En Busca de Ti - Lunay #1

CAPÍTULO 3: Nadie más habla

NARRA MADISON

Aclaré mi garganta y hablé

—¿Qué pasa?, bien yo te explico, ves esto— eleve mi celular—, esta vuelto mie*da, y necesito que tus amigos me respondan— levante mi ceja y me cruce de brazos

Él me miró algo incrédulo y entre abrió los labios para responder, pero no alcanzó a pronunciar una palabra, porque fue interrumpido

—A ver niña ¿Sabes quién es él? —dijo al parecer un empleado del centro comercial señalando al chico frente a mí.

Odio con todas mis fuerzas que me digan "niña", esto se va a poner feo

—Si, lunay, ¿Y? Podría ser el príncipe de Inglaterra, pero eso no lo hace más que cualquiera de los que estamos aquí, además —Mire al boricua — que seas un famoso no significa que puedas pasar por encima de las personas, hacer y deshacer a tu conveniencia

—Bueno, para que la niña deje de llorar tenga— otro empleado del centro me tiro, si, leyeron bien, Me tiro, un billete de 50 a los pies

—¿Crees que soy una pu*a o qué?, ¿Por qué no va y se lo tira a su abuela? —exploté envuelta en furia, inmediatamente sentí la mano de Elisa envolver mi brazo, alejándome de ellos

—Oye, cálmate

—Mira... —eleve mis cejas esperando a que el chico frente a mi hablara, pero de su boca no salió nada.

—¿Te comieron la lengua los ratones? — eleve una ceja.

—Mire niña, señorita o señora, como prefiera que le digan, es mejor que se haga a un lado o...

—¿O qué? — respondí al empleado del centro, mientras me soltaba del agarre de Elisa.

Pero antes de me respondiera se escuchó un estruendo y después un grito.

—¡Está aquí!, ¡Lunay está aquí!

Inmediatamente se escucharon un montón de gritos de chicas y la cara de las personas frente a mi bajo tres colores, después reaccionaron -lamentablemente antes que nosotras- y comenzaron a avanzar llevándonos por delante.

No nos quedó más remedio que correr con ellos, pero al llegar a la salida habían un montón de chicas más, que gritaban, lloraban y saltaban.

Sin querer choque con alguien, pero antes de darme cuenta con quien fue, sentí un fuerte golpe en mi cara, y entre los gritos y los empujones, perdí la noción del tiempo y el espacio.

Hasta que sentí un fuerte jalón de mi brazo, mientras entraba a una camioneta.

NARRA LUNAY

Me sentí idiota al no poder formular una frase completa frente a ella, y por más que buscaba en mi cabeza una explicación no encontraba ninguna que tuviera lógica del porque no lo hice.

—¿Te comieron la lengua los ratones? — dijo sacándome de mis pensamientos, su ceja se elevó, pero antes de poder contestarle fui interrumpido por el guardia junto a mi.

—Mire niña, señorita o señora, como prefiera que le digan, es mejor que se haga a un lado o...

—¿O qué? — respondió enojada al mismo tiempo que se separaba de su amiga.

Quise intervenir pero un estruendo, seguido de un grito me lo impidió.

—¡Esta aquí!, ¡Lunay está aquí!

Inmediatamente se escucharon un montón de gritos de chicas, la sangre me bajo a los pies, sentí un empujón y comenzamos a avanzar llevándonos a las chicas por delante.

A penas salimos del lugar habían más chicas esperándonos afuera, de inmediato todos hicieron un círculo a nuestro al rededor cuando las chicas comenzaron a abalanzarse en nuestra dirección.

Alguien chocó contra mí, gire y era la chica de hace rato, otra chica fuera del círculo la miro enojada y le dio un golpe fuerte en la cara, mi primer instinto fue tomarla del brazo y como pude subí a la camioneta.

NARRA MADISON

Cerré mis ojos unos segundos y los volví a abrir, justo cuando la camioneta se puso en marcha, una punzada demasiado fuerte me hizo arquear de dolor, lleve mis manos a mi nariz pero de inmediato me arrepentí maldiciendo. Estaba sangrando.

Despacio e intentando no moverme mucho abrí los ojos de nuevo en busca de mi amiga, cuando la vi sentada junto a ¿Kevin?, pude tranquilizarme un poco más.

Ella me miro preocupada y como pudo se acercó para sentarse junto a mi.

—¿Estas bien? — me tocó la nariz y yo hice una mueca mientras quitaba sus manos de mi cara.

—¡De maravilla! —ironice— Mi celular vuelto mierda, llena de helado y ahora al parecer con el tabique desviado. Estoy tan feliz— sonreí falsamente.

—No es para tanto-hablo el chico frente a mi.

Lo fulmine con la mirada conteniendo las ganas de lanzarme a golpes sobre él, de verdad que tenía demasiado mal humor, este día no podría ir peor. En mi mejor intento por ignorarlo eché mi cabeza hacia atrás dejándola caer suavemente en el espaldar, aun así hice una mueca cuando la punzada de dolor me volvió a atravesar el rostro.

—No seas dramática— volvió a hablar y juro que por un momento lo vi de colores por el enojo que tenía. Me enderece un poco.

—¿Dramática?, ¿Me has visto? Estoy sangrando, es San-gre— vocalicé, entrecerró los ojos y yo di un chasquido con mi lengua— ¡Oh! Pero perdón San Lunay, se me olvidaba que tu sola existencia es más importante que todos nosotros, los simples mortales.

Vi como su rostro cambio a uno demasiado serio y entre abrió los labios para responder, pero antes de que hablará, Elisa interrumpió.

—Bueno, ya basta, dejen de pelear— gruño irritada—, haz la cabeza para atrás y cállate.

Sin delicadeza me hizo volver a mi posición anterior, maldije de nuevo y ella susurro un "lo siento", uno de los acompañantes de lunay le pasó un trozo de papel y, esta vez, con delicadeza lo paso por mi nariz.

Pasaron unos minutos y yo solo sentía como la ira corría cada vez con más intensidad en mi sangre, no sabía porque estaba más enojada, si por haber perdido el teléfono que más me costó pagar o por haber terminado con el tabique roto. Suspiré pesadamente y antes de pensar mis palabras hablé.

—¿Pueden parar la camioneta? Me quiero bajar.



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En el texto hay: fanfic, cantantes, lunay

Editado: 03.05.2024

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