rostros.
Quien apareció con el entrenador fue a quien acudimos su tardanza. El entrenador Sheppard entra al restaurante con aquella quien tenía mi puesto en el equipo.
Skylar Sheppard entra junto a su padre al restaurante.
Mi respiración se corta por la sorpresa y no soy el único quien está anonado por la presencia de Skylar.
- ¿Tú sabías algo de esto? - le pregunto a Megan quien no despega sus ojos de Skylar.
-Ella dijo que vendría, dijo que llegaría mañana. No pensé que llegaría hoy y acompañada de su padre.
Nadie se esperaba eso.
Ellos se sientan en la mesa llena de silencio. Nuestras miradas viajan por la mesa, intercambiando opiniones y pensamientos en silencio.
-Lancen sus preguntas- Skylar directa como la Sheppard que es, rompe con nuestro intercambio de miradas.
- ¿Lo perdonaste? - ataca Megan.
- ¿Papá? - Skylar dirige la respuesta al entrenador que usualmente siempre tiene algo que decir.
-El pasado es un resentido y yo también lo soy. No podía ver a Skylar y no pensar en Sheryl- sus ojos muestran tristeza al hablar de su esposa. – Quería protegerla, necesitaba mantenerla con vida. Me repetía que no podría soportar vivir sin las dos mujeres de mi vida. Como resultado de eso solo pensaba en mí, en el miedo que me producía perder a Skylar, ese miedo me hizo olvidar que la tenía.
Entiendo a qué se refiere. Cuando pierdes a alguien cercano a ti, todo tu mundo se vuelve un constante terror de quien será el siguiente y te olvidas de lo importante que es apreciar quienes están contigo. En mi caso ante la muerte de Abby solo quería acelerar mi momento. Había días en los que despertaba queriendo que la muerte llegara por mí.
Lo que cambió mi actitud fue la muerte de mi abuelo. Dejé de desear mi muerte y empecé a agradecer que a la mayoría de mi familia y amigos no les ha llegado su hora.
>>No les mentiré muchachos. Les doy consejos que muchas veces olvido seguir. No he estado en mi mejor momento y lo lamento.
-Sigue siendo el mejor entrenador del universo- alaga Chad.
-Gracias Chad. La verdad es que…y necesito admitirla para dejar esto detrás, he sido una mierda de persona. Y resulta que mi familia apoyaba mi comportamiento-añade con pesar-. Miren… aún no creo en esa mierda de un terapeuta teniendo que resolver problemas que no son suyos, pero cuando Olivia vino a decirme secretos de ustedes, acepté finalmente que no tengo la razón y que tengo muchas mierdas con la que lidiar- Debby mira anonada como el entrenador se abre, soltando palabras que a nosotros nos repite constantemente que contaminan nuestro vocabulario.
>>Muchachos, fue el novio de mi hija quien se encargó de recordarme que estaba perdiendo a mi pequeño cielo sin hacer nada. Ignoré que también te estaba perdiendo a ti- Megan lo mira negándose a creer que el entrenador finalmente consiguió su epifanía.
Estuvimos hablando sobre qué haríamos si el entrenador separaba al equipo o en caso de dejarnos fuera de la competencia. En vez de eso vino aquí con su hija relatándonos su epifanía. Tal vez el entrenador ha venido cambiando sus ideas progresivamente. A veces olvidamos que los adultos al igual que los adolescentes se pierden y vuelven a encontrarse.
-Sé lo de las reglas. Sé lo de ustedes juntos-. Esta vez soy yo quien conecta miradas con el entrenador-. Y por eso debemos hablar.
No sé si eso significa que está de acuerdo o en desacuerdo con nuestra revolución. Megan roba la pregunta de mi cabeza y pregunta.
- ¿Qué se supone que debe significar eso?
-No estoy fascinado con la idea aún. Necesito tiempo para procesar lo que sea que su relación sea o fue.
-Lo que es- interrumpo dando a entender que estamos juntos. Debby y Skylar se sorprenden mostrando reacciones diferentes.
Skylar está sorprendida y alegre, disfruta de escuchar la noticia. Debby está sorprendida, pero se muestra reacia a mostrar algún rastro de felicidad por nosotros.
-Entiendo- asiente el entrenador mirándonos con una expresión que no puedo interpretar-. Lo que debemos hablar es lo que sea que están haciendo sobre las reglas.
-Yo no le dije- responde de inmediato Skylar ante la revelación de su padre.
-En la familia están hablando de eso. Se rumorea de un grupo anónimo que está planeando terminar con las reglas. No fue difícil atar eso a ustedes cuando escuché que los jóvenes que se estaban revelando eran de las ciudades en la que fuimos a competir. Tenía que hacer algo. Pero cómo iba a enfrentarlos si no podía enfrentar como me sentía sobre eso.
-Papá llamó en medio de una crisis. Finalmente estaba enfrentado lo que ignoró por varios años. Yo estaba camino para acá cuando llamó- empieza a explicar su parte de la historia.
-La fui a buscar en un paradero- añade mi tío-. Sentí que estaba perdiendo lo poco de cordura que me quedaba y para cuando la fui a buscar el viaje en el auto nos devolvió algo de realidad.
-Lo perdoné Megan- concluye finalmente Skylar-. Ambos necesitábamos un perdón.
#29136 en Novela romántica
#4818 en Chick lit
amor, sexo amor locura experimentar libertad, amor novela juvenil
Editado: 22.12.2020