En Busca de Ti - Lunay #1

CAPÍTULO 21: ¡Te esperé durante años!

NARRA MADISON

Sentí como la sangre me bajo a los pies y volvió a subir, por un momento vi todo negro. Pero hice mi mejor intento por disimularlo, asentí tragando saliva.

—¿De qué? —mi voz salió en un hilo prácticamente inaudible, carraspeé y volví a hablar— ¿De qué murió?

—Cáncer cerebral —habló despacio.

—¿Hace cuánto? —mi corazón cada vez se volvía más pequeño en mi pecho.

—Dos meses.

—Vaya hora de avisarme —la tristeza se convirtió en ira dentro de mí, antes de que hablara lo interrumpí—. Gracias por avisarme, dos meses tarde —mi sarcasmo salió a la luz—. Se puede ir a la mierda señor Parker.

Di dos pasos y su voz llegó a mis oídos.

—Aun no acabo.

—Pues yo sí —pasé por su lado y un fuerte agarre de mi brazo me hizo volver a mi antiguo lugar.

Inmediatamente los chicos me rodearon creando aún más distancia entre nosotros dos.

—No puedes seguir huyendo, si hubieras vuelto cuando te lo pedimos —la ira se notaba en su voz, pero eso no me iba a intimidar.

—¿Ahora es mi culpa? —pregunté con incredulidad— ¿Quieres que te recuerde que ustedes me sacaron de su vida? O ¿Que mientras ella se estaba muriendo tú te estabas casando con esta tipeja?

—No me culpes a mí, todos cometemos errores y no eres quien para juzgarnos sin saber nada —su tono de voz cada vez subía más.

—¿Y tú sí? —grité saliendo del círculo entre los chicos— Tú —lo señalé con mi dedo índice— Tú me culpaste por la muerte de Maison, ¡Sin saber cómo pasó!

—¡Quise remediarlo en cuanto me enteré! —grito a un más fuerte que yo— ¡Pero decidiste rechazarnos!

—¡Lo intentaste una vez!, ¡solo una vez! y ¡Te rendiste!, ¡Te pareció mejor idea irte a casar con esta Zorra mientras mamá moría lentamente y no sabías nada de tu hija!

—¡No le hables así! —dos grandes pasos resonaron en la sala, él estaba a escasos centímetros de mí, su mano levantaba a punto de darme una bofetada, antes de que alguien pudiera reaccionar el retrocedió y bajo su mano.

Suspiró.

—Amanda está esperando una niña, tu hermana, así que respétala —hablo entre dientes.

A este punto ya no sabía que sentía, rabia, dolor, tristeza y muchas emociones más que se hacen muy difíciles de explicar invadían mi cuerpo.

—Felicidades— sonreí falsamente, pero entonces comprendí que esa pequeña niña no tiene la culpa de nada, mucho menos de tener un padre como él- Si lo que creías es que me enojaría, no es así, mientras pueda amare a esa niña con todo mi corazón porque ella no tiene la culpa de tener a una mierda de padre como tú.

—Madison, si, cometí un error, pero no puedes crucificarme toda la vida por ello.

Solté una carcajada sin gracia.

—Un solo error —me acerqué a él—, tal vez sí, solo fue uno, que desencadenó muchos más —hablé con rabia en mi voz.

—Ilumíname —habló desafiante.

Lo miré por unos segundos, no iba a desaprovechar la oportunidad de decirle todo lo que sentía y que por años me tragué.

—La última vez que recuerdo que fueras un buen padre, fue aquella noche en la casa de campo, cuando tenía miedo de la tormenta y fuiste a protegerme. Me prometiste que estarías ahí para mí, que me protegerías siempre —mire a un lado de la habitación mientras tomaba aire para seguir—. Pero ¿Qué paso al día siguiente?, volvió a llover y por más que lloré, grité y te llamé jamás volviste. ¿Por qué? —pregunte con ira en mi voz.

—Tenía trabajo —habló rápidamente.

—La verdad —demande enojada.

Él lo pensó unos minutos y habló.

—Estaba con alguien.

—Con ella —señalé a la mujer a escasos pasos de mi.

Él asintió lentamente.

—A partir de esa noche, aunque no quería, comprendí que jamás cumplirlas esa promesa.

—Madi

—Hubo momentos en donde todo lo que tenías que hacer era ser mi padre —hable lentamente escupiendo toda la rabia y dolor que por años me guarde— E incluso entonces, jamás tuviste tiempo para mí, entonces tú —lo señalé— me despreciabas. Estuve tan perdida, estuve perdiendo mi mente— a este punto ya era imposible calmarme, las lágrimas salían sin control—. Y lo peor es que ni siquiera lo veías, ni siquiera te importaba. ¡No deberías "hacer" personas si vas a abandonarlas, porque van a sentir que hicieron algo mal toda su vida! —grite ante él sin recibir respuesta—. Después de que Mais murió, yo solo era una niña perdida, que no importaba y pensaba que nunca lo haría, que lloraba todas las noches porque quería tanto a sus padres de vuelta, y nunca podía entender porque renunciaron a ella —me acerqué aún más a él—. ¿Por qué no me quieres? —pregunté prácticamente con el corazón en la mano, pero no recibí respuesta—. Te estoy rogando que por una vez en tu vida seas honesto conmigo, que te preocupes por mí —no recibir respuesta me desesperó— ¿Sabes cómo estoy?, ¿Que me da miedo?, ¿Sabes cuál es mi película o mi color favorito? ¡No!, ¿Sabes por qué? Porque no estuviste cuando más te necesité —con ambas manos tomé mi cabeza en un acto de desespero, pero antes de hablar las quité desesperada, sentía que todo me daba vueltas, mi cabeza y pecho dolía, mis ojos ardían y sentía que la casa caería encima mío en cualquier momento—. No sabía si volverías y, aun así, espere por ti, a que me lo explicaras o que te disculparas o que te dijeras que me amabas, una carta, un mensaje, una llamada ¡Te espere durante años!, pero nunca volviste —a este punto me veía destrozada, estaba en mi estado más vulnerable.

—Madi —la voz de Elisa llegó a mis oídos y me calmó un poco.

—Desearía que esa niña —señale el viene de Amanda—, no viniera aquí, y no porque no la quisiera, es porque en mi experiencia, los padres solo saben causar dolor, ya sea por su presencia o por su ausencia, hay cierto daño que solo los ellos pueden lograr —pause unos minutos, unos minutos que fueron el mismísimo infierno—. Pero tú nunca lo entenderás, o mejor dicho nunca te importará.



#3267 en Fanfic
#3752 en Joven Adulto

En el texto hay: fanfic, cantantes, lunay

Editado: 03.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.