Abrí la puerta despacio pero pude ver que se veía confundido y apenado, es algo que siempre amé de él, tenía una forma muy expresiva de hacerme ver que cometió un error, tenía sus manos cruzadas por detrás de su espalda, lo conozco ¡escondía algo!, levantó la mirada y sacó unas flores maltratadas que no sé de dónde arrancó, ¡así era él, muy torpe pero tierno, lo abrace! me dijo:
-¡Perdóneme ya supe que no fue usted y me siento muy mal de todo lo que le dije y todo lo que le grite!, él se disculpaba mientras yo disfrutaba del calor de estar entre sus brazos, hacia tanto que no lo sentía, tanto que no lo abrazaba, antes de todo esto, el trabajo nos separaba demasiado y a veces sólo podía verlo los sábados, pero mis hijos me absorbían demasiado, ¡ellos no sabían ni entendían, ni siquiera imaginaban que mi esposo también necesitaba de mis cuidados!, ¿y yo? bueno como cualquier madre siempre fueron primero mis hijos y es que las que son madres sabrán entenderme que es más fuerte el sentir la necesidad de darles tu tiempo y de protegerlos y de estar con ellos que cometemos el error de descuidar a nuestra pareja con esa disculpa tonta que nos damos en silencio pensando luego se lo compenso, ¡pero en mi caso duele mucho saber que jamás lo hice!, haber muerto me hizo comprender muchas cosas y una de ellas era esto, el tiempo que descuide a mi marido y mi matrimonio por culpa de la monotonía y de el tener que trabajar para salir adelante, me soltó despacio, siento que no quería incomodarme y me dijo: -No le dije a los niños lo que paso, algo en mi interior me decía que debía esperar, ellos sólo supieron que su papá tenía que ir a la policía pero no dejan de preguntar por usted, ¡sobre todo mi hija!, lo tomé de la mano y lo invite a tomar un café, él entró, veía mi casa asombrado, nuestra casa era humilde no nos faltaba nada ¡pero no teníamos las comodidades que tenía la casa de Laura!, el miró alrededor diciendo su casa es muy bonita, yo preparé café y le dije: -¡Háblame de tú, no me hables de usted!-, el corrigió -¡tu casa es muy bonita!-, -¡muchas gracias!, ven a la cocina platiquemos un poco antes de que este el café, se sentó se veía guapo, si lo se tal vez parezca tonto pero yo lo veía ¡muy guapo!, era mi esposo después de todo, el me dijo: -¡No puedo creer como es posible que existan personas con tanta maldad y que le hicieran a Leticia tanto daño!-, yo me quedé pensando ¡ahora ya no soy su esposa!, ¿ahora soy sólo Leticia?. Me daba mucho coraje que se comportara así, ¿acaso le gustaba tanto Laura?, sí lo sé yo era Laura pero era confuso pensar que le atraía más este cuerpo, aunqué siendo sincera el otro lo había descuidado mucho y Laura era una mujer muy atractiva, los celos y la confusión me invadían, así que un poco molesta le di su café, pero como siempre ¡él no se dio por enterado!, miro a todas partes y dijo:
-¿las personas de las fotos son su familia?-, Si dije yo de inmediato, ¿cuánto tiempo tiene viviendo aquí?, esa pregunta no supe cómo responderla la verdad era que con todo esto no me había dado a la tarea de investigar bien la vida de Laura, entonces recordé, el diario aún no lo terminaba la noche del arresto, Sofía se lo había quedado, así que le dije: -¡Un buen tiempo ya!-, él me dijo la familia de mi esposa no era de esta ciudad, ¿la suya si?, esto era un caos pero no lo había pensado era verdad que en estos días nadie se había comunicado preguntado por Laura, según entendí ella no era apegada a nadie pero creo que si iba a tener que vivir con el cuerpo de Laura de cierta manera tenía que aprender su historia o por lo menos saber quiénes estaban en las fotos, sonreí diciendo y ¿qué harás ahora que el asesino de Laura esta tras la rejas?, supongo que te sientes mejor ahora, él se quedó muy serio y dijo la verdad no, la verdad es que siento que haga lo que haga nada me va a devolver a Leticia, yo lo miré a los ojos y le tomé la mano, ¿de verdad sientes que nada te la devolverá?, él me miro y dijo: -La he soñado varias veces, me dice que me enamore que haga mi vida y que haga una familia pero la verdad es que no tengo fuerzas para hacerlo, nunca he sido fuerte, ella era la que me movía, era la que siempre daba la cara por mí, ¡yo siempre fui un inútil que ella sabía darle siempre una guía para hacer las cosas, pero ahora me siento tan perdido sin ella!, a veces ni siquiera atiendo bien a mis hijos, ¡dependíamos mucho de ella!...sí, me deja tranquilo saber que el que la daño está pagando su condena pero eso no cambia la realidad de que llegaré a casa y no estará esperándome, y que los niños aún la sueñan y me preguntan si algún día despertaran y estará ella, ¿te cuento algo?, hace unos días mi hija tomó unas monedas y las hecho a la fuente de la catedral diciendo que deseaba que ella volviera, ¿cómo decirle a una niña que la magia no existe y que nada traerá a su madre muerta?, ¿cómo decirle que crecerá solo con lo que alcance a salvar de recuerdos de ella?, ¡todos los días le hablo de su mamá, quiero que su mentecita la siga teniendo ahí, no quiero que la olvide!, mi hijo cada vez más rebelde pero no puedo, no quiero regañarlo, tiene ese dolor tan profundo y esa mirada de abandono que de alguna forma le hemos provocado, ¡he dejado de estar con ellos por el trabajo, el dejarlos encargados y al mismo tiempo sobrellevar mi dolor!, siento que quiero estallar a veces, ¡quisiera morirme y alcanzarla!, ¡pero jamás me perdonaría que dejara a nuestros pequeños solos!.