"No te hagas el duro, es un mundo libre, lo único que tienes hacer es enamorarte y jugar el juego del amor."
Freddy Mercury.
Samuel
-¡Como te atreviste a tirarme a la laguna!- Gritó, creó que ahora si se enojo pero no podía parar de reírme- Podría enfermarme o algo parecido, y todo por un estúpido juego tuyo.- Salió del agua y se dirigió a mí, intentando secarse en el camino, lo que hizo que estallara en risas. Sabía que no era el único que estaba riendo, porque podía escuchar a Logan y Bacarra desde aquí, y a las chicas diciendo que eran unos estúpidos.
-Eres un imbécil.- Dijo furiosa conmigo, clavándome su dedo índice en el pecho.
-Y tú, una tonta.- Contraataqué, lo cual hizo que su nariz se arrugara más y me fulminara con la mirada.
Sí las miradas mataran...
Ya me hubiese muerto hace tiempo.
-Eres un insufrible, insoportable, irritante y... Y... Ag.- Gruñó mientras levantaba los brazos al cielo exasperada por mi pequeña broma. Me acerqué más a ella y vi como se tensó ante mi acto, sus mejillas tomaron un leve color carmín.
-Sabes...- Murmuré en su oído con malicia- Ambos sabemos que estas muerta por mí.- Hice una pausa y me coloqué detrás de ella- Te pones nerviosa con mi presencia...- Pasé mi mano por su cuello para que sintiera mi tacto- Tu piel se eriza ante mi tacto...- Me acerqué un poco más a su oído- Así que... ¿Por qué no lo confiesas?- Fue mi última palabra.
Ella se giró despacio y me miro seria. Me alejé unos cuantos pasos, al mismo tiempo en que ella se acercaba lentamente hacia mí.
-Tienes razón, voy a confesar...- Unos centímetros nos separaban y no pude evitar perderme en sus ojos, era como si me estuvieran llamando.
Poco a poco fue acercado su boca a la mía y apoyando ambas manos en mi pecho, se impulsó hacia arriba, para acercarse más a mí. Hizo que nuestros labios se rozaran y enviara una fuertes corrientes de energía, que iban de uno a otro pero lo que ocurrió después no me dio tiempo a reaccionar. Cerré la boca, al igual que los ojos, para que no me entrara agua.
Me tiró, a mí. No lo puedo creer.
Pues créelo porque así fue, creó que ella te tendría que cuidar a ti.
Cállate, esto no se va a quedar así.
-¡Confieso que eres un egocéntrico e insoportable!- Gritó en medio de risas.
-¡Hermano!- Gritó Bacarra al lado de Paris- ¡Creo que ésta chica de aquí!- Dijo señalándola, mientras ella hacia una reverencia- ¡Te pagó con la misma moneda!
-¡Creo, hermano, que ese engendro insufrible me las va a pagar!- Salí de la laguna y la miré de reojo mientras pasaba por su lado, ella me sacó la lengua, la LENGUA, no podía ser más infantil- Inmadura.- Murmuré ofendido.
-Te escuché.- Dijo ella recostándose en el pasto, yo seguí mi camino hacia la casa para poder cambiarme de ropa.
Paris
Me recosté en el pasto para así poder secarme un poco y también para disfrutar del aire fresco. Siempre me gusto estar sola al aire libre, era como si dejara que mis pensamientos y emociones salieran a la luz, pero ahora un sentimiento inundaba mi cabeza, sin dejarme de pensar en otra cosa.
-Samuel...- Susurré para mí misma. Por suerte nadie me había escuchado porque todos entraron a la casa después de él, fui la única que se quedo afuera.
¿Quién era?
Esa pregunta rondaba mi cabeza y me desorbitaba. Lo sentía conocido, sin embargo, no lo había visto antes...
Supongo que me estoy volviendo loca, es imposible que nos conozcamos, no obstante, lo que más me resulto extraño fue esa corriente eléctrica que sentí cuando rocé mis labios con los suyos. Fue como si nuestros cuerpos ya se conocieran y estuvieran pidiendo a gritos que nos juntáramos de vuelta.
Te estás volviendo loca Paris.
Lo sé. ¿Qué puedo hacer al respecto?
Podrías besarlo
Reí ante la idea de besarlo, sentir sus labios sobre los míos, sus manos en mi cintura mientras me rodea con sus hermosas alas blancas y después me lleve a volar por el cielo...
-Hola Paris, ¿Cómo has estado?- Una voz se hizo presente. Me levanté de golpe y vi a un hombre vestido de traje delante de mí.
