El ruido de las sirenas me martirizaba, las luces rojas y azules no ayudaban mucho. Estaba cruzando la puerta de la comisaría. Había puesto una denuncia hacia ellos. No podía creer que yo hubiera hecho algo como eso. Me reconfortaba el que ningún adulto estuviera presente, todos ya eramos mayores de edad y agradecia el no meter a mamá en estas cosas.
Harry quien había entrado conmigo me abrazó de lado y recargue mi cabeza bajando cada uno de los escalones.
Apenas levanté la mirada y Sophie que estaba recargada en el auto, vino hacia mí, abrazándome.
— Gracias. — susurró y yo la abrace aun mas. <<Lo hice solo por ella>>
Todos estaban aquí: Lía, Heather, Sophie, Harry e incluso Oliver quien me dio gusto de que estuviera aquí, conmigo. Todos y cada uno me daba palabras de aliento que simplemente mi mente rechazaba y se iban al olvido.
El trago amargo seguía, después de analizarlo pude comprender de qué fue lo mejor que pude haber hecho. Todos me decían lo mismo, no era y nunca será mi culpa pero… ¿por qué sentía que lo era? ¿por qué me sentía así?
Oliver se ofreció a llevarme a mi casa. Íbamos en su auto con la radio a bajo volumen. Todos querían llevarme a casa y asegurarse de que estuviera bien, les rogué que no fueran, no quería hacer un escándalo y no quería que mi madre se enterara.
El frío aire chocaba contra mi cara, tenía la cabeza fuera de la ventanilla del auto de Oliver. Ninguno hablaba, me gusto eso. Solo quería silencio.
— ¿Puedes aparcar aquí?— le pregunté cuando estábamos en la esquina de la calle.
— ¿Por qué? Dije que te llevaría hasta la puerta de tu casa y eso haré.
— Por favor—. lo mire con súplica y lo hizo aparcando dos casas antes de la mía. — Gracias.
Tome mis cosas y baje del auto, él también lo hizo alegando que me acompañaría, no hice nada para detenerlo.
— ¡¿Qué es lo que haces?!— susurró gritando, no se como eso era posible pero lo hizo, cuando me vio trepar por el pilar del garage para ir a mi habitación.
— Ir a mi habitación ¿no lo ves?
Mi pie resbaló un poco y Oliver reaccionó rápido sujetando mi pierna para que no cayera.
— Te puedes ir ya. — le dije una vez había llegado al techo.
— No estás bien, no puedo dejarte así.
— Claro que lo estoy, ¿por qué estaría mal? nada ha sucedido. — me miró mal y comenzó a trepar hasta llegar a mi.
— Le prometí a Harry no dejarte sola. — dijo sin poder refutar algo ya que de inmediato fue hacia mi ventana para abrirla y meterse como sabandija.
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Editado: 23.08.2024