2015- marzo- 03
Había pasado un semestre desde que entre a la universidad, parece broma pero el tiempo se pasa muy rápido entre tantos trabajos y tareas, a veces creías que faltaba un mes para el primer examen, cuando en realidad ya solo faltaba una semana para evaluaciones, pero poco a poco comprendía más las materas, ya no pesaba tanto como los primeros dos meses, pero ahora era momento de poner en juego todo lo que comenzamos a aprender, y si, faltaban poco más de 4 meses para que pasáramos al siguiente nivel, debido a que el sistema de educación de la universidad se basaba por semestres un año se dividía en dos semestres (primer año = 1ro y 2do semestre). Era muy pesado porque cada mes era una evaluación, ¡qué va! Eran más de una evaluación, 8 materias, una semana para evaluaciones y todo cada inicio de mes … - ¡Ay! - claro que te la vives en la universidad, pero el final de evaluaciones era lo mejor, tenías tiempo libre y podías celebrar con tus amigos (si pasabas los exámenes) o en su defecto, sufrir en la biblioteca con George “El bibliomanía” (en si era el bibliotecario de la escuela); para poder pasar tus exámenes finales.
George, el bibliotecario, o como los demás le decían “El bibliomanía”; se le designo ese apodo debido a que si no llevabas a tiempo los libros, no llevabas tu credencial de estudiante, no sabías la bibliografía (al pie de letra) del libro que necesitabas o el autor del libro que querías… se molestaba y George molesto te vetaba cuando más necesitabas libros o incluso las computadoras de la biblioteca para estudiar; hacía de todo para que tu no obtuvieras la información y llegaras pidiendo clemencia a su (reino de sabiduría) “así le decía a la biblioteca”. En fin, Lucy, Aiden y yo casi nunca hicimos enojar a George… tal vez solo una vez cuando a Aiden se le olvido el nombre de algún libro de la Dra. Ballesteros. Tardamos un poco en calmar a Aiden y otro tanto en que George no se molestara, pero solo fue una vez.
Entre más pasaba el tiempo existían más cosas entre nosotros tres, comíamos juntos, nos quedábamos a estudiar juntos y si teníamos problemas con tareas o proyectos nos apoyábamos los tres; para trabajos grupales siempre éramos los tres y un pilón cuando eran grupos de 4. Vimos a muchos de nuestros compañeros desertar con el paso de los semestres, recuerdo que en solo en el primer año se fueron 20 alumnos, por diversas razones (falta de dinero, adeudo de materias, embarazos… etc.) pero lo más frecuente era o por falta de dinero o por adeudo de materias.
Aiden. - ¿Se dan cuenta?
. - ¿Qué cosa?
Aiden. - no cualquiera estudia esto, y es solo el principio.
Lucy. - ¿a qué te refieres? – no es culpa de uno no tener dinero para la universidad, sabes que es una inversión cara-
Aiden.- Lucy… es independientemente del dinero, yo pudiera pagarle la universidad a alguien si lo valiera, si demostrara el interés por seguir estudiando o está el proceso de becados de la misma universidad, pero ¿acaso hacen algo para sacar provecho? – no hacen nada - solo se excusan en “no tengo dinero” pero hay compañeros que estudian y trabajan al mismo tiempo y cumplen con todo, ay algunos que no trabajan, solo estudian pero ¿acaso sacan buenas notas para sacar la beca y decir “quiero seguir estudiando” “me gusta estar aquí y quiero salir de aquí”.
. - Pero también entiende que muchos por falta de tiempo por el trabajo dejan la escuela o tienen otras prioridades como su familia y más gastos.
Aiden. - cierto y no podemos objetar nada con eso, pero a lo que voy, se nota cuando la persona tiene el interés de aprender, de seguir sin importar las adversidades; a eso me refiero, muchos de los que se fueron fue porque no les interesa saber más de esta materia, no les gusta y no puedes obligarlos a quedarse ¿Qué clase de profesional seria? ¿un reprimido? – ahora, tampoco es solo pasar por pasar, materias, algunas si, pero en este caso debe apasionarte todo lo que estas aprendiendo-.
Lucy. - tu querías ser médico ¿eso te hace un reprimido?
Aiden. – No, si no me aferro, Si quiera ser médico, puedo enviar mi solicitud y que mis padres me transfieran a una escuela de medicina… pero tengo un motivo para seguir aquí aprendiendo y es por mi abuelo, quiero brindarle lo mejor y dentro de esta rama… sé que podre lograrlo, tal vez no podre sanarlo como médico, pero puedo brindarle una mejor compañía como Gerontólogo.
Cada uno tenía un propósito por el cual seguir, un camino forjado, me sentí mal porque aquella ocasión cuando escuché a Aiden decir eso, sentí de nuevo que no tenía un camino por el cual seguir ¿Cuál es mi objetivo? ¿Cuál es mi camino? ¿Hacia dónde quiero llegar estudiando esto?… volví a cuestionarme sobre lo que quería - ¿llegaría a ser una reprimida por no estudiar algo que me gustaba? - Pero… me gustaba aprender cosas nuevas, había mucho por descubrir dentro de esta carrera, pero, faltaba algo que me motivara a seguir con todo esto; Aiden tenía como motivación el bienestar de su abuelo, si no podía ser médico, mínimo podría brindarle una mejor calidad de vida. Lucy descubrió que su objetivo era seguir retroalimentándose sobre más información de la Gerontología, le gustaba la investigación, pero también le molestaba que no muchos se interesaran en seguir difundiendo más información sobre este ramo de la salud y para eso quería ser investigadora. Pero ¿yo? … aun no forjaba un objetivo como tal y eso era lo más preocupante … bueno, al menos para mí.
Dentro de la clase teníamos una compañera la cual era más grande que todos nosotros, se llamaba Roció, ella era una mujer plena, muy madura de 55 años de edad… pero era un desastre como alumna; le gustaba ser una de las graciosas del salón, a veces bromeaba con los profesores o decía freses entre las clases las cuales nos hacían reír o nos ponían en vergüenza y algunas otras ocasiones en problemas (jeje). Era todo un caso esa mujer, tenía un carisma sin igual, siempre sonreía y disfrutaba cada momento; estaba casada y tenía 3 hermosos hijos (dos varones y una mujer) los cuales también tenían su carácter tan lindo, tranquilo y único… era un ejemplo a seguir. La disfrutamos mucho durante los primeros dos semestres, pero cuando volvimos a clases después de las vacaciones algo no estaba bien en ella; durante el periodo de reinscripción la vimos algo decaída, pero cuando le preguntabas si todo estaba bien ella solo respondía con una gran sonrisa y decía que tenía que pensar ciertas cosas sobre la escuela y materias posiblemente por el tiempo no podría cursar (vaya que nos engañó bien), la realidad es que ella tenía cáncer y eso lo supe por su mejor amiga la cual vi llorar un viernes 14 de Septiembre del mismo año, íbamos ya cursando el segundo año (3ro semestre) de la carrera y la vi sentada llorando en las escaleras durante una hora libre que teníamos debido a que el profesor designado falto a clases, me acerque a ella y le pregunte si todo estaba bien, cuando me dio la noticia… a la vez, pidió que no le contara a nadie lo sucedido ya que ella venia ocultado eso casi 20 años de su vida, para esto solo su esposo y esta niña sabían claramente lo que padecía.
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Editado: 07.09.2021