Para ser mi segundo día en la casa de la luna, no estuvo tan mal, pero aun así había cosas que pensar, planificar y actuar. Podía ver todo el contexto de desarrollo, pero no sabía por dónde empezar, tenía personas con diferentes capacidades, necesitábamos cumplir todas las demandas de cada uno de ellos, lo que mas me sorprendía era que el departamento de enfermería no estaba cumpliendo ciertas funciones y eso retrasaría mi avance. Al parecer solo se hacían mas cargo de los dos pacientes con Alzheimer, a los demás los dejaban un poco a su suerte, entiendo que sigan siendo independientes, pero con limitaciones moderadas y eso era lo que había que potenciar, pero julieta y Rossana no ayudaban en mucho.
Pude notar que los expedientes están mal, que las cifras manejadas en los signos vitales estaban normales, cuando muchos de ellos tenían ciertas des variaciones, estaba un poco desesperada, atareada, apenas había entrado y ya era un desastre. - ¿Qué está pasando? - me lo preguntaba mientras estaba sentada en la sala.
Adamari. - ¿hola? ¿se puede?
. - Adelante ¿dime?
Adamari. - no me presente, pero, me llamo Adamari, mucho gusto, tu eres la especialista ¿no?
. - sí, soy Cloe. - mucho gusto.
Adamari. - me dijeron que te mostrara tu habitación, ya es casi noche, así que ven sígueme.
. - Deje mis cosas en recepción… no se si quieras acompañarme.
Adamari. - Claro! Vamos. – y bien. ¿Qué te pareció el lugar? ¿Cómo diste con él?
. - Bueno, es curioso que lo preguntes, pero me pareció muy lindo, me agrada el lugar. Lo vi en un folleto.
Adamari. – Oh! Vaya, que bien ¿Qué piensas de nosotros?
. - se ve que son un gran equipo, no quiero importunar.
Adamari. - para nada, solo no hagas mucho caso a lo que te digan julieta y Rossana, esas mujeres son malas.
. -Se nota…
Adamari. - ¿Qué cosa?
. - Que no son del agrado de nadie.
Adamari. - Ellas se lo buscaron, tu solo has lo tuyo y listo.
. - Gracias, si necesitas algo solo dímelo.
Adamari. - gracias, que linda, nos llevaremos bien.
. - El oírte decir eso me recuerda a una vieja amiga.
Adamari. - ¿así? ¿Puedo saber cómo se llama?
. - Lucy…
Adamari. - vaya, ¿eran muy amigas? ¿Qué paso?
. - en sí, nada, solo nos distanciamos, ella seguramente esta cerca de donde yo vivo, yo estoy aquí en la ciudad y… el… no sé dónde está.
Adamari. - ¿Quién es el? ... perdón, hable de más.
. - No, está bien jeje era solo un amigo.
Adamari. - por como lo dices suena a un más que amigo.
. - ¡ay! ¿cómo crees? jaja no, nada de eso.
Adamari. - bien si tú lo dices… bueno, esta es tu habitación, yo me encuentro en la habitación de enfrente, cada una tiene su baño propio, agua caliente y de más, el patio de servicio está bajando las escaleras.
. -Gracias, que linda.
Adamari. - me da curiosidad saber como era aquel chico, tu “amigo” lo recuerdas con mucha nostalgia.
. - no era nada del otro mundo, solo una persona normal, con gustos extraños, con ojos profundos llenos de misterio, era tan frio, pero cuando se volvía cálido era una sensación extraña, su presencia se sentía a cada paso que el daba. Era una persona con mucha presencia.
Adamari. - wao!... ¿era guapo?
. - (ajajaja)… Quizá… muchas compañeras estaban detrás de él, pero a ninguna le hizo caso (ajaja).
Adamari. - qué tipo… y ¿Qué te pareció Alejandro o Armando? Son lindos ¿no? Entre casi al mismo tiempo que ellos, nos hicimos muy buenos amigos y casi no les hablamos a las otras dos por como son.
. - Entiendo… pero ¿Por qué lo preguntas?
Adamari. – curiosidad, aparte, vi a Alejando muy al tanto de ti, quizá le gustes, ese hombre es un príncipe, las señoras lo adoran.
. - sí… me di cuenta, jaja muy aventado.
Adamari. - cambio, entes no era así, pero quien sabe.
. - ¿Cuánto tiempo llevan aquí?
Adamari. - 3 años.
. - vaya mucho tiempo ¿a ti no te gusta ninguno de los dos?
Adamari. - quizá armando, jaja ya tomaste confianza eso me agrada.
. - Ay perdón…
Adamari. - no pasa nada, es normal, si me gusta el, pero… esta encaprichado con julieta.
Pasamos horas y horas hablando sobre chicos, comida, fiestas, lugares por ver, era algo lindo encontrar a alguien que me recordara a Lucy, pensaba siempre que donde quiera que estuviera, que siempre le fuera bien.
A la mañana siguiente debía levantarme a las 8:00am para comenzar con mis labores a las 9:30am ya que a esa hora Raquel y Ramiro se levantaban; cuartos diferentes, actitud semejante… un desastre mañanero.
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Editado: 07.09.2021