-¿Quién eres?- Pregunté confundida- ¿Cómo sabes mi nombre?- Mantuvo silencio, al mismo tiempo que se iba acercando a mí. Al momento de estar a tres pasos de mí, se detuvo y me observó detenidamente.
-Yo sé todo sobre ti, como de todos los que están en esa casa.- Hizo una pausa y después continuó- Bacarra, Logan, Adara, Emma... Prácticamente los conozco desde que los crearon.- Acomodó un mechón detrás de mi oreja y volvió a tomar una posición rígida.
-¿Qué quieres entonces?- Pregunté de manera fría, no iba a dejar que toque a mis amigos.
-A ti.- Dijo caminando alrededor mío como un depredador- Quisiera mostrarte algo...- Se paró donde había estado hace unos segundos- Algo que quizás te pueda interesar.- Concluyó con una sonrisa.
-No creo que tengas información que me interese.- Dije segura, éste asintió y se giró para marcharse.
-Pensé que querías saber quiénes fueron tus padres y que les pasó.- Estaba por entrar hasta que lo escuché murmurar.
-¿Qué sabes tú de mis padres?- No sé si era buena idea pero quería saber quienes eran y por qué me habían abandonado.
-Me los llevé hace mucho tiempo...- Giró mirándome sin ninguna expresión.
-¿Quién eres?- Sin responder o dejarme decir algo más salió corriendo hacia el bosque y sin pensarlo, lo seguí.
La noche cayó, apenas podía ver en la oscuridad del frondoso bosque pero no me detuve. Seguí el ruido de las pisadas que se escuchaban adelante mío. De repente, no se escuchaba nada y me detuve en seco. Estaba en el mismo lugar donde minutos atrás me encontraba con Samuel. Intenté volver a escuchar de nuevo las pisadas pero no ocurrió, entonces me senté frustrada en el tronco secó y bajé la mirada a mis pies.
-¿Dónde estás?- Dije frustrada cerrando mis ojos. Esto no me podía estar pasando, primero siento que algo me falta y ahora esto, mi única opción de saber quiénes son mis padres se había esfumado en el aire- ¿Por qué la vida es tan cruel?- Cerré con más fuerza mis ojos para que no se escaparan las lágrimas que estaba reteniendo y sin perder más tiempo, me encaminé hasta la casa.
-¿Dónde estabas pequeña?- Me preguntó Bacarra mientras pasaba un brazo por mis hombros.
-Fui a caminar un poco, y me perdí tanto en mis pensamientos que no noté cuanto me había alejado.- Mentí, nadie podía saber lo que había pasado, además, no estaba segura si de verdad ocurrió o fue tan solo una alucinación.
-Cuidado, ya te expliqué el tema de los ángeles, demonios y los otros... Nos están buscando por desobedecer.- Rio y volvió hablar- Somos un grupo problemático, me gusta.- Reí con él, ya me había explicado que nos buscaban los ángeles, demonios, ángeles oscuros y todo eso. Habíamos roto las reglas naturales y merecíamos ser castigados pero gracias a Bacarra que hechizo la casa junto con Adara nadie sabe donde estamos.- Ven, vamos a sentarnos a la mesa que ya esta lista la comida pero acá entre nosotros, pienso que Adara hechizo la comida de Logan, no le digas a nadie.- Empezamos a reír mientras nos encaminábamos al comedor.
Estaban todos sentados, solo faltábamos Bacarra, Adara y yo. Mi amiga fue la última en sentarse ya que era la que traía la cena.
La comida transcurrió en armonía sin hechizos ni peleas, al contrario, todos charlaban y reían. Amaba el comedor porque tenía un gran ventanal que dejaba una grandiosa vista de la laguna y el bosque. Me quedé mirando la hermosa vista hasta que algo llamó mi atención. Alguien estaba caminando alrededor de la laguna, era un hombre.
Cuando este notó que lo observaba, levantó la vista para fijarla en mí. No pude evitarlo y me atraganté con la comida que estaba masticando, era el mismo hombre que me había dicho lo de mis padres. No podía correr mis ojos de él.
-¿Quieres saber de tus padre?- Lo escuché en mi mente, mientras tocia, afirmé con la cabeza. Él sonrió y chasqueó los dedos, entonces caí al suelo.
No entendía que estaba pasando pero no podía moverme. De un momento a otro me sentía cansada, los ojos me pesaban y me dejé caer en un sueño profundo.
#2953 en Paranormal
#22689 en Fantasía
#9056 en Personajes sobrenaturales
prohibido, demonios seres sobrenaturales, secretos mentiras desilusion romance
Editado: 16.03.2019