Elle & Eric ( Trilogía "Nosotros" #1)

Capítulo 3

Capítulo 03:

 

Estaciono mi auto en el estacionamiento, lo apago y lo pongo en mi hombro. Salgo corriendo y voy frenando corrida cuando estoy llegando a la entrada de Belconnen Churches Centre. Una vez que entro, saludos a las personas conocidas que me rodean, entro en el ascensor; afortunadamente voy sola y no estando apretada por personas, sería un caos, ya lo he experimentado antes. Salgo ya estando en el segundo piso, y veo a una bebé rubia corriendo hacia mi dirección viendo a sus espaldas. Pienso que va a voltearse y esquivarme, pero no lo hace y termina chocando contra mis piernas.

¡Auch!

Cae sentada y eleva su mirada a la mía. Y me quedo sin palabras.

Tiene la palabra ternura tatuada en todo su ser.

No, no literal.

Tiene los ojos azules más preciosos que he visto en mi vida entera. Su nariz es pequeña, sus labios son rosaditos y sus cachetes regordetes son muy adorables. Lleva puesto un vestidito de flores color azul muy coqueto y unas zapatillas plateadas, es muy adorable. 

Quiero decir, ¿a quién no le gusta los bebes? A mí me fascinan.

— ¡Ay, lo sieto! — se disculpa con una vocecita muy linda, haciendo un mohín y sus dulces ojitos abiertos. Me pongo de rodillas.

— ¿Estás perdida, hermosa?

Nou. — me contesta riendo, entonces se levanta torpemente y sale corriendo. ¿De quién será? Volteo y observo a un chico rubio trotando, se me hace conocido.

La rubita no ha dado cuatro pasos cuando ya la han cargado.

— ¡Te atrapé! —. Y sí, es Chase; quién carga a la bebé de identidad desconocida dándole vueltas.

— ¡Otra vez tú! — digo riendo, llamando la atención de Chase y la niña.

— ¡Elle, sí, otra vez! — exclama. Y nos carcajeamos. La bebé al ver que nos estamos riendo, ella también lo hace, lo que hace mi corazón derretirse. Su risa de bebé es el cielo y es muy graciosa.

— ¿Y esa hermosa princesa? ¿Es tuya? — cuestiono con mucho interés. Como los dos son rubios, tienen esa característica igual. La observo mejor, tiene una mirada que hace que se derrita el corazón.

Me limpio, con mucho cuidado, las pocas lágrimas que derrame al reírme. Porque me coloque rímel, no quiero estropearlo y después parecer un mapache.

— Oh no, no es mía. No me veo en la faceta de padre, todavía. ¿Recuerdas a Eric Headley?

Asiento al instante, interesada más en el asunto.

¿Cómo olvidarme de él? Fue mi primer amor prohibido.

— Esta es su hija, Emma Headley, solo tiene dos. ¿No es una preciosidad como su padre? — pregunta con un poco de arrogación.

Abro mi boca con sorpresa sin poder remediarlo, diez años pueden hacer la diferencia. No entiendo porque me sorprende, pero no me lo esperaba.

¿Qué mierda?

No hay manera, bueno si la hay. Ahora sí que no tengo oportunidad. Amor prohibido es amor prohibido para siempre, no lo digo yo, lo dice la ciencia.

Aunque él nunca lo dijo, pero yo lo sentía así.

— Sí-sí — tartamudeo, él ríe no tan disimuladamente y aclaro mi garganta. — Eso creo, supongo, aunque no lo he visto más desde la secundaria, así que no lo sé.

— Pues, él vino a acompañarme para una cita que tengo en el odontólogo. Debería de estar esperándonos. — dice mientras peina el cabello de la niña. — ¿Tú? ¿Qué haces por estos lados?

— Trabajo en el odontólogo, de hecho, voy tarde. Mi cama me ama tanto como yo a ella, por lo tanto, no me quería soltar. ¿Cierto, pequeña? — musito tocándole la mejilla. Ella ríe, es risueña por lo que veo. Ahora mi mirada va a Chase. — ¿Vas adentro o te quedas por aquí?

¿Dónde estará Maddison? Seguro que estará encantada de saber lo que está ocurriendo y estoy casi segura también de que estará molesta por no haberla llamado en estos instantes, pero no tengo tiempo para eso. Lo siento, Maddie.  

— Vamos, Eric ya se estará preguntando porque tardamos tanto.

Una vez que entramos, ellos se quedan en la sala de espera mientras en mi camino saludo con un “buenos días” a todos sin ver a nadie y sigo rápidamente caminando a mi cómoda oficina, entrar en ella es un poco parecido como entrar a casa, un poco, mi casa es mi zona de confort. Es simple, moderno, todo organizado, muy meticuloso, como me gusta. Paredes color marfil, piso de mármol y todo muy higiénico. Lo mejor de todo es que tengo mi propio baño interno, un plasma, un sofá-cama pequeño, y obviamente contiene una mesa con 1 silla giratoria y 2 ordinarias. No es tan grande pero no tan pequeño. Estoy agradecida porque me toco la habitación más especiosa.

Se podría decir que soy la que tiene el mando. Mi posición es ser la odontóloga principal. Cuando buscaba trabajo en mi especialidad mamá dio con la zona perfecta para mí. Para nuestra sorpresa el dueño del sitio es un buen amigo de mamá y me ayudó, semanas después de ver mi esfuerzo en ello me puso a cargo de prácticamente todo, él está encargado de varios sitios comerciales y esté es el más pequeño que tiene, me pidió cuidarlo y no me pude negar, ha sido todo muy bueno y con el pago aún más. Eso sí, cada quince días manda a un hombre simpático que trabaja con él a buscar únicamente el efectivo, la mayoría de los pagos se efectúa por punto de venta bancario. No me siento superior que los demás, todas tenemos nuestros roles y sabemos cumplirlo conforme a lo establecido.



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En el texto hay: comedia, romance, drama

Editado: 26.09.2018

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