En las llamas del arcángel (elemental School 3)

capítulo 7: el arcángel infernal

Mientras pasaban los minutos y la muchedumbre conversaba entre ellos sobre lo que veían, Sebástian estaba sentado calmo y con un aire sereno.

—¿No te preocupa tu problema? —preguntó Wyatt— vas a pelear tú de nuevo.

—Estoy bien, voy a salir del cuadrilátero y ya.

Luna, regresando a lo mejor de algún puesto, trajo consigo cuatro vasos hechos de cartón con agua, uno para ella y tres para los otros, quienes le agradecieron y bebieron el líquido hasta que Lenard, con emoción, dijo:

—El tiempo de descanso ha terminado, el enfrentamiento que se va a ver a continuación es el de Sebástian Mendez contra Agda Ellingsen, a quienes solicito se ubiquen en el cuadrilátero.

De la multitud sentada, ambos individuos salieron, Sebástian siendo apoyado por sus amigos y Agda sonriéndole amablemente mientras llegaban a sus posiciones.

Agda se posicionó de forma defensiva, mientras que en Sebástian se notaba que la intención era correr hacia alguna parte.

—¡Uno, dos, tres!, ¡Empiecen!

Sebástian, tan rápido como un rayo, corrió hacia la esquina del cuadrilátero para salir, pero cuando solo le faltaban unos pasitos, sintió que era jalado desde uno de sus pies, la sensación fué como cuando das un gran paso rápidamente con tus cordones amarrados entre sí.

Sebástian cayó al suelo, y por poco sus dedos tocaban el pasto de fuera, pero no pudo intentar alcanzarlo porque algo lo jalaba de regreso al ring. Al voltear a ver qué lo jalaba, vió su talón derecho enlazado a una especie de cinta oscura, la cual venía del antebrazo de Agda.

—¡Vamos Sebástian, quiero jugar contigo un rato, no me abandones así!

Sebástian intentaba zafarse mientras se disculpaba de que no podía quedarse a pelear, pero las cuerdas no cedían.

Sin más remedio y obligado a ello, Sebástian se arriesgó en intentar quemarlas o que la luz de sus llamas disiparan las sombras de aquella cuerda, consiguiéndolo y corriendo a rendirse. Agda lo derribó disparándole una bolita de sombra a su hombro derecho, cayendo al suelo de nuevo.

Sebástian se levantó rápidamente, pero poco pudo hacer cuando su oponente lo tenía en la misma posición que a Cha hace varios minutos, repitiendo sus múltiples disparos.

Sebástian, resistiendo, pellizcó fuertemente la pantorrilla de Agda, clavándole las uñas y haciéndola caer al suelo dolorida.

—¡Perdóname! —dijo Sebástian corriendo hasta el extremo con notorio dolor en la espalda por los disparos.

La multitud al ver los repetidos intentos de Sebástian por huir, lo abucheaban y le decían cosas como "cobarde" o "niñita".

—¡Peleen ustedes pues! —les gritó Cha.

Wyatt y Luna ya estaban guardando el asiento a Sebástian para cuando llegara, pero vieron cómo se quedó estático.

—Patético —le llamó Agda— ve con tus amigos si quieres, a lo mejor y ellos le dan protección a la niña que eres.

Sebástian, aunque intentó ignorarlo, se enojó con ese comentario y se acercó a Agda para encararla, pero sintió un dolor punzante en el cuerpo que tras un tiempo se fué así como llegó, de la nada.

Agda lanzó otra vez sus cuerdas contra Sebástian, atándolo esta vez de los brazos, pero varias llamas fueron expelidas y eliminaron las ataduras por completo. Sebástian sintió dolor en todos los músculos del tronco.

Agda, viendo la situación de Sebástian, disparó repetidamente hacia el pecho, causándole a Sebástian todavía más dolor del que sentía y haciéndolo caer de rodillas apretándose los pectorales.

—¡No es justo! —le gritó Luna a Agda desde su asiento— ¡Sebástian tiene problemas con su elemento, le duele usarlo y por eso trata de rendirse, no te aproveches!

—¿Un megáfono o micrófono no quieres para exponerlo a todo el mundo? —preguntó Wyatt con tono sarcástico.

Desde lo más alto, lo excubiaes atentos a cada movimiento, opinaban entre ellos.

—La joven Ellingsen es algo salvaje, pero no quito que sabe aprovechar las cosas.

—Ese tal Mendez —decía otro con un tono despectivo— solo vino a dar lástima.

Mientras tanto ahí abajo, Sebástian se dirigía nuevamente a paso lento afuera del cuadrilátero, pero en todo momento era arrastrado nuevamente por Agda con su lazo, y luego, a su modo de ver las cosas, "seguían jugando".

—Agda es muy infantil —decía Luna— ¿Qué gana con no dejar a Sebástian irse?

—Supongo que después de Cha en la ronda anterior, quiere algún entretenimiento —opinó Wyatt.

Sebástian intentaba hacer algo para defenderse, pero su cuerpo entero le empezaba a doler y sentía de nuevo como si fuera a explotar.

De forma inesperada, un chorro de ácido le cayó a Agda, quien se estaba aproximando a Sebástian. Dicho ácido fué lanzado por Cha con notoria amargura por lo que ocurría. Las personas le decían a Sun-Shin que no se metiera, mientras Agda ignoró el ataque.

De la distracción, Sebástian se levantó, pero por el dolor, caminaba lento y tembloroso hacia el mismo camino hasta que de nuevo fué interceptado por las cintas que ya lo tenían harto.

—¿Y así tú fuiste uno de los que venció a Alek el año pasado? —preguntó con cierta burla.

Una patada en las costillas le hizo a Sebástian retorcerse aún más del dolor mientras Agda le hablaba.

—Me parece tierno que tus amigos te tengan que defender, aquél otro de pelo castaño solo se la pasa haciéndote cosas y varias otras más. No es por insultarte, pero eres realmente inútil y cobarde al querer huir de esto, no puedes hacer nada solo porque solo eres un puerquito al que todos molestan, y al parecer sabes eso demasiado bien, ¿No es así?

Sebástian se enojó bastante al oír eso, y mientras volvía a sentir que iba a explotar y un calor atroz en todo su cuerpo, intentó ponerse en pie, solo para ser finalmente noqueado de una patada, cayendo al suelo inconsciente.

Cha, Luna y Wyatt solo miraron y solamente estaban preparados para ir a ver a Sebástian a enfermería mientras Lenard anunciaba:



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En el texto hay: juvenil, romance, ficcion

Editado: 09.01.2023

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