Emma, la caída de un ángel

Capítulo 10

Desperté con el cuerpo masacrado y magullado, con vendas por todos lados.

Mis ojos viajaron por toda mi habitación sin reconocer el lugar y traté de aferrarme a pequeños recuerdos de lo que pasó anteriormente para que estuviera en esta condición.

La sonrisa de Milton y las palabras que había dicho, vinieron directamente a mi cabeza. Después fragmentos de mi caída y mí recorrido hasta mi casa.

Miré al reloj en la mesita de noche y pude divisar las 2:00 de la tarde.

Estuve aproximadamente 7 horas inconsciente y me perdí la escuela.

No faltaba mucho para que los estudiantes salieran y Jared viniera a la casa para ver la razón por la que no había asistido.

De igual manera vería mi aspecto y podría darle una pista de lo sucedido.

Zayd entró a mi habitación y se quedó estático en mi puerta. Le devolví la mirada y el asomó su cabeza por la puerta llamando a Aine.

Zayd se aproximó a mi cama y se arrodilló frente a mí.

— ¿Emma? — preguntó.

— No, soy mi madre. — le dije rodando los ojos.

— Ya te extrañaba. —sonrió y yo junto a él haciendo una mueca de dolor. — Lo siento, no imaginé que sucedería esto. — se disculpó.

Asentí con la cabeza y cerré mis ojos.

— ¿Ya despertó? — gritó Aine entrando a mi habitación apresurada.

— No tan fuerte, Aine. — me quejé.

— Oh, lo siento. — se arrodilló a mi lado y tomó mi mano. — ¿cómo te sientes?

— ¿Qué sucedió? — me preguntó Zayd.

Aine le dio una mirada asesina.

Me quedé mirando a Aine. Pude ver la preocupación reflejada en sus ojos, como si yo fuera su hija de verdad. Pude ver su cariño hacia mí. Pude ver que no le importaba lo que fuera o los problemas que le podía causar, ella me quería como si fuera de verdad de su sangre.

Eso me conmovió totalmente.

— Me siento mejor, Aine, gracias. — le dije sinceramente.

Zayd me examinó completamente.

— ¿Qué pasó entonces? — preguntó aún con su intriga.

Aine lo asesino de nuevo con su mirada y yo le di un apretón a su mano que sostenía la mía.

— Está bien, Aine. — le di una sonrisa tranquilizadora. —Me dirigía a tu casa para platicar sobre lo de Daide. —  le confesé a los dos.

— ¿Qué? —preguntó Aine confundida. — ¿Quién es Daide?

La vi. Realmente no la quería herir.

— Es nuestra madre. — dijo Zayd.

Aine asintió comprendiendo.

— ¿A qué hora saliste de la casa? —Aine de verdad se veía preocupada.

— A las tres de la mañana. — miré mi ventana. — No me escuchaste porque escapé.

— ¿Y qué pasó?

— Vi que unos vengadores bajaban acá y después divisé a Milton, obviamente me escondí entre las casas pero no sé la causa por la qué Milton me sintió. — me quedé pensando un momento. — Bueno, escapé, luché contra unos vengadores, pero no pude esquivar a unos que cargaban una red con ellos, caí directo en su trampa. Milton me llevó por el bosque y con esto. — saqué mi navaja de bolsillo con dificultad. — Corté una soga y caí directo en los árboles del bosque. Lo que más me sorprendió es que mi cuerpo no resistió la caída como cuando caí desde más alto...

No miré un punto fijo. Miré a Zayd que tenía una mano en su barbilla tratando de entenderlo.

— ¿Y por qué ese Milton te buscaba? — preguntó Aine.

No les había contado de eso...

— Eh, él quería volverme su esposa y prácticamente escapé. — expliqué ocultando ciertas partes.

— Eso explica todo. — Zayd comprendió.

—Dejémosla descansar. —Aine besó mi frente y salieron de mi habitación cerrando la puerta.

Otras horas inconscientes no vendrían mal.

(…)



#23676 en Fantasía
#13817 en Thriller
#5669 en Suspenso

En el texto hay: angelescaidos, angeles y demonios, mortales

Editado: 04.04.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.