Es tarde, y el sol se posa en el horizonte, para dar sus ultimos resplandores que decoran el paisaje con el hermoso naranja de un atardecer, el viento sopla y las hojas lo siguen, los ruidos del dia se desvanecen poco a poco hasta convertirse en los susurros arrulladores de la naturaleza que con el tiempo dan paso al mas lujubre de los silencios y al mas solitario de los sonidos.
Asi es pues que cuando todo esta en calma, las personas realizan sus actividades nocturnas y se preparan para el dia siguiente antes de ir a la cama a encontrarse de nuevo con su espacio sagrado de descanso.
Es alli, en la oscuridad de tu habitacion, donde te sientes comodo, que tu mente comienza a divagar entre tus recuerdos y pensamientos, y mientras tanto al otro lado de la habitacion algo llama tu atencion, el rincon detras de la puerta, esa esquina, que la poca luz de luna no alcanza a alumbrar, es tan oscuro que no puedes ver lo que hay alli y tienes un sentimiento inexplicable de que algo se esta escondiendo en ese rincon, esperando a que te duermas. y en efecto no recuerdas haber revisado detras de la puerta justo antes de apagar la luz, ¿quien te dice que no hay alguien o algo que se mete por la ventana todas las noches y te mira mientras duermes? escondido en ese rincon, y justo ahora recuerdas esas noches en las que despiertas porque oiste un ruido proveniente del pasillo o incluso en tu propia habitacion, situacion en la que tambien recuerdas no haberle prestado atencion y volver a dormir. Quiza esa es la explicacion o tal vez tu mente te esta jugando una broma, pero ahora no puedes moverte porque tu cuerpo esta totalmente paralizado por el terror.
En la ciudad, la noche es brillante y ruidosa hasta cierta hora, en el campo, el silencio y la oscuridad son absolutos pasadas las 6:30 Pm, pero ignorando algunos detalles, el sentimiento es el mismo.
Capitulo 1
¿Quien dice que no?
7 de diciembre del 2005
Era raro que siendo tan alegre festividad como lo es 'El dia de las velitas' el cual es un dia dedicado a la virgen maria poniendo velas y veladoras fuera de casa y tambien en grandes hileras por las calles, la gente hablase de ciertas historias y rumores antiguos que comunmente se usan para asustar a los niños y a las señoras mas creyentes que al escucharlas ruegan a dios que estas no sean reales.
Es como si el frio del diciembre, el ambiente social de las fiestas y las altas horas de la noche en las que estas son realizadas, trajeran consigo un misticismo de epocas de antaño cuando los ahora viejos, vivian en sus fincas conformadas por una vieja casona y tres corrales pequeños, epocas de terror e ignorancia en las que el minimo ruido desconocido y producido en la oscuridad se convertia en un monstruo al dia siguiente en boca de quien lo escuchó.
Es asi pues que en esta festividad era normal ver niños corriendo y riendo por las calles, visitando cada casa para ver como las velas encendidas en el anden se derriten dejando la cera maleable con la que seguidamente jugaban y se quemaban accidentalmente.
- Au! Me quemé! - dijo Andres mientras se llevaba el dedo a la boca para calmar el dolor.
- Eso te pasa por hurgar en mis velitas!- reaccionó José casi riendose mientras marcaba su territorio en las velas de la señora Carolina.
Ambos niños estaban sentados en el anden, viendo las velas quemarse mientras esperaban a que su amigo saliera para jugar
- Ey doña carolina nos va a regañar bien feo si nos ve.
- No si le decimos que vino un loco y le empezo a dañar las velitas- dijo mientras cojeaba y actuaba como 'juanchito' quien era un habitante de calle que a menudo pasaba por el barrio y no estaba muy bien de la cabeza.
Andres miró con miedo hacia los lados vigilando que no estuviera por ahi dicho personaje. - Shhh! Puede que nos este viendo ahora! Mi mamá dijo que me alejara de ese señor y que es peligroso -
- Bobo- dijo el otro - Mas bien es inofensivo y sale corriendo si uno se le acerca, yo un dia lo hice!- y por supuesto que lo que dijo era mentira.
De un salto apareció su amigo Guillermo que intentó asustarlos con un grito - Ayy juanchito!
Los dos niños saltaron de la sorpresa
- No ey con eso no se juega! que susto me diste- dijó Andres mientras se puso la mano en el pecho
- Asi que les da miedo juanchito? - replicó Guillermo
- Mentira! Si no que estabamos hablando de el y nos asustaste- dijo José intentado hacerse el duro.
- Aja si, vos sos muy valiente- dijo Guillermo en tono burlon- bueno entonces vamos pa donde Sebas? Mi mama me dijo que me dejaba hasta las ocho y media nada mas.
- Si vamos y esta vez si le pido que me devuelva mi Max steel que se lo preste hace rato y no me lo quiere dar- dijo José con rabia
Los otros dos niños rieron y sin mas se fueron a casa de su amigo que vivia 12 casas mas alla, cuando llegaron vieron por las ventanas que habia una reunion y Sebas estaba afuera jugando con las velas justo como ellos antes, al llegar junto a el se saludaron chocando los puños y le preguntaron que hacia.
- Estoy haciendo una bola de espelma, me enseñaron mis primos como hacerla- sostenia en las manos manchadas una pequeña bola de cera que habia hecho el mismo hace poco.
- Que chimba! Yo tambien quiero- se sentó Andres junto a Sebas para intentar replicar lo que el hizo.
- Que estan haciendo en tu casa?- preguntó Guillermo.
- Estan haciendo una reunion familiar pero no quiero estar porque solo estan hablando de cosas de grandes- dijo mientras seguia moldeando la bola de cera.
- Ey que paso con el Max steel que te preste?- dijo José agachandose y poniendole la mano en el hombro por detras a Sebas.
Este no le respondió porque dias atras lo habia tirado contra la pared provocando que perdiera varias extremidades el pobre muñeco, asi que no se lo podia devolver.