Desperté con los brazos de Jared rodeando mi cuerpo y una sonrisa se plantó en mi cara rápidamente, me giré con cuidado de no despertarlo y observé su hermosa cara descansada y sin ninguna expresión. Observé sus largas pestañas y sus carnosos labios. Con mis manos toqué sus finas facciones empezando por sus pómulos después su barbilla sus gruesas cejas y remarcando el contorno de sus labios.
— Entiendo que me quieras mucho, pero eso no te permite violarme. — dijo Jared sin abrir los ojos y con una sonrisa en su cara.
Mi sonrisa creció aún más y besé sus labios con amor. Él me estrechó aún más contra su cuerpo y besó mi frente dejándonos en un abrazo.
— Oigan chicos, ¿ya despertaron?... ¡¿Qué diablos?! — Mason entró repentinamente y cubrió sus ojos cuando vio la postura tan comprometida en la que estábamos. — Por favor díganme que tienen ropa.
Jared y yo nos reímos ante su reacción y Karla entró confundida a nuestra casa de campar.
— ¿Quién no tiene ropa?— miró a Mason con las cejas fruncidas y después me miró a mí y a Jared, que por cierto nos habíamos separado un poco.
Karla abrió sus ojos oscuros con impresión y su boca en una sonrisa abierta y después gimió como niña pequeña.
— ¡Oh, mi Dios! — gritó emocionada. — Ustedes dos tuvieron sexo. — susurró y gritó al mismo tiempo arrugando su nariz junto a su sonrisa.
— ¿Qué? — dijo Mason fulminándola con la mirada y luego a mí. — No me digan que es cierto, es demasiado.
Suspiré con la sonrisa aún en mi cara y me senté en el colchón con las sabanas rodeándome.
— ¿Y tú, Mason? — no quité mi sonrisa. — ¿No tuviste sexo?
Miré a Karla quien cambió su sonrisa por una pervertida y miró a Mason, pero después se dio cuenta de que nosotros también estábamos ahí y un sonrojo remplazó su expresión anterior.
— ¿Que qué? — dijo Mason nervioso. — ¿Yo? Eh... No... Es que... No. — miraba a todos lados menos a mi cara.
— Oh vamos. — dijo Jared pasando su brazo por mis hombros y mirándolos con una sonrisa. — Las capas de la casa son delgadas, traten de no hacer tanto ruido a la otra.
Mason se sonrojó por completo y yo me reí fuertemente mientras Karla se reía nerviosamente.
— Gracioso... Yo, eh, es decir...— se removía nerviosa y luego alzó su dedo indicando que una idea había surgido en su cabeza. — ¡Uh! ¿Tienen hambre? Apuesto a que sí.
Salió de la casa jalando a Mason del brazo platicando su idea para el desayuno y de cómo el clima estaba hermoso y finalmente nos dejaron solos.
Mi sonrisa no se borraba de mi cara y Jared besó mi cuello por atrás y después subió poco a poco.
— Apuesto a que la noche anterior te encantó. — ronroneó en mi oreja. — Deberíamos repetirlo más seguido...
— Chicos, Karla dice que la comida está lista y me mandó... — Helen se quedó estática.
— ¿Cuántos más van a poner esa expresión?— dijo Jared alejándose y poniéndose de pie con tan solo sus bóxers negros. — Buenos días. — pasó por el lado de Helen y salió al lago que habíamos encontrado mientras revisábamos el perímetro.
Mordí mi labio y puse un dedo en mi labio observándolo salir de la casa, me apoyé en mi antebrazo para poder ver a Helen. Mi cabello rubio platino caía por un costado dejando sus ondas caer libremente.
Solté mi labio y le sonreí mientras levantaba mis cejas con una expresión de "¿Qué te digo?"
— Oh Dios mío. — dijo Helen. — ¡Tuvieron sexo! — Helen hizo la misma expresión que Karla había hecho con su nariz pero ella cerró los ojos y gritó susurrando. — ¡Joder!
— Cállate. — le tapé la boca. — No quiero que nadie se entere.
— ¿Que nadie se entere? Por favor, la tela de la casa no es gruesa. Apuesto a que todos escucharon si quiera un pedazo de lo que pasó. — movió sus cejas sugestivamente.
— Ay por Dios. — me tapé la cara riendo.
— Tienes que contarme t-o-d-o. — se sentó en la cama. — ¿Estuvo bueno? ¿Qué tal él? ¿Cómo es? ¿Se divirtieron? — puso cara pervertida.