Algo que realmente odiabas eran las estadísticas, mucho más cuando se trataba de la muerte de alguien porque lo nombraban como una cifra, renegabas, tu ceño se fruncía, no creías que era justo para los seres queridos de esa persona, en medio de esas disputas internas que tenías me preguntaste ¿Qué pasaría si me pasa algo y no se conocen las causas?.
Recuerdo que te miré mientras recalcaba que eso no pasaría, que si algún día te pasaba algo, me enteraría con nombres, apellidos, hora exacta y lugar, que iría a buscarte que seguramente te encontraría con una sonrisa de oreja a oreja, esperando para burlarte de mí.
Lo que tanto detestabas pasó, tu muerte fue nombrada como una de miles, no me enteré él ¿Cómo?, ¿cuándo?, o ¿dónde ocurrió?, no pude ir a buscarte, no pude llorar frente a tu ataúd, no pude despedirme de ti, no pude lamentar tu muerte, aquella noche no supe que pasaba por tu mente, no adivine que planeabas. Pero sabes quiero que sepas que tu muerte no fue una de tantas, que tu muerte tocó y despertó en mi sentimientos encontrados, cuando te recuerdo, lágrimas nostálgicas recorren mis mejillas, el recuerdo de nuestra última charla, nuestra última salida, nuestro último abrazo, fueron de esos bellos recuerdos que guardaré en mi corazón.
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Editado: 29.03.2022